Evasión, de César Aira
Ensayos con efecto sorpresa
El bosque literario de César Aira -la contaduría indica que éste es su centésimoprimer libro- suele borronear los claros donde brotan sus ensayos. Ya escriba sobre Copi o se dedique a orbitar por zonas conexas (Sobre el arte contemporáneo), sus reflexiones tienen un ritmo y tono únicos. Un ejemplo es el texto que da título a Evasión. Aira, Stevenson mediante, hace una defensa de la literatura de evasión, que contrapone a las novelas "serias" y autobiográficas de hoy. Las ideas, luminosas, producen el espejismo de una argumentación perfecta, aunque en gran medida se apoyan en su gran talento digresivo.

"Un discurso breve" apunta a la escritura como ocupación del tiempo (no es el único leitmotiv del volumen). En "Raymond Roussel. La clave unificada", Aira explica de manera ejemplar el "procedimiento" con que el autor de Impresiones de África, al que tanto admira, construía sus obras (imperdible la referencia a la temprana lectura que hizo José Bianco del francés). "Dalí", por su parte, aborda una cuestión recurrente: el genio.

Aira se reserva para lo último una vuelta de tuerca. En "El ensayo y su tema", que cierra el volumen, dictamina que, a diferencia de la novela, que parte de la forma, "es la forma, lo artístico, lo que se revela al final [del ensayo], contradiciendo las intenciones, casi como una sorpresa". ¿El ensayo tiene algo de ficción? En manos de Aira resulta, en todo caso, un tónico formidable, lo contrario de la proxidina, ese fármaco que aparece a veces en sus novelas cumpliendo siempre una función distinta y que en Evasión es definida, al igual que la mala literatura, como "la droga que acerca todas las cosas a sí mismas".
Evasión, César Aira, Random House, 126 páginas / $ 230
P. B. R.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.