martes, 23 de enero de 2024

Stephen Kavanagh Y DON TORQUATO


“La Argentina tiene dificultades en la lucha contra el crimen”
El director ejecutivo de Servicios Policiales de Interpol visitó nuestro país y habló sobre los nuevos desafíos que enfrenta la organización, que agrupa a fuerzas policiales de 196 naciones 
José María Costa

El actual director ejecutivo de Servicios Policiales de Interpol Global y candidato a ser secretario general del organismo a partir de mitad de año, Stephen Kavanagh, estuvo en la Argentina reunido con autoridades en una gira en la que busca respaldo para la próxima elección en la Organización Internacional de Policía Criminal.
Con 38 años de experiencia en el área de seguridad, trabajó más de tres décadas en la policía británica y llegó a ser el responsable de la seguridad de la familia real, antes de pasar al sector privado y desembarcar en Interpol, hace cuatro años.
Durante la breve estadía en Buenos Aires brindó una entrevista exclusiva a la nacion, en la que analizó el rol de la Argentina dentro de Interpol, trazó un panorama de los desafíos globales respecto del crimen organizado y cuáles son los principales desafíos a los que se enfrenta nuestro país en materia de criminalidad.
–Pasó de la policía del Reino Unido al sector privado y después a Interpol. ¿Cuál es la diferencia entre Interpol y la policía de un país?
–Esa es una pregunta muy importante porque la gente no lo comprende. Ellos ven las películas y creen que hay helicópteros, que está Tom Cruise, que hay armas y poderes de arresto. No tenemos eso. Lo que Interpol tiene es la capacidad de conectarse, de colaborar, de unir a las fuerzas de la ley. Tenemos 196 países miembros, somos más grandes que las Naciones Unidas y vivimos en un mundo en el que hay conflictos y tensión y es más importante hoy en día que en sus 100 años de historia, Interpol se conecta más efectivamente ahora.
Lo que es diferente es que cuando yo era jefe de policía en el Reino Unido, si ordenaba a las 5000 personas a mi cargo que hicieran algo, sucedía. Tenía una comunidad con la que podía hablar directamente. Y lo que hace Interpol es que, en el momento de grandes operaciones exitosas, hay apoyo para la incautación de drogas, la interrupción del crimen organizado, y nunca es el éxito de Interpol, es el éxito de los países miembros. Así que siempre tenemos que recordar que facilitamos más arrestos. Parte del problema es que permitimos a los medios definir qué es y qué no es Interpol. Así que en el futuro tenemos que ser más claros. ¿Qué podemos hacer? ¿Qué no podemos hacer? Y transmitirlo con claridad y confianza, poniendo a prueba nuestra integridad. El futuro de Interpol es muy interesante.
–¿Cómo logra Interpol estar por encima de las diferencias políticas, para coordinar tantos países, sobre todo en delitos transnacionales, como pueden ser el narcotráfico, la pedofilia, los delitos cripto o el crimen ambiental?
–Me parece que es ingenuo decir que Interpol, porque es neutral, no maneja el contexto político. Habiendo sido jefe de lucha contra el terrorismo en Scotland Yard y habiendo conducido a la Policía Metropolitana de Londres, es muy importante que veamos las conexiones que se pueden hacer globalmente. Trabajo en la policía desde 1985, y lo que sucedía a favor de la policía en los 80 y 90 fue que los ladrones y los violadores estaban en nuestra área de alcance. Lo que vemos hoy es que la Argentina, por ejemplo, está siendo atacada por organizaciones criminales de otras partes de Sudamérica o por países del oeste de África, con cibercrimen. Vemos también el crimen ambiental ocurriendo alrededor del mundo con la minería ilegal, la tala ilegal, y vemos niños en internet siendo atacados, agredidos y abusados –grooming– por hombres de todo el mundo. El modelo de la policía, como existe hoy, no puede manejar esos desafíos, porque las amenazas, los datos y la evidencia vienen de afuera. Y lo que veo en la Argentina es una visión de cómo se conecta, de cómo se hace más seguro. Se ve su rol fundamental en Sudamérica, y manifiesta con orgullo que necesitamos una Interpol más eficiente. Tenemos una Interpol que, históricamente, ha estado hablando demasiado y no haciendo lo suficiente, tomando responsabilidad, no solo con Europa, Estados Unidos o Asia, sino con aquellos países que están sufriendo tensión permanente con el crimen organizado, carteles, mafias, que están derrumbando las bases de los negocios. Vemos buenas personas que están tratando de hacer su trabajo diario y están siendo socavadas. Vemos países siendo socavados también.
