sábado, 4 de diciembre de 2021

CRÍTICAS DE TEATRO


El funeral de los objetos: una obra de ruptura, detallista y potente
Nicolás Manasseri y María Fernanda Provenzano vuelven a sorprender con un estilo propio de musical atípico donde nada es previsible
.M. B.
El funeral de los objetos, un gran musical con el sello Manasseri-Provenzano

★★★★ El funeral de los objetos. Dramaturgia y dirección: Nicolás Manasseri, María Fernanda Provenzano. Intérpretes: Martina Alonso, Nicolás Cúcaro, Rafael Escalante, Eugenia Fernández, María Fernanda Provenzano, Ignacio Zabala, Matías Zajic. Músicos: Luka Felipe Nicolau, Nahuel Tamargo. Diseño de vestuario: La Costurera Teatro. Diseño de escenografía: Phepandu. Música original: Manasseri, Provenzano. Coreografía: Provenzano. Sala: El Método Kairós, El Salvador 4530. Funciones: Jueves, a las 21.
Una serie de desconocidos se encuentra en un lugar bastante extraño. Todos portan algún objeto y se miran entre sí con desconfianza. Esperan algo o a alguien. Como es evidente que juegan con la intriga no se contará acá de qué va la cuestión. Aunque es cierto que el título tiene que ver con el tema que se trata.
El espacio está hiper poblado de objetos, de toda clase, en todos los rincones. Objetos que acumulan, sin duda, años e historias. Es difícil determinar qué es ese lugar, cómo funciona.
Los personajes en cuestión portan cada uno con una serie de rasgos bien definidos, se trabajan las reiteraciones gestuales y verbales. Es un dato central porque para que suceda lo que va a suceder se necesitan personajes especiales.
En El funeral de los objetos está todo bien. No hay lenguaje escénico que se haya dejado de lado, el nivel de trabajo y de detalle abarca todo: el diseño de
 iluminación, las coreografías, la música, el vestuario, la construcción de los personajes, la dramaturgia –compleja y profunda– que se articula en diversas capas y permite a los espectadores “leer” de acuerdo con su propia enciclopedia.
Eso sí, El funeral de los objetos es un trabajo de ruptura. No hay ninguna línea que se vuelva previsible. Cuando el espectador se acomoda en el relato, llega algún elemento y lo quiebra, puede ser la luz, las palabras, la música, lo coreográfico… podría también pensarse como un conglomerado de géneros, en todos los sentidos posibles. Un trabajo de riesgo, profundamente creativo, que sigue ampliando las fronteras de lo que se puede hacer en un escenario.
El funeral de los objetos

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Un terrible dolor contado de manera poética
G. I.

Dramaturgia: Clàudia Cèdo. intérpretes: Milagros Almeida, Victoria Almeida, Estela Garelli, Federico Ottone, Mercedes Torre, Abian Vainstein. músico: Tomás Pol. teatro: El Extranjero, Valentín Gómez 3378. funciones: martes, a las 20.30. duración: 90 minutos.
Es parte de un caso real ocurrido a Clàudia Cèdo, autora de la pieza. El hecho doloroso de tener que dar a luz a un bebé que no va a poder vivir es algo que pone en duda el estatuto mismo del sentido de la existencia. La dramaturga elige aquí una vía poética para lidiar con lo incomprensible: nos queda la ficción para poder procesar aquello que de otra manera no se puede soportar. Un elenco sólido y una puesta que enfatiza siempre el poder configurador del teatro son los aliados ideales para contar esto.
A nivel narrativo, la obra se estructura con recursos casi cinematográficos. Se parte de un flashback y, lo que sucede en él, se produce por la edición que hace que dos o más escenas que están pasando en simultáneo dialoguen entre sí. De esta forma, podemos ver a un hijo que quiere llamar a sus padres, a los mismos padres en el supermercado y a la novia del hijo internada en un hospital. Todo sucede a la vez y, por pericia de la dirección, esto es claro. A la forma de narrar por corte se le suman los procedimientos artesanales que solo tiene el teatro. Así, el ponerse una bufanda es capaz de transformar a un personaje que era un veterinario en un director de teatro. Es necesario distanciarse para ver cuánto trabajo hay aquí, cuánto código somos capaces de incorporar como espectadores. Quizás esa sea la marca más reconocible de la directora Corina Fiorillo: el mostrar los procedimientos y habilitar con eso un espacio de juego compartido. Si bien hay una extensión en la pieza que la hace por momentos redundante, con apartes poéticos que parecen querer aclarar un “mensaje”, el conjunto está muy logrado. Estela Garelli y Abián Vainstein aportan la intensidad y el humor que permite un necesario aparte al sufrimiento que se expresa. Es una obra muy dura, pero también esperanzada. Toma el misterio fundamental del teatro de por qué elegimos estetizar el dolor para poder comprenderlo. Necesitamos de la ficción para entender la vida.

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¿Qué pasa cuando se depende de la mirada ajena?
G.LL
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Autores: Daniel Veronese y Matías del Federico. dirección: Daniel Veronese. elenco: Héctor Díaz y Magela Zanotta. asistente de dirección: Adriana Roffi. vestuario: Daniela Dearti. luces: Adriana Antonutti. teatro: El Picadero, Pasaje Enrique Santos Discépolo 1857. funciones: viernes a las 20. duración: 90 minutos.
El tema que expone la obra es interesante e invita al debate. ¿Qué pasa cuando las personas se valoran más por la mirada ajena que por la propia? O, lo que es peor aún, cuando la opinión del otro es lo que nos otorga identidad. Tal vez eso nos ocurra un poco a todos, pero, claro, hay casos y casos. Como el de la pareja que anima la acción en la pieza de Daniel Veronese y Matías del Federico sin hijos).
Nicolás y Lisa son un matrimonio con varios años en el haber. Él es ansioso y quejoso; ella, paciente y racional. Y tienen por costumbre reunirse desde hace 12 años con un matrimonio amigo todos los jueves, siempre en un restaurante distinto. El problema se suscita cuando un día los amigos en cuestión, Lautaro y Franca, de los que viven muy pendientes, se retrasan y no llegan en horario a la cita
Primero la relación con los ausentes es puesta en duda. “Ha llegado el momento de hacernos valer”, dirá ofuscado Nicolás. Pero luego lo que empezará a resquebrajarse y mostrar todas sus falencias es la propia pareja, sobre todo cuando surgen las comparaciones con los comensales demorados. La espera, finalmente, los terminará enfrentando y provocará un sismo de consecuencias imprevisibles.
De todos modos, vale aclararlo, Los amigos de ellos dos es una comedia. Y si bien al final todo se oscurece, lo que prima es el humor y los diálogos hilarantes.
La obra, muy bien dirigida por Veronese, es, asimismo, un vehículo ideal para Héctor Díaz y Magela Zanotta, dos grandes intérpretes que en esta propuesta cuentan con todo para lucirse.

http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA

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