miércoles, 22 de diciembre de 2021

REPORTAJE A RICARDO LÓPEZ MURPHY POR LUCIANA VÁZQUEZ


“Una forma potente de dominar la inflación que daría resultado enseguida sería quitarle al gobierno todas las autorizaciones para que, una vez fijado el Presupuesto, no se pueda tocar”, imagina. “En un país normal, el gasto está trabado por la autorización presupuestaria pero en Argentina el Presidente lo sube por decreto”, agrega. “Parte de la crisis argentina se debe a que no tiene instituciones presupuestarias adecuadas”, explica. “Si tranquilizamos la economía y bajamos el riesgo, la fracción que va al capital es menor y es mayor incentivo para el trabajo. Empieza a haber más confianza, lo que significa más empleo y más salario”, argumenta. “Si alguien cree que hay una mínima posibilidad de que nos recuperemos, éste es un muy buen momento para comprar en la Argentina porque está baratísima. La Argentina está barata porque esta gente genera pánico”, dice sobre las inversiones que se necesitan y que podrían llegar a pesar de todo. “Es increíble que a este gobierno le vaya mal con 12 mil millones de dólares más por los commodities, porque los precios explotaron; con Brasil y Chile creciendo a todo lo que da y con el regalo del FMI porque nosotros pagamos la deuda con lo que nos da el Fondo: no hacemos esfuerzo. Con todo eso, el gobierno perdió las elecciones. ¿Sabe el esfuerzo que hay que hacer para perder aún con la cancha a su favor?”, plantea. “Tenemos una elite depredadora que da beneficios que no se basan en la productividad sino en los privilegios que otorga el poder”, afirma.
El flamante diputado nacional por Juntos, el economista Ricardo López Murphy, el líder de Republicanos Unidos, estuvo en La Repregunta en medio de la discusión en torno al presupuesto, el acuerdo con el FMI y la crisis inflacionaria.
¿Cómo salir de una inflación que se ha vuelto endémica y encarar el camino hacia el crecimiento? ¿Crecimiento con ajuste o crecimiento sin ajuste? Exportaciones, inversión y empleo, ¿cómo hacerlos subir en plena crisis de confianza? El gobierno de Alberto Fernández y una visión confiscatoria. Cristina Kirchner y el capitalismo de amigos. Ajustes, de 2001 a Cambiemos y al gobierno de los Fernández.
Aquí, la entrevista completa.
L. V. 
-El presidente Alberto Fernández ha declarado que no es muy amigo de los planes y que concibe al Presupuesto nacional como su plan económico. ¿Alcanza un presupuesto para fijar los rumbos de la economía?
-Si el presupuesto estuviera bien hecho, sería una señal potente. Parte del desorden de la inflación, de la crisis que vive la Argentina se debe a que no tiene instituciones presupuestarias adecuadas. El gobierno, por ejemplo, tuvo la pretensión de que se aprobara el presupuesto en una semana con los nuevos diputados sin tiempo de estudiarlo ni de reunirse con los ministros, sin hacer el ejercicio que se hace en todas las democracias y que incluso se hace en nuestras legislaturas provinciales.
“Tenemos una elite depredadora que da beneficios según los privilegios que otorga el poder”, dice Ricardo López MurphyAníbal Greco
Presupuesto 2022, “el dibujo”. ¿Arbitrariedad y confiscación?

-¿Cuál es ese ejercicio?

-Usted convoca a todos los ministros de todas las áreas que componen el gobierno, vienen, explican el presupuesto, la estrategia de acción que van a tener, por qué necesitan los fondos que incluyen, cómo eso se correlaciona con los servicios y acciones que van a llevar adelante. Esa es una oportunidad también para que los representantes del pueblo evalúen la racionalidad de las decisiones. Pagamos tributos o impuestos para afrontar esos gastos. La tributación nace de la representación.

-De hecho es el Congreso el que tiene la potestad de crear impuestos.

