NANOSATÉLITES ARGENTINOS; UN VERDADERO ORGULLO

Resultan destacables y promisorias la visión y la capacidad de nuestros especialistas para encarar y desarrollar proyectos innovadores
Martes 21 de junio de 2016
El diseño de microsatélites, en un departamento de la Capital Federal. Foto: Satellogic
Se han dado en nuestro país pasos muy promisorios en el campo de la nanotecnología, que se pondrá al servicio de la producción y del comercio. Promotor de la iniciativa ha sido Emiliano Kargieman, quien, desde la adolescencia, tuvo visión y capacidad para llevar adelante proyectos innovadores. En lo que concierne a su actual aporte, se ha concentrado en el diseño y la construcción de nanosatélites, lo que constituye una novedad de verdadero interés.
El actual desarrollo cobró forma cuando se llegó a las experiencias de ensayo, que se llevaron a cabo el 26 de abril y el 21 de noviembre de2013, las dos primeras, y el 20 de junio de 2014, la tercera. Esas pruebas, cuyos "protagonistas" fueron bautizados "Capitán Beto", "Manolito" y "Tita", se hicieron con financiamiento del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva y con la colaboración de Invap, mientras que el Instituto Tecnológico de Buenos Aires contribuyó al dar asistencia técnica.
Las pruebas iniciales se realizaron con el Capitán Beto, en China, monitoreado desde Radio Club Bariloche. Los datos que transmitía podían ser captados por los radioaficionados; por su parte, Manolito fue lanzado desde una plataforma en Rusia.
Así creció la empresa Satellogic, creada por Kargieman, quien, luego de la etapa experimental ha dado paso a dos flamantes productos, llamados con humor "Fresco" y "Batata". Estos nanosatélites ya ofrecen servicios que despiertan el interés de clientes, a fin de emplearlos para monitorear campos y cultivos, entre otros fines.

Estos pequeños grandes productos del ingenio humano, lejos por sus tamaños de los que se conocieron hasta ahora, y que se consideran económicos y eficaces para los propósitos de su empleo, llevan los equipos necesarios para el control del comportamiento y el establecimiento de su posición en el espacio. Cuentan también con una computadora aplicada a la navegación espacial, a fin de comunicar con intervalos breves un conjunto de datos.
Es notable el crecimiento de la empresa Satellogic, que posee una planta de integración en Uruguay, un equipo de desarrollo de software en Palo Alto, Estados Unidos, y el desarrollo de negocios y ventas en Colombia, Canadá e Israel. En nuestro país, estará radicada una estación receptora de datos, diseñada y operada por ingenieros de la empresa. Habrá otra en Svalbaard, Noruega. Esta mención da la pauta del ambicioso proyecto que supone Satellogic, cuyo éxito significará un legítimo orgullo para nuestro país