Hoy en día la Argentina se ve afectada por tres importantes problemas relacionados entre sí: déficit fiscal elevado, atraso cambiario y bajo crecimiento económico. El déficit fiscal es financiado, en gran parte, con endeudamiento extranjero. Sin embargo, al tener que enfrentar gastos en pesos, el Tesoro vende las divisas, aprecia el tipo de cambio y acentúa el atraso cambiario. El atraso dificulta el crecimiento del sector privado, por ejemplo, reduciendo los incentivos a invertir dólares en la economía real. Y el menor crecimiento incrementa el déficit fiscal debido a las dificultades de licuar el gasto en términos reales.
Suena fácil que con tan sólo la baja del déficit fiscal se solucionarían los tres problemas. Pero como la presión tributaria ya es alta, no es posible aumentar los impuestos. Por otro lado, una abrupta baja del gasto público traería un fuerte impacto socioeconómico a sectores sensibles y si se implementara generaría un mayor apoyo a partidos políticos que impulsarían retrotraer ese recorte del gasto, anulando dicha política.
Por ende, la solución para encarar la reducción del déficit es gradual. Es necesario pensar cómo la Argentina puede crecer en los próximos años con atraso cambiario y sin poder reducir abruptamente los impuestos. Una de las apuestas que se debería encarar es el desarrollo a largo plazo de sectores productivos competitivos. Un caso cercano es el de Uruguay con el desarrollo de su sector forestal. Comenzó por 1987 con regímenes de promociones, marco regulatorio claro y que fue continuado y mejorado por los gobiernos que le sucedieron.
Un factor importante para impulsar el crecimiento es el desarrollo del crédito. Los principales desafíos son bajar el elevado nivel de inflación y la inestabilidad de las reglas económicas (corralito, pesificación asimétrica). La posibilidad de transitar un sendero previsible de desinflación en un marco legal estable y claro, será un importante aporte.
Otro tema fundamental es avanzar con los proyectos de participación privada en infraestructura. Este año el sector público realiza un ambicioso plan de obras, ayudado por el dinero del blanqueo. A futuro no contará con ese dinero y deberá cumplir con una meta de baja del déficit. Para transitar esta reducción es necesario que el sector privado pueda tomar en parte y de forma eficiente el lugar que hoy ocupa el sector público.
El autor es economista jefe de la consultora Elypsis
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