-Eso está previsto por Alberdi. Los impuestos le corresponden al Congreso, lo mismo que el crédito y el dinero. Nada de eso ocurre en la realidad. El presupuesto es un dibujo. No tiene nada que ver con lo que va a ocurrir y no tiene nada que ver con un programa. Es simplemente un ejercicio numérico que se hizo entre julio y agosto de este año.

-Más allá de las críticas fundamentadas que usted hace, si por el momento el presupuesto es lo único parecido a un plan económico del gobierno, ¿qué imagen de país y qué tipo de economía se visualiza, analizando el presupuesto, que imagina el gobierno?

-Creo que lo que dice el presupuesto no es lo que va a ocurrir. En la discusión con los organismos multilaterales, el gobierno va a llevar otros números, por eso yo estaba tan enojado en la discusión de la Comisión de Presupuesto. Por ejemplo, el ministro (Guzmán) afirmó que espera que las exportaciones crezcan en 7 % a pesar de que ha venido atrasando sistemáticamente el tipo de cambio. Ni a mí ni a nadie en la Argentina le da lo que el ministro dice que va a ocurrir. El ministro dice que va a poder colocar una cantidad de deuda interna estrafalaria pero nosotros ya hemos llenado los baldes. Hoy todos los plazos fijos están prestados al gobierno. El gobierno está absorbiendo para el Tesoro toda la capacidad crediticia de los bancos, de las compañías de seguros, de los fondos comunes de inversión. El Banco Central ha aumentado la deuda más de 35 mil millones de dólares, justo este gobierno que dice que no se endeuda. Es necesario saber la verdad. No podemos discutir este presupuesto si no tenemos el plan monetario y el cambio. El presidente del Banco Central, que es el que más gasta, cobra más impuestos y es el que más se endeuda, debe dar explicaciones.

-¿Cómo cobra impuestos el Banco Central? ¿A través de la inflación?

-Cobra impuestos a través de dos mecanismos tremendos. Uno, la emisión y otro es el arbitraje. Compra dólares a 100 y los vende a 200. Otra que los señores feudales que desagiaban el oro.
La Argentina que imagina el gobierno. Entre crecer y aumentar impuestos

-Usted señala que el ministro habla de un crecimiento del 7% de las exportaciones.

-Ese es un tema crucial porque estamos muy constreñidos en materia de reservas. Tenemos reservas negativas más las vendidas a términos entre 5 y mil millones de dólares, que no los tenemos. ¿Qué se va a hacer con esto? ¿Dónde está el financiamiento para comprar las reservas?

-Entonces el ministro imagina que las exportaciones, a través de las cuales ingresan divisas, crecerán el 7% en volumen. Y usted señala que, con el desfasaje del tipo de cambio, no se va a traducir en ese tipo de crecimiento. Ahora, más allá de ese número, aunque ese número es central, ¿usted ve que en el gobierno hay una mirada por lo menos teórica puesta en la idea de crecer y en un crecimiento del sector externo para el ingreso de dólares? ¿O ni siquiera eso?

-Creo que ése es el único camino que tenemos y en la negociación con los multilaterales va a estar muy claro eso. La Argentina va a crecer si expande exportaciones, inversiones del sector privado y empleo privado que paga impuestos. Esa es la clave. Hoy necesitamos que el sector civil, el sector privado crezca para que permita financiar ese inmenso sector público que tendrá que ir reduciéndose. El crecimiento y esta reducción van a permitir aumentar la productividad y eso va a crear el círculo virtuoso. Ahora, eso no es consistente con la visión que prevalece en el gobierno: el centro del modelo de crecimiento es cada vez más estatismo y cada vez más impuesto. Hay otra cosa que me pone muy nervioso. Yo soy institucionalista y nuestras leyes presupuestarias dicen que usted no puede poner impuestos. Bueno, hay tres artículos letales de aumento de impuestos y autorización de aumento de impuestos que habilitan al Poder Ejecutivo.

