jueves, 18 de mayo de 2017
CINE Y TEATRO RECOMENDADOS
Nadie nos mira (Argentina-EE.UU.-España-Brasil-Colombia, 2017) / Dirección: Julia Solomonoff / Guión: Julia Solomonoff y Christina Lazaridi / Fotografía: Lucio Bonelli / Edición: Karen Sztanjberg y Andrés Tambornino / Elenco: Guillermo Pfening, Elena Roger, Rafael Ferro, Marco Antonio Caponi / Duración: 102 minutos / Calificación: apta para mayores de 16 años
En la superficie, la de Nicolás, el protagonista de este tercer largometraje de Julia Solomonoff, luce como una historia conocida: la del inmigrante latinoamericano que intenta abrirse camino en una ciudad de la magnitud y el charme de Nueva York, siempre tan seductora como excluyente con los recién llegados. Lo que singulariza a la película es su capacidad de capturar ese ambiente áspero con sutileza e inteligencia. Con un puñado de pequeños apuntes -traducidos en escenas sintéticas, con buen timing, eficaces-, la directora consigue revelar algunos mecanismos de funcionamiento social y cultural de ese escenario que le queda visiblemente incómodo al protagonista, cuya angustia más profunda, de todos modos, parece más existencial que provocada por su accidentada estada allí.
Es una pena de amor lo que tortura al personaje que Guillermo Pfening (un actor que deja una telenovela en Buenos Aires para filmar una película de un director mexicano) logra llenar de matices. Y ese lugar poco familiar, tan prolijo como frío, mecánico y hostil, no parece el mejor para atenuarla. Finalmente, no son el exilio territorial, los problemas con el acento o la astucia para elegir un look adecuado aquello que lo incomoda, sino más bien la resolución de esa historia íntima, que parece urgente para Nicolás, aunque él tarde un poco en darse cuenta de que puede ser la llave para ingresar a otra etapa, para aprovechar lo aprendido y enfocarse de nuevo.
A. L.
Alien: Covenant (Reino Unido/Australia/Nueva Zelanda/Estados Unidos, 2017) / Dirección: Ridley Scott / Guión: John Logan, Dante Harper, Jack Paglen, Michael Green, basado en personajes de Dan O'Bannon y Ronald Shusett / Fotografía: Dariusz Wolski / Edición: Pietro Scalia / Elenco: Michael Fassbender, Katherine Waterston, Billy Crudup, Danny McBride, Demián Bichir, Carmen Ejogo, Jussie Smollett / Distribuidora: Fox / Duración: 122 minutos
Película que triunfa al proponer ubicaciones, posicionamientos, Alien: Covenant es un extraño logro. Por un lado, explica y amplía, completa el sentido de una película anterior: Prometeo, del mismo director. Además actúa como parte de un prólogo de la tetralogía de Alien, o sólo de la primera de esas películas; la única de las cuatro que había firmado Scott, por lo que Covenant es la primera película en casi cuatro décadas que reúne al bicho de hipertrofia mandibular con el director. Y, además, por el camino le planta bandera a Star Wars, "informándole" que no es la única saga espacial nacida en los años 70. Apenas empieza Covenant, el creador le dice "soy tu padre" a su humanoide.
Pero un planteo de posicionamiento múltiple podría haber derivado en un manual de instrucciones tecnológicas, filosóficas, biológicas o todas juntas. Y eso no ocurre en esta película porque su lograda ubicación proviene de un manejo eficaz, consistente -mayormente inteligente, pero al menos siempre astuto y no tramposo-, de una serie de cruces, enriquecimientos diversos, de puesta en común y puesta en escena de líneas múltiples.
Por un lado está la inteligencia artificial del "robot" interpretado con brillo, sinuosidad y casi lascivia por Michael Fassbender, y el cruce con su antecesor. Por otro, la red de referencias literarias, musicales, operísticas y temáticas que maneja Scott: Byron, Shelley, Wagner. La película es límpida, nada abigarrada, sabe plantar las texturas y no hacer una maraña oscura: la creación como locura y el deseo de paternidad llevados al paroxismo no nublan la acción.
Covenant establece los motivos de sus protagonistas y las relaciones de los ocupantes de la nave que le da título al film de forma inusual, al establecer cuatro parejas en la tripulación y a la vez no depender del melodrama espacial. Se refuerzan los lazos entre los personajes, se construye la heroína fundamental como marca registrada de la saga, y se luce -no hay sorpresa en ello- Danny McBride, que desde su rol de explorador espacial con sombrero, en modo de contrapunto, dialoga con las líneas más operísticas del relato.
