viernes, 2 de junio de 2017
CINE Y TEATRO RECOMENDADOS
El reencuentro: encuentro de grandes actrices
Sage femme, Francia-Bélgica/2017, hablada en francés / Dirección y guión: Martin Provost / Fotografía: Yves Cape / Edición: Albertine Lastera / Música: Grégoire Hetzel / Elenco: Catherine Frot, Catherine Deneuve, Olivier Gourmet, Quentin Dolmaire, Mylène Demongeot / Duración: 117 minutos / Calificación: sólo apta para mayores de 13 años
En principio, dos personajes que se supone que no tendrán nada en común. Al contrario. Todo, empezando por sus personalidades, sus estilos de vida y sus experiencias, ha contribuido a subrayar las diferencias entre las dos mujeres. Y no sólo porque entre las dos ha habido un hombre -el padre de una, el que fue amante de la otra, muerto quizás a consecuencia de su abandono-, sino por la ternura y la delicadeza con que el autor -el guionista y director Martin Provost- construye la historia de su reconciliación. Claro que cuenta con la decisiva colaboración de dos actrices formidables y con la química entre ellas, que se vuelve decisiva con el avance de la relación.
Llama la atención que hasta aquí ningún otro cineasta haya adivinado que era tanta y tan perceptible la proximidad que las dos más famosas Catherines del cine francés -Deneuve y Frot, si bien en los titulos el orden se presenta a la inversa- eran capaces de establecer esa estrecha y secreta conexión entre dos personajes que no necesitan valerse de palabras para traducir sus sentimientos aunque no siempre estén dispuestas a exponerlos. Claire ejerce con verdadera pasión su profesión de partera en una maternidad próxima a ser cerrada. No es casual que el film comience con una escena de parto, sobre todo si poco después se sabrá que Béatrice, la que fue amante de su padre, padece una enfermedad incurable. Vida y muerte se alternan aquí, como sucede en la vida y en este sensible relato.
F. L.
Colossal: el arte de contar lo increíble
Canadá/España, 2016, hablada en inglés / Dirección: Nacho Vigalondo / Guión: Nacho Vigalondo / Fotografía: Eric Kress / Edición: Ben Baudhuin, Luke Doolan / Música: Bear McCreary / Elenco: Anne Hathaway, Jason Sudeikis, Austin Stowell, Tim Blake Nelson, Dan Stevens, Hannah Cheramy, Nathan Ellison / Duración: 109 minutos / Calificación: apta para mayores de 13 años con reservas
Es muy difícil encontrar otra película como Colossal, porque es dificilísimo hacerla. No sólo por la increíble premisa de la que parte. En realidad no parte de ella, porque la conexión entre lo que sucede con dos personas en una plaza en un pueblo norteamericano y lo que ocurre en Seúl se establece cuando la película ya ha avanzado. Y ya le creemos, porque a Colossal le creemos mucho, también esa conexión disparatada entre mujer y hombre y dos monstruos gigantes (kaijus) arraigados en la tradición del cine japonés. Vigalondo (Los cronocrímenes) es alguien que entiende los mitos y las energías del cine, y sólo desde ese entendimiento se puede llevar adelante, con este ritmo y esta gracia, una película así. Vigalondo no se disculpa por esta propuesta -que definió como un cruce entre ¿Quieres ser John Malkovich? y Godzilla- inviable en los papeles, sino que cuenta con algo que no está presente todos los días en el cine: la convicción. Vigalondo sigue los consejos de Oscar Wilde: se preocupa por hacernos creer en su decisión de contar lo que está contando y, así, nos hace creer en eso que cuenta. Y va más allá, nos divierte en el sentido más feliz: nos atrapa porque su mecanismo narrativo es de una bienvenida insolencia. Historia de chica que es echada de casa por su novio, que vuelve al terruño, que se reencuentra con un compañero de primaria que tiene un bar. Y hay celos y maldades, y alguien tiene que enfrentar esas maldades, como se pueda. Y Anne Hathaway y Vigalondo pueden.