-Se refiere a que el Poder Ejecutivo no puede crear impuestos.

-Alberdi y todos los constitucionalistas lo creen así. Todo ese mecanismo, crédito, gastos, dinero tiene que estar bajo control. Yo hablo de un Congreso fuerte para reconstruir nuestra constitucionalidad. Una de las reformas que ansiaría sería reformar nuestra institucionalidad presupuestaria para lograr la estabilidad y la credibilidad. Que lo que discutamos en el Congreso sea lo que se haga, bien, mal, poco, mucho. Para crecer, tenemos que sacarle el sobrepeso que le hemos puesto al sector privado. Hace 15 años el gasto pasó de 12 puntos del PBI a 24 puntos y todo argumento es cómo vamos a hacer para que crezca más el gasto. Yo escuché algo que me hizo sentir que estaba en una cámara de torutora: escuché que celebraban que habían subido 16 veces los impuestos. A mí me parece un horror pero ellos lo celebraban.

-¿Se celebraba en medio de la discusión que se dio en la Comisión de Presupuesto?

-En la discusión, lo celebraban los funcionarios del equipo económico.

-Por un lado el ministro Guzmán, en el presupuesto, considera que las exportaciones van a crecer un 7%...

-Creo que eso es vital. Lo que no creo es que sea consistente con las políticas del gobierno.

-Pero en eso hay una coincidencia al menos teórica en cómo la Argentina tiene que crecer, en qué sector tiene que crecer.

-Absolutamente.

-Pero lo que usted ve es que eso está reñido con que…

-Con que el tipo de cambio se atrase.

-Y con que se celebra la suba de impuestos. Es decir que en la concepción del gobierno, la financiación está más puesta en la suba de impuestos que en la suba de las exportaciones.

-Yo diría que hay poco énfasis en reducir los gastos. Escuché una cosa simpatiquísima. Yo no salía de mi asombro. El crecimiento del país en 2021 es más alto de lo que habían pronosticado. En vez de ser de 7,5 u 8 puntos, va a ser de cerca de 10. El tema que se discutió fue qué vamos a hacer con la recaudación adicional. Para mí, estuvo claro inmediatamente que debe destinarse a reducir el déficit, reducir la emisión, bajar la tasa de inflación. Pero no: el presidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda dijo no se preocupe, ya lo vamos a repartir.

-Se refiere a Carlos Heller.

-Sí. Es todo un clima de opinión muy distinto a mi visión y a la visión de gran parte de la sociedad civil. Los que acá producen riqueza, crean empleo, los que producen innovación no tienen esa visión. Los siento un rato en la comisión y no queda uno en Argentina.

-¿Cuál sería la visión de los que producen e invierten en el sector productivo?

-Necesitan condiciones parecidas a los países que nos rodean o a países como Australia, Nueva Zelanda, Canadá. Condiciones tributarias y regulatorias que sean favorecedoras del proceso de inversión y creación de empleo y de genuina creación de riqueza. Cuanto más haya de eso, más fácil va a ser financiar el presupuesto sin recurrir a la emisión descontrolada que tenemos.

-Lo que usted señala de ese excedente que se generaría por una mayor tributación es que el gobierno piensa en gastarlo y no en ahorrarlo. ¿Ése es el punto?

-Ése es el punto. En un país normal, ¿qué ocurre si la economía funciona mejor de lo previsto? Como el gasto está fjio porque el Congreso lo autorizó, entonces empieza a tener superávit, bajan las tasas de interés de los bonos. Nosotros tenemos tasas de interés extravagantes de 25%. Si el gasto está fijo, los recursos están subiendo, empezamos a tener superávit, se deja de emitir y recompramos los bonos. Cuando se compran los bonos del sector privado, el sector privado tiene el dinero y puede invertir, puede comprar máquinas, puede crear empleo.

-Baja la inflación porque hay menos dinero circulando.

