Regresa Joyce Carol Oates, la reina del gótico social contemporáneo
La escritora estadounidense, de la que se tradujo Cardiff junto al mar, es una de las más tenaces exploradoras del lado oscuro de la vida cotidiana
V. B.
Joyce Carol Oates
Lánguida y al mismo tiempo expresiva, la apariencia frágil de la escritora estadounidense Joyce Carol Oates (Lockport, Nueva York, 1938) hace pensar en los personajes de Tim Burton, solo que a los 83 años ya no logra ocultar su intrépido modo de plantarse ante el mundo. Entre el realismo social y el gótico sureño, siempre a oscuras, la obra de la Oates forma ya un río correntoso. Publicó a lo largo de su carrera más de un centenar de libros que ahondan, de las más diversas formas, en la violencia y la obsesión criminal para revelar la crisis profunda de la sociedad norteamericana.
A Oates, otra eterna candidata al Premio Nobel de Literatura, se la puede reconocer por el modo revelador en que sus obsesiones aparecen retratadas en sus grandes novelas. Por ejemplo, en la relativamente reciente Cartaghe (2014), cuenta la historia de una chica que desaparece y que pudo haber sido asesinada por un excombatiente de la guerra de Irak. Aun así, la escritora estadounidense no se limita a un estilo y a temas negros y escabrosos. También explora con libertad géneros diversos, como las reflexiones sobre su primer matrimonio (en Memorias de una viuda) o la extraordinaria voz con la que narra la vida de Marilyn Monroe (en Blonde).
Resulta imposible resumir todos sus títulos. Desde que sacó en 1963 su primer antología de relatos Oates nunca dejó de publicar: sesenta novelas, cuatrocientos cuentos, varias piezas dramáticas, libros infantiles, ensayos y once colecciones de poesía. Así de versátil y de prolífica es JCO.
Cardiff junto al mar, de 2020 y que se publica ya en castellano, reúne bajo la misma tapa, a falta de una, cuatro novelas breves. La primera, que le da título a la colección, gira en torno de un secreto originario. Clare, una mujer de 30 años, sabe que fue adoptada antes de cumplir los tres, pero ignora todo sobre la historia de sus padres de sangre. Hasta que recibe la herencia de su abuela biológica, una casona de campo, y viaja a encontrarse con su pasado. Conoce así a personajes tan grotescos como tiernos que la ayudan a desentrañar eso que su memoria tenía enterrado. Los monólogos interiores que se intercalan con la narración –rasgo distintivo de la escritura de la autora–, unidos a lo que se omite, generan un suspenso psicológico que mantiene la tensión lectura hasta la última línea.
A Cardiff junto al mar le sigue Miao Dao. Una vez más la protagonista es una chica adolescente que vive en un hogar quebrado y sufre el acoso de sus compañeros de colegio, primero, y, más tarde, el de su padrastro. Solo que, en esta segunda ocasión, tiene aliados: una familia de gatos salvajes que habitan el terreno lindero. Es la única de estas tramas en la que Oates aborda una historia de umbral, entre lo real y lo sobrenatural, y logra un final que podría llamarse feliz. Al menos todo lo feliz que es posible en sus universos.
En la tercera historia Fantasmagórica: 1973, en cambio, no ocurre lo mismo. Relata la vida de una universitaria que es amante de un profesor, y de a poco, empieza a sufrir acoso. La escalada de violencia, como es usual en la poética de Oates, se desborda en un ensañamiento torrencial y destructivo.
Cierra la recopilación El niño que sobrevivió, que también se dedica a un amor enfermo, desparejo y, cómo no, a un hecho espeluznante. Elizabeth se casa con un hombre casi veinte años mayor que tiene un hijo de 10 años. El chico estaba junto a su madre y a su hermana cuando ambas murieron al inhalar gases tóxicos del auto en el garaje de la casa familiar, solo que él inexplicablemente logró sobrevivir. En este caso, las resonancias con el suicidio de poetas como Sylvia Plath, y la influencia que tuvo su marido Ted Hughes, le suma un giro de sentido literario a la lectura.
