viernes, 17 de mayo de 2019

LA PÁGINA DEL DR. JUAN CARLOS DE PABLO,


Política cambiaria: ¿la incertidumbre es un bien?


Juan Carlos de Pablo
El último día del mes pasado el Banco Central (BCRA) anunció que la entidad intervendrá en el mercado de cambios, aunque el precio del dólar sea menor al límite superior de la banda cambiaria, fijado en $51,45 por dólar. Aclarando que no piensa explicitar el criterio o la oportunidad en la cual va a intervenir. ¿Cómo entender que la incertidumbre en materia de política cambiaria puede ser un bien, cuando la inmensa mayoría de los economistas prefieren las reglas a la discrecionalidad?
Al respecto hablé con el austríaco Gottfried Haberler (1900-1995), quien a partir de 1936 enseñó en la Universidad de Harvard. Paul Anthony Samuelson pintó a su profesor en los siguientes términos: "A lo largo de su vida, nunca cambió. Superó a Dorian Gray, porque su belleza interior tampoco decayó con el tiempo. Era el más amable de los refugiados austríacos que llegaron a los Estados Unidos. Fue uno de los pocos conservadores inteligentes de su época. Como Joseph Alois Schumpeter, disentía con John Maynard Keynes, pero se concentraba en la diferencia de contenidos. Tenía gran sentido del humor. Le mostré mis primeros trabajos, que comentó con detalle. El estímulo es muy importante cuando uno es joven, pero la comprensión y la crítica son más importantes todavía". Junto a Jacob Viner y Bertil Ohlin, plantó los cimientos de la moderna teoría del comercio internacional. Prosperidad y depresión, publicado en 1937, es una meticulosa reseña de las teorías de los ciclos económicos.
-Lo acuso de ser un caballero mentiroso. Le explico. Soy testigo de su caballerosidad, por la forma en la que presentó a Raúl Prebisch cuando dictó una conferencia en Harvard, cuando era obvio que no compartía buena parte de sus ideas.
-Es que no hay que pelearse por diferencias intelectuales, como mostraron David Ricardo y Thomas Robert Malthus. ¿A qué viene lo de mentiroso?
-Fui alumno suyo en 1966. Recuerdo la notable forma en que en su curso de comercio internacional combinaba teoría, historia e instituciones. Lo de mentiroso alude al hecho de que, muchos años después, al terminar una conferencia que usted pronunció en el BCRA, me acerqué a saludarlo y me dijo que me recordaba.
-(Sonrió) Bueno, entremos en materia.
-El grueso de los economistas prefiere las reglas a la discrecionalidad, particularmente después de la monografía escrita por Finn Erling Kydland y Edward Christian Prescott, por la que en 2004 obtuvieron el Premio Nobel. A la luz de esto, ¿cómo se entiende la nueva política cambiaria?
-Las reglas son preferibles a la discrecionalidad porque esta última genera inconsistencia temporal y plantea la cuestión de la credibilidad y reputación de las autoridades, delante de la población, cuestión analizada de manera sistemática por su compatriota Guillermo Antonio Roberto Calvo. Alex Cukierman y Allan H. Meltzer generaron modelos en los cuales 100% de trasparencia por parte de la autoridad monetaria es una exageración. Pero, francamente, no les recomendaría que basaran su accionar en ellos.
-Acaba usted de pegarle un mazazo al Banco Central.
-Calma, porque toda medida de política económica tiene que ser evaluada en su contexto. La preferencia de las reglas sobre la discrecionalidad debe alertar contra la pretensión de crear y dar a conocer una regla que genere una falsa certeza. Porque, como nadie se chupa el dedo, un anuncio no creíble genera respuestas contrarias a las esperadas por el gobierno. Si en la Argentina de 2019 el BCRA anunciara el congelamiento del precio del dólar en términos nominales, con la tasa de inflación que tienen y la que esperan tener, induciría la compra de dólares, no su venta.
-Entonces está de acuerdo con la medida.
-Más que acuerdo o desacuerdo, permítame plantear algunas cuestiones operativas. Que el BCRA anuncie que no va a explicitar su política de intervención en el mercado cambiario no quiere decir que los operadores no la descubran. Si yo no le digo a usted cómo estoy generando una sucesión, pero le canto 1, 2, 3, 4, usted podrá continuarla sin problemas.
-Sí, pero nadie espera que deducir la regla de intervención cambiaria sea tan fácil.
-De acuerdo. Pero las mejores energías de los operadores privados se dedicarán a tratar de averiguarla, por lo cual, para seguir sorprendiendo al sector privado, los funcionarios del BCRA deberían cambiar la regla de formas crecientemente complicadas. Un desafío que difícilmente sea exitoso. Por si le interesa como antecedente, Paul Adolph Volcker decía que cuando presidía el Sistema de la Reserva Federal se iba a dormir todas las noches pensando en las picardías que se les iban a ocurrir a los operadores del sistema financiero, y cómo haría para neutralizarlas.
-¿Y entonces?
-Es muy difícil hacer política económica en un país tan politizado como la Argentina, que está en plena campaña electoral y aunque todavía no se conozcan oficialmente los candidatos, cuando encima las autoridades enfrentan graves problemas de credibilidad. La nueva política cambiaria arranca con misterio absoluto, pero con el correr del tiempo se va a ir develando.
-Don Gottfried, muchas gracias.

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