-Exactamente. Y no es una cosa artificial. Es algo que ocurre naturalmente. En esas economías, el gasto está trabado por la autorización presupuestaria. Pero acá ppor DNU, el presidente sube el gasto. Durante la campaña electoral, acá se decía que el presidente puede mandar la ley de presupuesto al Congreso o puede legislar por DNU. No es verdad. Tenemos la legislación de DNU y vio la cantidad de DNU que aprobaron. Es patológico que el presupuesto se discuta en una semana. En Uruguay, en Chile, en Estados Unidos, en España, en ningún país pasa eso.

-Usted decía que en tres casos el PE tiene autorizaciones especiales. ¿En qué casos?

-Para impuestos, para hacer cosas para las que no debería tener autorización. Y si las quiere, lo tiene que presentar en un proyecto de ley separado. Tenemos que discutir por separado el presupuesto, el plan monetario, el plan cambiario y por otro lado, las leyes impositivas.
El nuevo Congreso. Estrategias presupuestarias y políticas

-Hubo una discusión sobre si dar quórum y votar en contra o no dar quorum directamente en la sesión para discutir el Presupuesto en la Cámara de Diputados. Usted estuvo a favor de no dar quorum.

-El procedimiento es tan atroz contra nuestra institucionalidad que no hay que prestarse a eso. Por supuesto la oposición va a dar quorum. Si hay quorum, yo bajaré al debate.

-Hay una posición que dice que si no se da quorum, el Poder Ejecutivo sigue funcionando con el presupuesto 2021 con una mayor arbitrariedad en la asignación de partidas para 2022.

-Creo que el Presupuesto tiene un grado de arbitrariedad en cualquiera de los dos casos hasta que no quebremos esa ley de los DNU. Yo voy por cambiar eso. Como decía el presidente Menem, el que avisa no es traidor. Voy a tratar de quebrar esta institucionalidad tan disparatada, tan contraria a los principios de la Constitución Nacional y a reponer su funcionamiento. Quiero que el Congreso sea fuerte. Sería una batalla grande pero quisiera que, como en Estados Unidos, hubiera una comisión de conciliación de presupuesto y un comité de apropiación.

-¿Cuál es el rol de cada una?

-Apropiación estaría fijando el presupuesto de Educación, Defensa. El gobierno tendría que discutir con los diputados en detalle cada cosa. En EEUU discuten hasta el misil que van a comprar y dónde lo van a comprar. Ahora existe el de conciliación, existen los techos y un grado de flexibilidad.

-La arbitrariedad está también, por ejemplo, en la pauta inflacionaria para el año que viene que incluye el Presupuesto 2022 del gobierno, fijada por el ministro Guzmán en 33%. Ya la de este año fue insólita, del 29%.

-Y terminó en 50%. Ahí le da otro mecanismo para hacer lo que quiere. Una forma de dominar la inflación que sería muy práctica y muy potente y daría resultado enseguida sería quitarle al gobierno todas las autorizaciones para que, una vez fijado el Presupuesto nominal, no se pueda tocar. Ahí necesitaría una ley cada vez que lo modifique. El otro día vinieron a verme unos diputados con un proyecto y les pregunté cuánto cuesta, cuánto cuesta hacia adelante, quién ha hecho las cuentas. Nosotros no hacemos cuentas, me dijeron, nosotros respondemos necesidades. Yo les dije a los diputados que mientras esté yo acá y si puedo evitarlo, no va a pasar un solo proyecto que no sepamos cuánto cuesta y cuánto cuesta para adelante.

-Claro, de dónde salen los fondos y cómo se sostienen.

-Tendríamos que tener una norma que establezca que cuando se presenta un proyecto, se deba explicar cómo se va a sostener en el futuro. Usted tiene que explicar cómo lo va a financiar en el futuro. Por ejemplo, si existiera esa norma, nunca habrían podido poner las moratorias previsionales.
Crecimiento y desconfianza. ¿Un callejón sin salida?

