miércoles, 1 de marzo de 2017

ANSIEDAD FEMENINA; REBROTE MUNDIAL


Los trastornos de ansiedad afectan dos veces más a las mujeres que a los hombres
El dato se desprende de un informe de la OMS; los casos de depresión también crecieron en la región desde 2005
322 millones de personas viven en el mundo con un trastorno depresivo.
Por cada varón con algún trastorno de ansiedad en América hay dos mujeres mayores de 15 años que conviven con el mismo problema. Un informe internacional de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre la carga de las enfermedades de salud mental indica que problemas como la ansiedad social, el trastorno de pánico, las fobias, el trastorno obsesivo compulsivo (TOC) y el estrés postraumático las afectan dos veces más a ellas que a ellos.
América, además, es la única región donde esos problemas superan a los trastornos depresivos.
De acuerdo con la OMS, ambos padecimientos crecieron desde 2005 en todos los países. Mientras que la cantidad de personas que viven con depresión aumentó un 18,4% en una década, la población con trastornos de ansiedad lo hizo un 14,9 por ciento. Eso se traduce, respectivamente, en 322 y 264 millones de seres humanos. Es decir, el 4,4 y el 3,6% de la población mundial.
En los 33 países de América que declaran sus estadísticas a la OMS vive el 15% de esas personas con depresión (48,1 millones), comparado con el 9% en Europa. También vive el 21% de las personas con trastornos de ansiedad (57,2 millones) en el mundo, el doble que en el Viejo Continente.


En muchos casos, ambas dolencias se combinan, lo que aumenta aún más la discapacidad y la pérdida de productividad o la posibilidad de envejecer con la mejor calidad de vida posible. En por lo menos un tercio de las personas con depresión o un trastorno de ansiedad, el problema es moderado o grave.
"En términos generales, mundialmente, estos datos reafirman información que ya conocíamos. Se mantiene históricamente la prevalencia de la depresión y, también, que es más común en las mujeres que en los hombres", señaló Dévora Kestel, jefa de la Unidad de Salud Mental y Uso de Sustancias de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en Washington.
Lo que claramente aporta este informe, según destacó Kestel, es "que la depresión afecta a todos, no discrimina, sobre todo en tiempos en los que se está hablando tanto de grupos, ya sea étnicos, migrantes, etarios o por género. Y lo hace desde la adolescencia y a hasta la edad más avanzada".
En cambio, los resultados sobre los trastornos de ansiedad sorprendieron mucho más. Sobre todo, la diferencia que surgió entre los sexos: un 3,6% de la población masculina, comparado con un 7,7% de la población femenina. Desde su oficina en Washington, Kestel señaló: "Llama la atención la mayor prevalencia en las mujeres que en los hombres con tanta diferencia. Es prácticamente el doble. Esto ya nos dice que valdría la pena indagar más, ahí, las causas. Sabemos que, en situaciones de emergencia, naturales o no, algunos de los trastornos más comunes en salud mental aumentan y, luego, disminuyen en la población afectada. En este caso, en cambio, cabría pensar si ciertas situaciones de inestabilidad en la región, ya sea política, social o económica, no están influyendo de alguna manera en esa gran tendencia que describen los datos".
Aclaró que "sin tener una evidencia que lo pruebe", los niveles de inseguridad generalizada en muchos países de la región y el aumento de la criminalidad -desde los ataques con armas en lugares públicos en los Estados Unidos u otro tipo de actos violentos en América Central hasta la inestabilidad social o política en América del Sur- generan incertidumbre sobre el futuro. "Y la mujer no sólo lo expresa más, sino que en muchos casos también está asumiendo más responsabilidades familiares y laborales", propuso Kestel.