–Interpol cumplió 100 años en 2023. ¿Cuál es el principal desafío que va a tener en la próxima década? ¿Cuál es el principal desafío que tiene Interpol teniendo en cuenta, sobre todo, el avance tecnológico tan rápido que se está dando?
–El mundo está viendo ataques cibernéticos que están sucediendo de una manera que nunca habíamos visto antes. Vemos el tráfico de personas, a través de continentes, individuos vulnerables siendo robados, siendo violados, siendo abusados. Vemos el tráfico de armas y de drogas sucediendo a nivel global y criminales que se están haciendo más ricos que pequeñas naciones. Y luego, como dices, la tecnología. ¿Cómo tratamos las criptomonedas? ¿Cómo tratamos las comunicaciones encriptadas? ¿Qué vamos a hacer con respecto a la escala y la naturaleza de los ataques cibernéticos que están sucediendo? Así que el desafío que enfrentamos en un período cada vez más conflictivo es que Interpol tiene que anticipar y trabajar con los países miembros sobre estos crímenes que se avecinan en el horizonte.
–¿Cómo fueron tus cuatro años de trabajo en Interpol hasta ahora con la Argentina? ¿Está integrada la Argentina Interpol? ¿Es un miembro importante o destacado? ¿Es un miembro colaborativo? ¿Es un miembro reacio? ¿Es difícil trabajar en conjunto?
–La Argentina es una nación orgullosa y decidida que tiene dificultades en su lucha contra el crimen organizado. Tiene fronteras extensas, tiene países alrededor de ella que también luchan con el crimen organizado y una constante tensión en cómo enfrentar la mafia, los carteles de drogas... Vemos ataques que vienen de Albania, del oeste de África, China, Rusia y Europa. Y es aquí donde Interpol hace la diferencia, porque las agencias de seguridad de Interpol muchas veces no pueden acceder a la información del acosador de niños en los suburbios de Buenos Aires. No pueden anticipar las comunicaciones de los carteles de drogas que pasan por África ni dónde ese dinero está siendo depositado. Interpol tiene que ser más clara sobre cómo ayuda una nación orgullosa e importante. Tienen a un miembro del gobierno argentino que tiene un puesto en el comité ejecutivo de Interpol. Tenemos oficiales argentinos que están trabajando sobre los crímenes vinculados a la droga y otros en Interpol. Son tres las oficinas regionales claves: Singapur, Lyon y Buenos Aires. Cada una de ellas son los ojos, los oídos y el cerebro de Interpol durante ocho horas del día, así seguimos al sol. Y, claro, también está el liderazgo dentro de la región.
Muchas veces, cuando trabajamos con otros países, la Argentina es la voz de la razón. Tiene esa comprensión. Su propia seguridad es apoyada por Interpol trabajando con otros países en la región. Para mí, la Argentina es uno de los países más fáciles para trabajar porque tiene visión, tiene ambición para luchar contra estos crímenes y empuja a Interpol. Son buenos socios y eso no implica que sean fáciles. Hacen preguntas difíciles. Quieren las respuestas rápidamente.
–¿Cuál es el mayor desafío en materia de seguridad que tiene la Argentina?
–Creo que el ataque constante del cibercrimen. Empresas, gobiernos, infraestructura, niños. Ese es un nuevo tipo de crimen con el que tenemos que cambiar la forma en que lo encaramos. Creo que la escala del tráfico de personas y del tráfico de armas y de drogas, ese modelo que a menudo usa las mismas rutas y métodos, tiene que ser bien atendida. Y pienso que una cosa que el mundo no entiende es la escala de los crímenes ambientales que han tenido lugar. La deforestación, la minería ilegal, la pesca ilegal.
–Por su experiencia en los últimos cuatro años, ¿cuál fue la operación que más le sorprendió?
–Fue la Operación Trigonine. Lo que se hizo fue juntar a los países de Sudamérica en torno al tema de las armas de fuego. Y lo que vimos fueron 14.000 arrestos, 8000 armas incautadas, 300.000 rondas de munición. Lo suficiente para empezar una pequeña guerra. Y creo que esta operación mostró la escala del crimen organizado para usar armas, como vimos este fin de semana en los suburbios de Buenos Aires –por la masacre en La Matanza el domingo 14 de enero– y el daño causado. No les importa a quién matan ni el daño que causan. Entonces, Trigonine mostró la escala de la violencia y las armas que el crimen organizado utiliza.