-Para salir de la crisis, la idea central es que el país tiene que crecer, que las exportaciones y la inversión tienen que crecer. Ahora bien, hay una desconfianza enorme de los argentinos que hace que manden sus dineros al exterior. No recurro a la palabra “fuga” porque no hago una consideración moral sino una consideración práctica. ¿El crecimiento deriva en mayor inversión sólo en la medida en que hay confianza en el gobierno y en el Estado?

-Parte es resolver esta normativa presupuestaria y monetaria, de inependizar el Banco Central y romper el vínculo entre el Banco Central y el Tesoro porque hoy el Banco Central es la segunda tesorería. Si se rompe ese vínculo, si se fija bien el Presupuesto, la inflación se termina. Parte de la desconfianza de la gente es esa inflación descontrolada. Parte de la desconfianza es esa idea confiscatoria de los impuestos.

-La vicepresidenta plantea negociar con el FMI para ver dónde están los paraísos fiscales de los argentinos.

-Ahí está el caso de (Daniel) Muñoz (NdelE: secretario privado de Néstor Kirchner). El juez (Julián) Ercolini pide la extradición del mexicano (NdelE:Isaac Eugenio Esparza Hidalgo, vinculado con Muñoz). Cuando venga, nos vamos a enterar de un montón de cosas. Ahí está Alex Saab, el otro que se ocupaba de estas cosas. Esos son grandes operadores de los mercados negros, de los negocios de armas, de los negocios de drogas, de la satrapíaa que tenemos en América Latina de los gobiernos totalitarios que son los más corruptos que hay. En Venezuela hay un cartel de corrupción.

-En ese punto, lo llevo a otro terreno, aquel empresario argentino, aquel particular que genera un excedente, un ahorro, lo convierte en dólares y ante la inseguridad jurídica de Argentina y ante esa visión confiscatoria del gobierno que usted plantea, decide crear una cuenta en el circuito legal del exterior.

-O puede irse a Uruguay.

-¿Cómo se revierte esa desconfianza?

-Creando confianza.

-¿Cómo se crea?

-Un punto básico es con instituciones presupuestarias y monetarias razonables, con instituciones tributarias razonables. O sea, que usted no pueda modificar y darle al Poder Ejecutivo facultades para cobrar el impuesto que se le ocurra.

-Todo eso no se va a crear el año que viene. Entonces, pueden crecer las exportaciones como dice Guzmán pero los exportadores no necesariamente van a retener sus ganancias en la Argentina para invertir.

-Usted tiene que reconocerme que 200 pesos es un precio caro. En general, Argentina está barata. Si alguien cree que hay una mínima posibilidad de que nos recuperemos, éste es un muy buen momento para comprar cosas en Argentina porque está baratísima. ¿Por qué está tan barata? Porque está esta gente que genera pánico. ¿Entonces qué hay que hacer? Hay que ganar las elecciones, es decir que ya dimos el primer paso. Yo estoy esperanzado. Si damos el primer paso, si hay un programa adecuado, si armamos una narrativa adecuada, una gobernanza adecuada, por ejemplo que no se pelean dentro de la coalición como se pelean ahora. Eso es falta de gobernanza.

-Pero ese plan es para dentro de dos años y si eventualmente Juntos para el Cambio gana las elecciones.

-Pero el capital no espera hasta el final. El capital se anticipa. Parte de los problemas que tuvo Macri se debieron a que cuando en 2013 se vio que Cristina no se quedaba, mucha gente empezó a comprar bonos y eso le dio a Cristina la posibilidad de terminar sin una crisis. Había una inmensa crisis pero no era sintomática.

-Es decir, a la espera de la llegada de Cambiemos, se anticipó una mejora.