Como en cada una de sus narraciones, las escenas más fuertes se tensan con una maestría especial para exponer lo siniestro a través del juego entre lo silenciado y lo visceral. La atmósfera de las nouvelles de Cardiff junto al mar lleva a asociarlas al thriller psicológico de las cuatro narraciones reunidas en Tan cerca en todo momento siempre, en las que la autora también aborda la perturbación del amor, el sometimiento y el abuso en los vínculos más íntimos.
Cada una de las historias de Oates son el mejor ejemplo de su independencia artística, por la tenacidad con que hace oídos sordos a la crítica insistente de sensacionalismo en las partes de violencia. La elegancia de su estilo, en contraste con el horror que pulula en sus argumentos, logra que sus escenas se impriman en la conciencia de manera duradera. De ese modo, lleva la tradición del gótico sureño de William Faulkner y Flannery O’Connor más allá: logra subir el volumen a los rasgos del género para captar la frecuencia de la violencia social en el mundo actual. Su supuesto sensacionalismo es en realidad un naturalismo desgarrador.
Otros ejemplos recientes que se consiguen traducidos en castellano permiten confirmar al lector cómo expone de manera metódica la oscuridad del espíritu de estos tiempos en su país. En Delatora, una obra en clave social, una nena se debate entre la verdad y la lealtad en una comunidad racista y sexista. En una novela familiar como la celebrada La hija del sepulturero ficcionaliza la vida de su propia abuela a través del personaje de Rebecca, una mujer que se hace a sí misma luego de escapar del Holocausto. Aún así, la escritora parece reírse un poco de la fatalidad de sus personajes, y con sensibilidad procura ahondar en su psicología para exponer las raíces de un trauma que suele también provenir del entorno. Que la mayoría sean mujeres no es casual. Algunas perecen; otras, las que tienen mejor suerte, logran sobrevivir al monstruo de la contemporaneidad planteado por Oates.
Cardiff junto al mar
Por Joyce Carol Oates
Fiordo. Trad.: Ariadna Molinari Tato
405 páginas / $ 1800
Carthage
Por Joyce Carol Oates
Alfaguara. Trad.: José Luis López Muñoz
670 páginas / $ 2349
Joyce Carol Oates
Lánguida y al mismo tiempo expresiva, la apariencia frágil de la escritora estadounidense Joyce Carol Oates (Lockport, Nueva York, 1938) hace pensar en los personajes de Tim Burton, solo que a los 83 años ya no logra ocultar su intrépido modo de plantarse ante el mundo. Entre el realismo social y el gótico sureño, siempre a oscuras, la obra de la Oates forma ya un río correntoso. Publicó a lo largo de su carrera más de un centenar de libros que ahondan, de las más diversas formas, en la violencia y la obsesión criminal para revelar la crisis profunda de la sociedad norteamericana.
A Oates, otra eterna candidata al Premio Nobel de Literatura, se la puede reconocer por el modo revelador en que sus obsesiones aparecen retratadas en sus grandes novelas. Por ejemplo, en la relativamente reciente Cartaghe (2014), cuenta la historia de una chica que desaparece y que pudo haber sido asesinada por un excombatiente de la guerra de Irak. Aun así, la escritora estadounidense no se limita a un estilo y a temas negros y escabrosos. También explora con libertad géneros diversos, como las reflexiones sobre su primer matrimonio (en Memorias de una viuda) o la extraordinaria voz con la que narra la vida de Marilyn Monroe (en Blonde).
Resulta imposible resumir todos sus títulos. Desde que sacó en 1963 su primer antología de relatos Oates nunca dejó de publicar: sesenta novelas, cuatrocientos cuentos, varias piezas dramáticas, libros infantiles, ensayos y once colecciones de poesía. Así de versátil y de prolífica es JCO.