El informe de la OMS, que se anticipa al Día Mundial de la Salud, que el próximo 7 de abril tendrá el lema "Hablemos de depresión", también se ocupa del suicidio. Los problemas de salud mental aumentan el riesgo de que una persona lo intente.
En 2015, 788.000 personas murieron por esa causa en el mundo. "Fue un 1,5% de la mortalidad en la población mundial, lo que lo coloca entre las primeras 20 causas de muerte ese año", se lee en el documento. "Y fue la segunda causa entre los 15 y 29 años."
Todo esto es, para Kestel, un buen llamado de atención a los ministros de Salud de los países de la región, dado el impacto que tienen la depresión y los trastornos de ansiedad en la vida productiva y la calidad de vida de la población.
Una enfermedad discapacitante
De todas las discapacidades que afectan a la población de un país, la depresión causa el 8,5 por ciento. Aunque parece poco, no debería subestimarse en salud pública. "Ocupa un lugar importante", afirmó Devora Kestel, de la OPS. Las complicaciones asociadas pueden restar hasta 20 años de vida. "No es una enfermedad tan sencilla como se piensa -agregó-. Comprobamos que no tratarla reduce varios puntos del PBI de un país."
Preocupación mundial
322
Millones de personas
Viven en el mundo con un trastorno depresivo, como la depresión mayor o la distimia, una forma leve de esta patología.
264
Millones de personas
Padecen un trastorno generalizado de ansiedad, fobia, estrés postraumático, trastorno de pánico, ansiedad social o un trastorno obsesivo compulsivo (TOC) en el mundo.
48,1
Millones de personas
Es la población de América con depresión leve, moderada o grave. Es decir, el 15% de la población mundial afectada, comparado con el 9% de Europa.
57,2
Millones de personas
Viven en la región con algún trastorno de ansiedad, combinado o no con depresión. Es el 21% de la población mundial afectada, el doble que en Europa.
7,7%
De la población femenina
Sufre de trastornos de ansiedad en América, comparado con el 3,6% de la población masculina.
8,5%
Proporción de discapacidad por depresión
Hay intervenciones sencillas que se pueden aplicar en el primer nivel de atención. Prevenir en salud mental no es tan fácil, pero la detección temprana evita que se instale la enfermedad.

F. C. 



Juan Eduardo Tesone 


Los trastornos de ansiedad, acompañados o no por depresión, forman parte de una vasta problemática de salud pública en crecimiento, como lo indican los estudios de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La ansiedad es una vivencia subjetiva que puede estar acompañada con concomitantes somáticos como sudoración, palpitaciones, fobias, inhibiciones y/o agitación. Así como la fiebre indica que algo sucede a nivel corporal sin que se sepa necesariamente cuál es su origen, la ansiedad indica que algo está sucediendo en el psiquismo sin que se sepa, en principio, por qué se produce. Se puede manifestar en forma progresiva o como una crisis aguda. Punta del iceberg de una problemática más compleja, es importante tenerla en cuenta como señal que alerta sobre la emergencia de conflictos latentes, muchas veces inconscientes.
La lucha contra la ansiedad puede llevar a la depresión o la depresión manifestarse desde el comienzo. Ésta se encuentra asociada habitualmente a tristeza, irritabilidad, trastornos del sueño y del apetito, lentificación de la actividad motora, desmotivación, falta de energía, cansancio y sentimiento de culpa.
Las causas pueden ser múltiples, pero en general es el encuentro entre una personalidad previa y una circunstancia desfavorable. Así como el duelo es un proceso normal que no requiere necesariamente ayuda, la depresión, en cambio, es un proceso patológico que requiere ayuda terapéutica, tanto verbal, en el curso de una psicoterapia, como con psicofármacos, en algunos casos.
A veces la depresión no se manifiesta abiertamente con tristeza, sino en forma de lo que se llama depresión esencial, que es una forma en la que prevalecen los síntomas somáticos migratorios. Es decir, síntomas en el cuerpo que van migrando en forma aleatoria o que se expresan en un órgano de choque, variable para cada persona (el aparato digestivo y el cardiovascular, las vías respiratorias, entre otros). Si la desorganización psíquica se agrava, puede proseguir en forma de desorganización somática y ser causa de enfermedades orgánicas.


Es difícil sacar conclusiones sobre las motivaciones del aumento de la prevalencia de estas patologías. Es probable que en nuestro país la precariedad social, ligada a la violencia, a la falta de empleo o subempleo, a la incertidumbre en cuanto al futuro en los jóvenes, a la dureza de la vida cotidiana en las grandes ciudades, a la falta de redes sociales de contención para jóvenes y adultos mayores, al aislamiento y al aumento escalofriante del consumo de sustancias tóxicas contribuyan como desencadenantes a aumentar la ansiedad y la depresión. Pero el efecto de lo disruptivo del medio externo no impacta de la misma manera en cada persona. Siempre es el resultado del entrecruzamiento de una personalidad y de una circunstancia. Cuanto más disruptiva sea la circunstancia, mayor dificultad tendrá la persona para elaborarla. Si su sentimiento de impotencia para modificar las circunstancias agravantes aumenta, el riesgo de depresión y ansiedad aumenta correlativamente.
El autor es miembro titular de la Asociación Psicoanalítica Argentina

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