-Claro. Creo que esta vez ese efecto va a ser mucho menor porque la verdad que la gestión anterior fracasó porque probablemente hizo promesas que no podía cumplir y no tuvo una narrativa precisa sobre los dilemas que enfrentamos. Hoy veo un gran cambio. No quiero lucir arrogante, pero el discurso más aplaudido el otro día fue el mío y usted sabe que no soy concesivo; voy muy a fondo, soy muy práctico, trato de que veamos los dilemas. Eso es lo que tiene que hacer un líder político. Explicar los dilemas y porqué rumbea para un determinado lugar.

-Es decir que usted ve un cambio cultural que la sociedad percibe y experimenta.

-Yo veo un cambio grande. En eso soy muy optimista.



A crecer o a redistribuir. ¿Cómo salir de la crisis?

-La frase que se instaló en las últimas semanas, recuperando algún concepto de Néstor Kirchner, es primero el crecimiento y después la redistribución.
-Ambas cosas son simultáneas.

-¿Pero usted podría compartir esa idea?

-Sí. Si crecemos muy fuerte sobre todo en empleo, la mejora en el nivel de vida de la gente va a ser espectacular. Si nosotros logramos que crezca el empleo privado formal, eso sube la productividad, las garantías sociales formales y los resguardos. En la medida en que el país crece, el crecimiento beneficia más a la gente que está sin empleo. Además si baja el riesgo país, otro beneficio. El riesgo país es la remuneración del capital. Si en Uruguay es 2 y acá es 25, acá es como entrar a un casino y jugar a ver si sale la bola, si no hacen una locura. En cambio si tranquilizamos la economía, si bajamos el riesgo, al bajar el riesgo, la fracción que va al capital es menor y es mayor incentivo para el trabajo. Usted empieza a tener más confianza, lo que significa más empleo y más salario. La clave de la distribución del ingreso es la homogeneidad. Si usted lograra que el capital humano fuera homogéneo, eso bajaría enormemente la desigualdad. Por eso los países nórdicos son igualitarios, porque su capital humano es muy homogéneo.

-El nivel educativo por ejemplo.

-Ése es un insumo decisivo del capital humano. La nutrición, el desarrollo neuronal que se produce entre el útero y los dos años y medio. Eso es lo que cambia la distribución del ingreso, no los Estados y los impuestos 25.16

-Es muy interesante lo que dice. Ahora bien, eso corre el arco porque ya no sólo es una cuestión de consensuar las cuestiones macroestructurales que influyen en la economìa diaria sino también pensar en el largo plazo de la alimentaciòn de los niños, en la educación que también es un proceso de largo alcance.

-Es un proceso de largo plazo el que transforma una sociedad muy heterogénea. Salga de Puerto Madero o del barrio donde está esta redacción, Vicente Lopez, y córrase hasta González Catán o Virrey del Pino y verá una heterogeneidad social extraordinaria. Ni le digo si usted cruza de la pampa gringa en Santa Fe a los lugares más pobres de Santiago del Estero. Se ve una inmensa heterogeneidad. En cambio, en Suecia, Dinamarca, Noruega, Corea, Japón, Taiwán, se ve ve una inmensa homogeneidad. Yo fui a Taiwán 31 años atras. Lo que me asombró en Taiwan respecto de Acapulco es que en Méxivo veía a los ricos adelante y a los pobres, atrás. En Taiwán, toda la gente estaba en la Iglesia vestida igual. Era una sociedad mucho más homogénea que se basaba en el trabajo, que no se basaba en el empleo público ni en el clientelismo. Todo eso empobrece. El empleo público empobrece. Los planes empobrecen, generan vicios, degradación. Espantan el capital. Hace mucho daño cuando es un empleo inservible. Cuando yo era ministro había 2 millones de empleados públicos y ahora hay 4 millones con tecnologías muy superadoras.

