martes, 22 de mayo de 2018

OPINA FEDERICO ANDAHAZI


“El triunfo de la razón”, por Federico Andahazi

Federico Andahazi: “Algunos medios kirchneristas (pero no solamente) jugaron con fuego: atizaron la hoguera y buscaron fomentar el miedo en la gente. Sabemos que el miedo es un mecanismo que nos preserva de peligros. Pero el miedo irracional produce respuestas desproporcionadas que nos exponen a peligros mayores”.
Ayer tuvimos la interesantísima posibilidad de reflexionar en un programa de TV  . En primero lugar, hay que destacar que no es frecuente compartir una mesa con profesionales como Martín Tetaz y Adriana Amado, y con invitados como Fernando Iglesias y Marco Lavagna. Un privilegio para mí, claro. Todos, con total naturalidad y quizás sin proponérselo, hablaron mucho más de psicología de economía. Y sucede que, en fondo, la economía depende la psicología. Y viceversa. Martín se refirió al dólar como un ansiolítico y la lógica del rumor, Adriana habló de cómo inciden las fakes news en el ánimo de la gente, Fernado Iglesias habló del “principio de realidad”, un concepto freudiano; Lavagna de confianza e inflación y vos a la importancia de la comunicación y los vínculos en la política. Todos conceptos pertenecientes al campo de la psicología.
Ya teníamos la buena noticia: el súper martes había ocurrido y no sólo se renovó el 100% de las Lebacs, sino que se amplió la demanda en 5 mil millones de pesos más. Un respaldo de confianza al gobierno que llegó en el momento más necesario. La gente no se hizo eco de los rumores incendiarios y de las premisas que corrían en las redes anunciando corralitos y remakes de antiguos desastres.
Algunos medios kirchneristas (pero no solamente) jugaron con fuego: atizaron la hoguera y buscaron fomentar el miedo en la gente. Sabemos que el miedo es un mecanismo que nos preserva de peligros. Pero el miedo irracional produce respuestas desproporcionadas que nos exponen a peligros mayores.
Vimos periodistas anunciando que la lechuga salía $180 y la noticia se multiplicaba en las redes. Martín Tetaz analizó muy bien el recorrido del rumor: debe ser un tema de interés masivo, lo suficientemente impreciso y debe ser verosímil. Y por supuesto el objetivo es producir terror para que la gente se angustie y vuelque una emocionalidad negativa al análisis de la realidad. Y de eso los argentinos sabemos. Vivimos en un permanente estado de stress post traumático.
Pero veamos cómo funcionó en esta crisis el mecanismo. Lo podemos ver con claridad. Por ejemplo, un importante medio digital, muy masivo, pronosticó en una de sus notas centrales una raquítica renovación del 55% de las Lebacs. ¿Por qué?
En las turbulencias, la gente experimenta miedo y actúa por reflejos condicionados, y claro, hay especuladores que se benefician. Cuando los argentinos nos asustamos corremos al dólar como refugio psicológico. Cuando todos hacemos lo mismo, una conducta personal se convierte en un problema económico. Afortunadamente, la población le dio una gran lección de racionalidad a las clases dirigentes y a ciertos medios. Los argentinos ya advertimos ciertas operaciones y no se nos puede tratar como si fuésemos idiotas.
Durante el kirchnerismo se distorsionaron desde el precio de las tarifas, los impuestos hasta la cultura del trabajo. Ahora, cuando se intenta ordenar las cosas, esos sectores ponen gente en la calle para incendiar el país. Lo hicieron en diciembre y lo intentan hoy con cortes, piquetes, acampes y demás formas de extorsión.
Luego tenemos la oposición “racional”: los gobernadores con responsabilidades ejecutivas acuerdan planes sensatos para sacar al país de este déficit que nos tiene en jaque. Pero sus propios legisladores votan leyes que boicotean esos mismos acyerdos y hacen inviable cualquier forma de ordenar la economía. Quieren retrotraer las tarifas, pero no dicen de donde saldrá la plata para pagar todos los subsidios del Estado.
¿Cómo se logra generar la seguridad jurídica y poner las cuentas en orden para ser un país competitivo sin cepos, sin Djais, sin mafiosos y sin corrupción?
Voy a decirlo con toda claridad: estos días fuimos testigos de una campaña de miedo, así como el año pasado se instaló también una campaña perversa alrededor del caso Santiago Maldonado. Basta un ejemplo: apareció en el canal de Cristóbal López una simple vecina de Ingeniero Bunge. Ella explicaba que gana 5 mil pesos, que no le alcanza para pagar los servicios, y acusaba al gobierno de saqueador. En las redes se descubrió que se trata de Silvia Vilta, ex funcionaria de Scioli en la provincia y empleada del Instituto Patria de Cristina. Pero, qué curioso, no es su debut en la actuación, ya había aparecido antes en los medios denunciando la “ola represiva de Macri”: contaba que a sus hijos los habrían detenido ilegalmente y que en la comisaría habrían sufrido agresiones. A esta altura ya merece un Oscar.
Se habla por estos días de pactos con la oposición. Yo quiero recordar una vez más que ya tenemos un gran pacto que nos abarca a la Constitución Nacional. La Democracia nos da las herramientas, por medio del voto, de poner a cada candidato en su lugar. Ya hemos visto muchos pactos en este país donde a espaldas del pueblo se negocian cosas a espaldas de
la voluntad popular. Todavía está fresco el Pacto de Olivos, aquél que suscribieron Alfonsín y Menem. ¿Hace falta recordar cómo terminó el radicalismo luego de ese pacto con el diablo?


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