J. P. F.
El Teatro Cervantes, en un viaje exquisito
Gustavo Tarrío, quien repone El vestido de mamá, presenta La guiada, mágico recorrido por la histórica sala
Decididamente, terminar en modo de profunda e íntima emoción a las doce del mediodía de un sábado es algo extraño, hasta un tanto perturbador. Eso logra La guiada, el espectáculo de Gustavo Tarrío que se mete en las entrañas del Teatro Nacional Cervantes.
En lo formal, la obra tiene el formato de una propuesta artística que oficia de visita (guiada) a la sala histórica recorriendo sus halls, su propia vida, los pasillos y sus salas, y que invita a traspasar los umbrales de puertas que tienen el cartelito de "prohibido pasar". Pero en manos de este talentoso director y dramaturgo, lo formal tiene patas cortas para proponer otras poéticas, otro tipo de apreciación del espacio, otra forma de ser espectador.
Para lograrlo, como es común en él, se reúne con cuatro intérpretes exquisitos (Gustavo Di Sarro, Marcos Krivocapich, Milva Leonardi y Nicolás Levín) que serán los encargados de guiar esta visita cargada de humor y que abarca anécdotas históricas, apreciaciones arquitectónicas, desencuentros sociales y políticos, la situación de un incendio que tuvo su héroe, tramas familiares y artísticas, una falsa obra en ensayo que nunca se estrenará, pasillos cargados de magia y hasta quedarse unos minutos en el patio de actores, en donde se cruzan historias pequeñas con los grandes textos universales y nacionales. Justamente, lo nacional, una reflexión cargada de bifurcaciones y puntos de fuga, es uno de los nodos de este trabajo que ilumina el espacio en sí mismo, que se da el lujo de apostar a la contemplación en silencio, pero también a poner en pleno escenario de la María Guerrero, la icónica sala con todos sus emblemas, una cumbia que estos cuatro clowns disfrutan a sus anchas junto a los aportes creativos de Pablo Viotti, en la música; Endi Ruiz, arte y vestuario; Fernando Berreta, iluminación, y Virginia Leanza, encargada de la coreografía,
El relato creado por Tarrío junto a Aldana Cal no es lineal. Apuesta a la confusión, al dato con rigor y a su libre interpretación. Los personajes están "confundidos" en un territorio -como el de esa gran arquitectura teatral- ideado, pensado, imaginado para que lo ficcional despliegue su vuelo. Entonces, todo cierra. O, por el contrario, La guiada abre la puertas al visitante para que habite ese Gran Teatro Nacional (así, en merecidas mayúsculas) sostenido con dineros públicos.
Desde el sábado, Tarrío, el creador de obras como Decidí canción, Todo piola o Kuala Lumpur, también tendrá su propio circuito. O, dicho de otro modo, se podrá hacer una visita guiada por su propio universo creativo. Es que, además de esta maravillosa propuesta apta para tantos públicos que se presenta en el Cervantes, repondrá en el Centro Cultural 25 de Mayo, pleno corazón de Villa Urquiza, El vestido de mamá, un musical para toda la familia basado en un libro para chicos de Dani Umpi y Rodrigo Morales que obtuvo excelentes comentarios cuando se estrenó, el año pasado, en el Rojas. Esta vez, la historia de ese pibe que se vislumbra con el brillo de los vestidos de fiesta de su madre tendrá lugar en la Sala Redonda del viejo teatro. Para quien viene demostrando una exquisita inteligencia en lo que hace a la lectura del espacio, la Redonda parece ser un ámbito ideal. Entonces, anote: La guiada va los sábados, en el Cervantes, a las 11 de la mañana. Vale reservar con tiempo porque no entran más de 40 personas. Y El vestido de mamá va los sábados y domingos, a las 17, en el 25 de Mayo.
A. C.
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