-En este cambio cultural que se está dando en Argentina con el ingreso de conceptos como racionalidad en el gasto, déficit cero, la libertad individual para manejar los propios ahorros…

-Y construir una sociedad más homogénea. Una sociedad donde no haya excluidos, donde no tengamos esa elite depredadora que tenemos que asigna beneficios que no tienen que ver con la productividad y la innovación sino con los privilegios que otorga el poder.
La elite dirigente y sus responsabilidades

-Dada esa definición, ¿quiénes integran esa élite deprededadora? ¿La clase política, los empresarios prebendarios?

-Eso solo lo puede construir la política. La política puede construir eso u otra cosa distinta.

-Pero hay empresarios que son cómplices de ese sistema.

-Si un gobernante regala algo como un ROE (Registro de Operaciones de Exportación)… En el gobierno anterior, Cristina decía nadie puede comprar trigo excepto mi amiga. Usted compraba a la mitad de lo que valía y lo vendía al doble. ¿Por qué? Porque era su amiga. El dedo de Cristina es mucho peor que la mano artrítica de Adam Smith. Acuérdese de eso.

-El capitalismo de amigos.

-El capitalismo de cuates. Eso ha sido la principal tragedia no solo de Argentina sino de América Latina. Por eso ellos quieren que todo sea política, que ellos sean los únicos que le digan a los amigos quién gana, quién pierde. En la comisión de Presupuesto y Hacienda presencié un incidente en el que alguien preguntaba a quién le pagaron la fiesta del año pasado, ¿Por qué tiene que pagar el Estado la fiesta de una facción política?

-De las cifras de inflación que se conocen todos los meses, surgen cuestionamientos al sector textil, indumentaria, uno de los que más aporta a la suba de la inflación. Hay mucha crítica al modo en que se está subsidiando ese sector en la Argentina. ¿Coincide con esa mirada?

-Lo mejor que podríamos hacer es tener una economía muy abierta y con estos tipos de cambios altos, no hay ningún riesgo. Tenemos que ser grandes exportadores.

-¿Podría explicar eso? ¿Por qué no hay riesgo cuando se abre la economía y hay un tipo de cambio alto?

-Usted tiene que tener cuidado porque no es sano cuando usted se endeuda para traer dólares vía deuda y no los trae por exportación. No va a poder traer chucherías: para importar, va a tener que vender y como no tenemos crédito, va a tener que vender más de lo que compra para generar superávit. ¿Para qué el superávit? Para pagar los intereses de la deuda pero también para acumular reservas. Nosotros vamos a un modelo asiático de crecimiento: educación de calidad homogénea, que tiene que lograr que todos los chicos vayan a la escuela, que haya doble escolaridad en los barrios marginales.

-Homogeneidad es equidad, no igualitarismo.

-Yo diferencio entre equidad e igualdad. Equidad es devolverle a cada uno según el esfuerzo que hizo. Igualdad no es contributivo por eso no soy socialista. La igualdad de resultados forzada, que todos usemos el traje mao, a mí me parece pésimo.

-La palabra homogeneidad podría interpretarse en ese sentido.

-La homogeneidad de la que yo hablo es la posibilidad de crear posibilidades de acceso a la educación, a la nutrición, al desarrollo de las carreras, a poder tener una vida con horizontes llena de entusiasmo y de optimismo. Eso es lo que yo quiero que le devolvamos a mi patria.
Ajuste, de 2001 al presente. La batalla cultural por la racionalidad en el gasto

-Cuando fue ministro de Economía de la Alianza, vivió una situación muy crítica y fue muy cuestionado por aquel famoso ajuste de marzo de 2001. ¿Por qué sigue habiendo tanta resistencia en la cultura política, económica y social argentina a la idea del ajuste como racionalidad en el gasto?