Con la colaboración de Matías Bianchi

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Se negó a declarar el único detenido por el crimen del country Hindú Club
DON TORCUATO. Se trata de un joven de 18 años que fue capturado en un barrio privado de Moreno; la policía busca a dos cómplices

Policía bonaerense..Santino Mármol, de 18 años, fue detenido ayer dentro de una casa en un country

El sospechoso de 18 años detenido por el crimen de Germán Sallemi, el joven que vendía dólares por redes sociales y fue asesinado en un departamento de alquiler del Hindú Club de Don Torcuato, intentó desligarse del hecho al ser indagado ayer por el fiscal de la causa y seguirá preso como partícipe necesario, informaron fuentes judiciales.
Se trata de Santino Mármol, quien fue apresado el sábado por detectives de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) San Isidro y Sub-DDI Tigre en un country de La Reja, en el partido de Moreno.
Voceros policiales informaron que se realizó un allanamiento de urgencia en la manzana 82, lote 2, del Club de Campo San Diego, situado en el kilómetro 42,5 de la autopista Acceso Oeste, mano a la ciudad de Luján, donde localizaron al acusado y lo aprehendieron.
Dentro de la propiedad, los agentes secuestraron 1000 dólares, 25.000 pesos, mapas de la localidad de Don Torcuato, las llaves del departamento alquilado en el Hindú Club, un teléfono celular iPhone 11 Pro Max y un automóvil Ford Focus de color blanco perteneciente al sospechoso.
De acuerdo con los investigadores, el auto fue utilizado por los homicidas para realizar tareas de inteligencia previas al hecho y además en su interior se hallaron bolsos con prendas de vestir, precintos plásticos y una tarjeta de débito a nombre de Mármol.
Fuentes policiales informaron que esa tarjeta fue una de las claves de los pesquisas para identificarlo, ya que realizó compras en negocios cercanos al Hindú Club y dejó tirado en el departamento donde hallaron el cuerpo de Sallemi un ticket de una de las transacciones efectuadas.
Sin embargo, el acusado declaró ayer ante el fiscal de la causa, Jorge Fitipaldi, que él no realizó esa operación con la tarjeta, que esta la guardaba siempre en el auto y que, a su vez, le prestó el vehículo a un amigo, detallaron los voceros. Tras hacer su descargo, Mármol no respondió preguntas de la fiscalía y la indagatoria finalizó.
Según las fuentes, durante la diligencia, el fiscal Fitipaldi imputó al detenido como “partícipe necesario” del crimen de Sallemi. A su vez, el instructor judicial va a pedir la detención de otros dos sospechosos que están bajo investigación.
El sábado, los detectives de la policía bonaerense allanaron un inmueble en Pilar donde vive otro sospechoso. Este fue identificado a partir del seguimiento de la maniobra aplicada para alquilar el departamento en el que se concretó la emboscada para matar al cambista. El segundo integrante de la banda, identificado como Sergio Ezequiel S. de 20 años, usó un DNI falso, en el que puso su foto para alquilar el departamento.
Para los investigadores, los autores materiales del crimen fueron tres, pero podrían haber contado con el apoyo de otros dos, fuera de la escena. Se cree que estas personas integraban una banda que se dedicaba a robarles a las personas que venden dólares, conocidos popularmente como “arbolitos”.
El hecho ocurrió el viernes, en un departamento de alquiler para turistas, perteneciente al Hindú Club, situado en la esquina de las avenidas Ángel T. de Alvear y del Golf, de Don Torcuato.
Según fuentes policiales, el cuerpo de la víctima fue hallado en una habitación del departamento 513, del quinto piso del Hindú Club, sede de uno de los mas importantes equipos de rugby. El cadáver estaba boca abajo, amordazado y con las manos atadas con precintos.
Una vecina que vive en el mismo piso había alertado al número de emergencias 911 sobre una pelea que ocurrió en el edificio. La mujer afirmó que el viernes, después de las 13, escuchó gritos y golpes. Después, una empleada doméstica que trabaja en otro departamento advirtió cómo huían los tres sospechosos, que llegaron a la recepción luego de bajar por las escaleras.

http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA

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