La película aglutina, funciona como eslabón, como plantada de bandera para el veterano Scott, y como ejemplo a la hora de ofrecer acción, suspenso, tensión, dolor, oscuridad y hasta algunas dosis mínimas de calidez y humor. Todo con una luz no sólo deslumbrante, sino además cargada de convicción, la que proviene de una seguridad narrativa renovada, que mira a un pasado de gloria y lo reinterpreta en el presente sin resignarse ante ninguna demagogia.
J. P. F.
TEATRO
Después de su primera obra, que se llamó Cuando ya no importe, que -según ellas- "pasó sin pena ni gloria", terminó de formarse el elenco actual de Las Ramponi. En 2015, Fiorella Cominetti, Carolina Ferrer, Clara Maydana y Julieta Filipini dieron inicio a una obra que cada vez tiene mayor repercusión en el circuito off: Myrian Cardozo y las Golondrinas del Monte.
"No queríamos que el público llegara a una obra de teatro, sino a una fiesta, a un encuentro, a algo performático. Queríamos que viviera una experiencia distinta", confiesa Carolina Ferrer. Y ese primer objetivo se cumple desde que el espectador ingresa a la sala y recibe su número para la rifa que se llevará a cabo durante la función y se le anuncia que "no debe apagar su teléfono celular, puede hacer ruido con el papel del caramelo y puede sacar fotos cuando quiera".
Myrian Cardozo es una egocéntrica cantante de folklore que llega a Buenos Aires a presentar su primer disco de "grandes éxitos" para hacerse conocida. Llega con su asistente Evangelin y Las Golondrinas del Monte: dos instrumentistas que acompañan a la estrella en cada una de sus canciones. El repertorio va desde la zamba hasta la chacarera pasando por el rap y el hip hop. En esta especie de festival folklórico del subdesarrollo, el grupo canta y cuenta sobre las desventuras de su pueblo. En el intervalo invitan a los espectadores a subir al escenario para servirse un pancho, un vaso de vino y dialogar con los personajes hasta que arranca la segunda parte de esta cuasi peña.
Con mucha experiencia en el varieté, sus protagonistas saben adaptarse rápidamente a las diferentes situaciones y plantean una obra en constante mutación. "Es un espectáculo dinámico. Este formato teatral surgió gracias a lo que nosotras conocemos de nuestros lugares de origen, ya que la mayoría somos del interior", dice Clara, quien nació en Chajarí. Por su parte, Carolina es de José Mármol; Julieta, la única porteña, y Fiorella, chilena -"pero muy de la periferia", enseguida aclara-. "Muchas de las situaciones de la obra nos sucedieron en la vida real en nuestras ciudades."
La búsqueda creativa al momento de los primeros ensayos partió de las melodías que propuso Clara desde su guitarra. "A partir de ahí entre todas pensamos una letra para esa música y después vimos cómo convenía intervenir físicamente esa canción y nos largamos a improvisar. Igualmente nuestra idea era que cada una probara lo que quisiera desde un lugar muy impune en esa primera instancia de ensayos."
La obsesión por la perfección las incluye a las cuatro. "Es la necesidad de la excelencia. Queremos que la obra sea lo que nos imaginamos y no nos gusta conformarnos." Además se reconocen disciplinadas "dentro del caos necesario para la creatividad". Por eso se siguen reuniendo dos veces por semana para repasar algunas escenas y ponerse de acuerdo en cuestiones de producción, pero sobre todo "para comer una rica docena de facturas entre todas", revela una de ellas a carcajadas.
Después de dos temporadas en cartel, 2017 llegó con varias novedades: la incorporación de músicos invitados rotativos que en cada una de las funciones llegan para "serrucharle el piso a Myrian", Además, el lanzamiento del CD que incluye todas las canciones del espectáculo y que los espectadores pueden comprar a la salida, con un autógrafo de Myrian. Por estos días se presentarán en el FIT Cruz (Festival Internacional de Teatro de Santa Cruz), que se realiza en Bolivia. A su regreso, Las Ramponi ya comenzarán a definir lo que será su próximo desafío teatral. "Nos gustaría cambiar el formato para lo que viene. Tal vez investigar el rubro del falso documental y el rock en todas sus variantes, que es algo que nos gusta mucho a las cuatro, pero todavía no está muy definido. Nuestros espectáculos siempre van a estar atravesados por el humor", aclara Fiorella.
Myrian Cardozo y las Golondrinas del Norte
De Las Ramponi
El Camarín de las Musas, Mario Bravo 960.
Viernes, a las 21.
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