-Podemos hacer una distinción interesante. Ahora tenemos superávit de cuenta corriente, es decir, producimos más de lo que compramos al exterior. Entonces no necesitamos ajuste porque no es como España y Grecia cuando intervino el Fondo. Lo que sí tenemos es un sector público sobre extendido y un sector privado muy achicado y muy agobiado por inmensos impuestos que traban la generación de riqueza. Hay que ampliar el sector privado y reducir el sector público, que no es lo mismo que cuando usted se está endeudando con el exterior, por ejemplo en el segundo trimestre de 2018. Antes de que ocurriera el cataclismo, Macri se endeudaba en 40 mil millones de dólares anuales. Ahì el problema era otro y en ese caso, tenía que ajustar, no había escape porque nadie le iba a prestar 40 mil millones de dólares por año. Eso no era razonable eso, nunca lo fue. Estuvo mal hecho. Una de las cosas que a mí me llena de optimismo es que la oposición aprendió; no va a caer en los errores que cometió en 2016.

-¿Por qué se discute tanto sobre el ajuste si usted dice que no es necesario un ajuste?

-Porque ellos la política interpreta el ajuste como perder el control sobre toda la sociedad. Quieren poder atosigar a la sociedad con impuestos y después, beneficiar a los amigos con esos fondos. La idea es les saco a todos y se lo doy a los amigos. Por eso se enriquecen los amigos del poder.

-La diferencia de esta discusión sobre el ajuste con el ajuste durante su gestión en 2001, ¿tiene que ver con las condiciones externas?

-En esas circunstancias, nosotros teníamos precios internacionales que eran un tercio de los de ahora.

-Los commodities.

-Sí y el nivel de vida depende de mi productividad y del valor de lo que yo vendo. Argentina tiene una productividad inmensa en la feracidad de su cadena agroindustrial. Tiene los mejores agricultores y productores del mundo por una diferencia abrumadora. Los nuestros parten con una carga que es 60% más alta que el resto. Tienen que llevar una mochila inmensa. Y aún con esa mochila, son capaces de quebrar al resto. Son unos fenómenos. Pero si el precio de esos bienes cae a un tercio, es como si su salario cayera a un tercio y usted me dijera que no hay horas de trabajo con que lo pueda compensar. Yo le diría que no, no hay forma. Hay que acomodarse. Lo que yo decía entonces es acomodémonos un poquito, porque era muy poquito.

-¿De cuánto era el ajuste en términos porcentuales?

-Era el 0,6 del PBI. Era una cosita chiquita porque teníamos financiamiento para aguantar porque yo sabía que ese precio iba a subir. Nunca imaginé que iba a subir como finalmente subió, de 130 a 600 dólares la tonelada de soja. Con 600 y Lopez Murphy a cargo, le mejora habría sido increíble. Pero no lo digo arrogantemente. Con disciplina, con seriedad, con transparencia, con decencia, creyendo en la economía de mercado y respetando los derechos de propiedad, habríamos entrado en un cohete de crecimiento.

-¿Faltó un cambio cultural en ese momento que permitiera comprender ese proceso?

-Faltó comprensiòn del problema, por ejemplo, comprender que nuestro nivel de vida depende de la productividad y del valor de lo que vendemos. Lo que es increíble es que a este gobierno le vaya mal con 12 mil millones de dólares más por los commodities, porque los precios explotaron; con Brasil y Chile creciendo a todo lo que da y con el regalo del FMI porque nosotros pagamos la deuda al Fondo con lo que nos da el Fondo: no hacemos esfuerzo.

-Y con la inflación que beneficia a la recaudación.

-Con todo eso, el gobierno perdió las elecciones. ¿Sabe el esfuerzo que hay que hacer para perder aún con la cancha a su favor? Y perdieron igual.
Un economista de convicciones

▪ Formación. Licenciado en Economía por la Universidad Nacional de La Plata, realizó una maestría en la Universidad de Chicago y es doctor honoris por la UCEMA.

▪ Función pública. Fue sucesivamente ministro de Defensa, de Infraestructura y de Economía durante el gobierno de Fernando de la Rúa.

▪ Libros. Más prosperidad, menos incertidumbre; Ideas para la reforma argentina.

http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA

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