miércoles, 17 de febrero de 2016

CEREBRO; EL TUYO



Según el científico Robert Sapolsky, la función principal del córtex prefrontal (CPF) es "hacer lo más difícil o lo que cueste más". Si es fácil quedarse tirado en la cama, el CPF te va hacer levantarte y salir a correr; si está bueno pedir torta de postre, el CPF te recordará que pidas ensalada de frutas; si vas a dejar el proyecto para mañana, el CPF va a abrir el documento Word de tu laptop para que te pongas a trabajar. El CPF es la parte más evolucionada de tu cerebro, el centro ejecutivo o director de orquesta, tu razón.

 Es el que mira, supervisa, guía, dirige y concentra tu comportamiento. Además, supervisa las funciones ejecutivas encargadas de habilidades tales como el manejo del tiempo, el juicio, la planificación, la organización, y el pensamiento crítico. Dicho de otra forma, el CPF es el encargado de los comportamientos que son necesarios para que seas una persona socialmente responsable y efectiva, y de aquellos comportamientos que te conducen a tu objetivo. Ésta es también la parte del cerebro que te ayuda a aprender de tus propios errores (qué es lo que pasó, en qué te equivocaste, qué no deberías volver a hacer y por qué) y buscar nuevas alternativas para subsanarlos. Fisiológicamente, si tu CPF presenta baja actividad (pocas neuronas encendidas), te distraés más fácil.


La consideración y el control de tus impulsos están influenciados en gran medida por tu CPF. Sin su buen funcionamiento, es difícil que actúes de manera consistente, considerada o precavida y los impulsos serán los que te dominen. Personas con problemas en el CPF hacen cosas de las que después se arrepienten, tienen períodos de atención cortos, se distraen fácilmente, y tienen problemas para expresarse. La ansiedad -en exámenes o ansiedad social- es una marca distintiva de problemas en el CPF. Éste se encuentra geográficamente justo detrás de nuestra frente y ojos. Durante gran parte de nuestra historia evolutiva esta área controlaba principalmente nuestros movimientos: caminar, correr, alcanzar algo, empujar. A medida que fuimos evolucionando creció y mejoró sus conexiones con otras áreas del cerebro. En el centro del CPF está el córtex prefrontal medio, que se ocupa de muchas funciones relacionadas con el pensar en vos, incluyendo un diálogo interno que todos tenemos cuando nuestra mente divaga. Muy cerca está una estructura llamada córtex orbitofrontal, relacionada con detección de errores y obsesiones. En los costados del CPF está el córtex prefrontal lateral, que te permite ignorar o modificar acciones que tus partes más primitivas y automáticas del cerebro te empujan a realizar casi siempre de manera inconsciente.
A continuación, algunas propuestas para cuidar y mimar a tu CPF. Desarrollá y mantené un foco claro. Cuando sabés qué es lo que querés, es más fácil que cambies tu comportamiento en torno a tu deseo para obtenerlo. Mantenerte direccionado a cierto objetivo te ayuda a ir por el camino indicado. Escribí qué es lo más importante en un papel, destacando lo que querés, pero no lo que no querés. Sé positivo y escribilos en primera persona. Una vez que terminás el primer borrador -vas a querer actualizarlo seguido- poné este papel en un lugar visible, donde puedas verlo todos los días. 

Organizate y buscá ayuda cuando la necesites. Aprender cómo organizar tu día es muy importante para la salud de tu CPF. Preguntate seguido si tu comportamiento te está ayudando a conseguir esos objetivos. Una especie de introspección. Priorizá eventos y ponete deadlines. Con los niveles altos de estrés con los que vivimos hoy, si no te imponés priorizar las cosas, para el cerebro todo pasará a tener la misma urgencia e importancia. Hacete una lista de todo aquello que tenés que hacer y revisala de manera regular. Si tenés alguna tarea muy difícil, larga o compleja tratá de dividirla en etapas mas cortas. Focalizate más en lo que te gusta que en lo que no te gusta. Te propongo que empieces ya mismo. Escribí diez cosas que te gustan de tu vida y diez de la de los otros.

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