El barrio Saldías es un sitio singular, que está generando interés y una mística propia. Al evento cultural de este fin de semana, se le suman otras propuestas y proyectos ávidos por acceder al predio que tiene una ubicación estratégica, pero que no termina de abrirse al resto de la ciudad.
En los años 30, se construyeron allí viviendas para albergar a los trabajadores ferroviarios de la línea General Belgrano, que llegaba hasta Retiro. El paso del tiempo y la falta de integración permitieron que esta zona se convirtiera en un asentamiento de emergencia.
¿Es seguro visitar este lugar? Funcionarios de la ciudad, policías y vecinos sostienen que sí. La transformación de este sitio en un polo cultural, donde también ensayan bandas de música (Los Cafres, Vicentico y Los Pibitos, entre otras) en 60 estudios, lo ha convertido en un barrio mucho más seguro.
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"Es un lugar muy tranquilo, no tiene nada que ver con las cosas que ocurren en la villa 31, por ejemplo. La gente que vive ahí trabaja en el ferrocarril Belgrano Cargas, en la azucarera Ledesma, o en el depósito Saldías. Es gente trabajadora", contó un vecino.
El barrio está custodiado por la comisaría 46» y personal de seguridad del Belgrano Cargas, que tiene sus oficinas en Retiro. Al estar sobre terrenos ferroviarios, el barrio está bajo la jurisdicción de la Nación. Y limita con Barrio Parque, el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (Malba), y el shopping Paseo Alcorta. Hacia Retiro, se extiende la villa 31, también crecida sobre terrenos ferroviarios.
Los visitantes que suelen entrar al barrio Saldías, con frecuencia dejan los vehículos en el estacionamiento de Paseo Alcorta, y luego completan el recorrido a pie.
El color llegó al barrio Saldías, en Recoleta, con murales y una novedosa propuesta
La movida cultural, a la que se sumó Buenos Aires Street Art, dejó como legado un megamural en el que se retrató a una recicladora urbana
Ana María Sánchez es líder en la cooperativa El Ceibo, y trabaja en la planta de reciclado del barrio Saldías. A pesar de ser un referente de la comunidad, nunca se imaginó que su retrato quedaría plasmado en tamaño gigante, en una escena de gran ternura, en la que lleva en brazos una niña que sonríe. Ella y la pequeña, Zoe Maluzan, que es hija y nieta de dos trabajadores del Depósito Saldías, justo enfrente al inmenso paredón, protagonizan la adorable escena del principal mural, fruto del festival de arte urbano organizado por Art & Swap y Buenos Aires Street Art.
En un fin de semana gris y algo lluvioso, el color llegó al barrio para quedarse: un grupo de artistas les cambió la cara a los enormes paredones grises aledaños al barrio ferroviario ubicado entre la avenida Figueroa Alcorta y la Autopista Illia, en el límite entre Recoleta y Palermo, para dejar en su lugar verdaderas obras de arte y una explosión cromática en su camino. La iniciativa contó con el apoyo de la empresa Alba y la embajada de Bélgica.
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El festival urbano combina varios aspectos. Por un lado, se acondicionó allí la galería donde se exhiben las obras de 50 artistas. Afuera, sobre esa misma calle, y a la vuelta de la esquina, muralistas y artistas de grafiti ejecutaron sus coloridas obras.
Spear, un artista belga, empezó a principios de mes su mural colosal: es un retrato de fuertes tonos amarillos y rojizos. "La idea del mural es que nos cuidemos entre todos, y además es un homenaje a la gente que vive y trabaja en la zona", cuenta el artista en perfecto castellano. Y agrega: "Me pareció interesante que ella trabajara en reciclaje, y trato de que mis obras tengan un mensaje ambientalista. El juguete que tiene Zoe en la mano es también un producto reciclado".
Juan Carlos Maluzan es el abuelo de Zoe, la niña que sonríe en el mural, y hace 13 años que trabaja en el Depósito Saldías, en la vereda de enfrente. "Cuando lo vi, sentí una emoción increíble. Conocí al artista y es un muchacho espectacular, gente divina. Así que en lo que podamos darle una mano, acá estamos". Mientras se asoma del depósito para ver el trabajo en progreso, Maluzan contó que la zona mejoró desde que se pavimentó hace cuatro años, además de tener nuevas luminarias.
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La idea original del evento surgió en Bruselas, cuando los organizadores de Art & Swap, conocido a nivel mundial como Art Truc Troc, decidieron replicar por primera vez su propuesta fuera de Bélgica. El evento reúne artistas consagrados y emergentes que exhiben sus creaciones y las ofrecen a modo de trueque. Las curadoras Helena Heukeshoven y Ana Martínez Quijano seleccionaron obras de 50 artistas belgas y argentinos, que exhiben en una sala frente al Depósito Saldías, sobre la calle San Pedro de Jujuy. Al entrar a la muestra, los visitantes reciben un pequeño bloc de Post-its, los conocidos papeles adhesivos. Los interesados en una obra de arte dejan una propuesta de bienes o servicios que estén dispuestos a ofrecer a cambio. Al final de la muestra, el artista elige la mejor para intercambiar por su obra.
A esta modalidad tan original de exponer obras de arte, se sumó Buenos Aires Street Art, una organización que fomenta el arte callejero a través de distintas iniciativas. En este caso, se acoplaron a la propuesta, y contactaron a grafiteros y muralistas de renombre.
Norberto Petrone es transportista y desde hace tiempo que trabaja en la zona: "El mural levantó bastante el lugar, le cambió la cara realmente. Me acuerdo de la primera vez que vine por acá y pensé: "¿Dónde me metí?", contó. Lucas Pombo lleva 13 años a cargo del Depósito Saldías, junto con su hermano Nicolás: "Es un barrio especial, hay muchos estudios y salas de ensayo. Suelen venir productoras y artistas a montar sus escenografías, desde Luis Puenzo a Claudia Schiffer", comentó.
D. C
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