sábado, 17 de junio de 2017

LA VERDADERA CARA DE ESTE "DEPORTE", POR EL QUE SE MATA, SE ROBA Y SE ENGAÑA

¡¡PASIÓN DE MULTITUDES!!!....NO ME HAGAS REIR...
Negocio redondo: Champions League vs. la Copa Libertadores
Pese a los esfuerzos del fútbol sudamericano, la brecha económica entre los dos torneos no deja de crecer; cómo hizo la competencia europea para convertirse en un evento de interés mundial
15%
En ascenso
Es la suba que registró el premio que recibirá el equipo que salga campeón el próximo sábado, en la final de la Champions, que en total se llevará US$ 17,3 millones


La pelota de fútbol es apenas la excusa. Atrás de ella, en Europa o América del Sur, se mueven millones que juegan su propio partido. Cadenas de televisión, empresarios de clubes, anunciantes e hinchas son los protagonistas de un negocio que tiene en la Champions League y la Copa Libertadores sus mejores exponentes en cada continente.
Las competiciones de clubes europeas representan una enorme fuente de ingresos para la UEFA, la entidad que agrupa a las asociaciones de cada país y es responsable de la organización de estos certámenes. Según sus datos oficiales, la entidad cerrará esta temporada con ingresos que rondarán los US$ 2627 millones de dólares (2350 millones de euros) por acciones comerciales vinculadas con la Champions League, la Europa League (segundo torneo continental) y la Supercopa Europea, que enfrenta a los ganadores de ambas competencias.

 De ese monto, unos US$ 1474 millones (1319 millones de euros) se repartieron entre los equipos participantes de la Champions, con montos variables según los resultados.
En esta temporada, los premios a percibir por cada club se incrementaron un 15%. De esta manera, el perdedor de la final del sábado recibirá US$ 12,3 millones, mientras que quien gane la final en el Millennium Stadium de Cardiff embolsará US$ 17,3 millones (15,5 millones de euros). De esta manera, el premio total al campeón, sumadas las bonificaciones por las instancias previas, superará los US$ 64 millones.
Para los organizadores de la Champions, las mayores fuentes de ingreso son la venta de derechos de televisación y los auspiciantes, cuyos contratos tienen duración de tres años. El torneo tiene hoy ocho sponsors oficiales (Heineken, Adidas, Gazprom, MasterCard, Nissan, Pepsico, Sony y Unicredit), cuya inversión se estima en alrededor de US$ 70 millones anuales. Los vínculos vigentes actualmente comenzaron en 2015 y finalizan a mediados de 2018, aunque la UEFA ya avanza con las renovaciones hasta 2021.
Lo mismo ocurre con los derechos de televisión, que se licitan por países o regiones (en América del Sur son compartidos por ESPN y Fox Sports), también en contratos trianuales, que verán incrementos para el nuevo ciclo. En Francia, los montos subieron un 111% y pasaron de US$ 184 millones por año (165 millones de euros) a más de US$ 390 millones (350 millones de euros), mientras que en Inglaterra, el valor del paquete se elevó un 66% y pasó de US$ 385 millones (345 millones de euros) a más de US$ 508 millones (455 millones de euros) por temporada.


En ese escenario hay factores deportivos y extradeportivos que explican y sostienen el crecimiento del negocio. Además de contar con los equipos más importantes de Europa, que concentran a los mejores jugadores del mundo, la organización de la Champions League construye y cuida la imagen de su marca para optimizar la comercialización de su producto. "La Champions League es un caso de éxito de cómo una competencia deportiva puede explotar su poderío. No es casualidad. Hicieron un trabajo que comenzó en 2005, con un manual de branding con seis capítulos, y lo rehicieron en 2009. No dejan nada librado al azar. Involucra todo el trabajo de imagen: qué se puede hacer con las gráficas en la cancha y fuera de la cancha, cómo hacer las promociones, las barridas de TV o en qué momento hacer sonar el himno", explica Guillermo Ricaldoni, managing director de la agencia de marketing deportivo We Are Sports. "Trabajan como una marca comercial. Todo está estandarizado. De esa forma generan todo la garantía de la calidad de lo que se va a ver y crean valor. Eso hace que se puedan conseguir mejores contratos de patrocinio y TV", agrega.
En efecto, hoy la Champions League está entre los 10 certámenes deportivos más valiosos según la revista Forbes, en un listado que encabeza el Super Bowl, la final anual del torneo de fútbol americano de los Estados Unidos que maneja como ningún otro espectáculo la combinación de deporte y entretenimiento. Hacia allí se orienta también la Champions. La final, que tendrá 74.500 espectadores en el estadio y entradas que iban de los 67 dólares (60 euros) a los 435 dólares (390 euros), proyecta alcanzar una audiencia superior a los 200 millones de personas en todo el mundo.
En el aspecto deportivo, los protagonistas de la final también muestran números que los ubican entre los más poderosos del mundo. El Real Madrid, actual campeón del certamen, es el tercer club con mayores ingresos anuales, detrás del Manchester United y el Barcelona. Según Deloitte, el club español facturó alrededor de US$ 692 millones (620 millones de euros) en la última temporada, con un crecimiento anual del 7%. Juventus, en tanto, aparece 10° en el listado, con ingresos que crecieron un 5% en la temporada anterior para llegar a los US$ 380 millones.


Los números de la Copa Libertadores, el equivalente de la Champions en América del Sur, muestran la brecha que separa ambos mercados. El año pasado, la Conmebol, la entidad que rige el fútbol en este continente, duplicó sus ingresos originados en el mayor torneo de equipos del continente, pero apenas llegó a los US$ 121,9 millones. Lo mismo se observa en los premios: el campeón de la Libertadores este año recibirá un total de US$ 9,5 millones. "A esta Copa lo que le falta es mercado y no puede competir de igual a igual. La Champions League tiene como destino el mundo, pero para la Libertadores, el mercado es América latina, que ahora se redujo porque no juegan los equipos de México", explica Juan Anlló, gerente del departamento de Industria Deportiva en Deloitte Argentina. "Si los equipos tuvieran mejores planteles, habría mejor juego. Pero más allá de eso, la Libertadores es un producto que tiene mucho de mítica, pero que no necesariamente se explota de manera comercial. Hay que trabajar con el espectáculo", explica el analista.
E. L.

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