Cardiff junto al mar, de 2020 y que se publica ya en castellano, reúne bajo la misma tapa, a falta de una, cuatro novelas breves. La primera, que le da título a la colección, gira en torno de un secreto originario. Clare, una mujer de 30 años, sabe que fue adoptada antes de cumplir los tres, pero ignora todo sobre la historia de sus padres de sangre. Hasta que recibe la herencia de su abuela biológica, una casona de campo, y viaja a encontrarse con su pasado. Conoce así a personajes tan grotescos como tiernos que la ayudan a desentrañar eso que su memoria tenía enterrado. Los monólogos interiores que se intercalan con la narración –rasgo distintivo de la escritura de la autora–, unidos a lo que se omite, generan un suspenso psicológico que mantiene la tensión lectura hasta la última línea.
A Cardiff junto al mar le sigue Miao Dao. Una vez más la protagonista es una chica adolescente que vive en un hogar quebrado y sufre el acoso de sus compañeros de colegio, primero, y, más tarde, el de su padrastro. Solo que, en esta segunda ocasión, tiene aliados: una familia de gatos salvajes que habitan el terreno lindero. Es la única de estas tramas en la que Oates aborda una historia de umbral, entre lo real y lo sobrenatural, y logra un final que podría llamarse feliz. Al menos todo lo feliz que es posible en sus universos.
En la tercera historia Fantasmagórica: 1973, en cambio, no ocurre lo mismo. Relata la vida de una universitaria que es amante de un profesor, y de a poco, empieza a sufrir acoso. La escalada de violencia, como es usual en la poética de Oates, se desborda en un ensañamiento torrencial y destructivo.
Cierra la recopilación El niño que sobrevivió, que también se dedica a un amor enfermo, desparejo y, cómo no, a un hecho espeluznante. Elizabeth se casa con un hombre casi veinte años mayor que tiene un hijo de 10 años. El chico estaba junto a su madre y a su hermana cuando ambas murieron al inhalar gases tóxicos del auto en el garaje de la casa familiar, solo que él inexplicablemente logró sobrevivir. En este caso, las resonancias con el suicidio de poetas como Sylvia Plath, y la influencia que tuvo su marido Ted Hughes, le suma un giro de sentido literario a la lectura.
Como en cada una de sus narraciones, las escenas más fuertes se tensan con una maestría especial para exponer lo siniestro a través del juego entre lo silenciado y lo visceral. La atmósfera de las nouvelles de Cardiff junto al mar lleva a asociarlas al thriller psicológico de las cuatro narraciones reunidas en Tan cerca en todo momento siempre, en las que la autora también aborda la perturbación del amor, el sometimiento y el abuso en los vínculos más íntimos.
Cada una de las historias de Oates son el mejor ejemplo de su independencia artística, por la tenacidad con que hace oídos sordos a la crítica insistente de sensacionalismo en las partes de violencia. La elegancia de su estilo, en contraste con el horror que pulula en sus argumentos, logra que sus escenas se impriman en la conciencia de manera duradera. De ese modo, lleva la tradición del gótico sureño de William Faulkner y Flannery O’Connor más allá: logra subir el volumen a los rasgos del género para captar la frecuencia de la violencia social en el mundo actual. Su supuesto sensacionalismo es en realidad un naturalismo desgarrador.
Otros ejemplos recientes que se consiguen traducidos en castellano permiten confirmar al lector cómo expone de manera metódica la oscuridad del espíritu de estos tiempos en su país. En Delatora, una obra en clave social, una nena se debate entre la verdad y la lealtad en una comunidad racista y sexista. En una novela familiar como la celebrada La hija del sepulturero ficcionaliza la vida de su propia abuela a través del personaje de Rebecca, una mujer que se hace a sí misma luego de escapar del Holocausto. Aún así, la escritora parece reírse un poco de la fatalidad de sus personajes, y con sensibilidad procura ahondar en su psicología para exponer las raíces de un trauma que suele también provenir del entorno. Que la mayoría sean mujeres no es casual. Algunas perecen; otras, las que tienen mejor suerte, logran sobrevivir al monstruo de la contemporaneidad planteado por Oates.
Cardiff junto al mar
Por Joyce Carol Oates
Fiordo. Trad.: Ariadna Molinari Tato
405 páginas / $ 1800
Carthage
Por Joyce Carol Oates
Alfaguara. Trad.: José Luis López Muñoz
670 páginas / $ 2349
http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.