miércoles, 3 de mayo de 2017
EL 4 EN EL PALAIS DE GLACE
Inauguración de muestras :: Jueves 4 de mayo a las 19 hs... Compras prensa@palaisdeglace.gob.ar
Tulio Romano
Máquina del tiempo
Colección Itaú de Arte Contemporáneo
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Premio Itaú de Artes Visuales 2016-2017
Inauguración: 4 de mayo a las 19 hs
Cierre: 4 de junio a las 20 hs
Una vez inaugurada, la muestra podrá visitarse los sábados, domingos y feriados de 10 a 20 hs y de martes a viernes de 12 a 20 hs
Visitas guiadas: sábados a las 17 y a las 18 hs
Entrada libre y gratuita
Tulio Romano
Máquina del tiempo
Esculturas, instalaciones, dibujos, bocetos
Retrospectiva de la obra de Tulio Romano. Más de treinta esculturas, tres instalaciones, dibujos y bocetos de sus trabajos conforman esta muestra que abarca 32 años de producción (1985-2016). __
Tulio Romano nació en la ciudad de Córdoba en 1960. Estudió en la Escuela Provincial de Bellas Artes Figueroa Alcorta y en la Escuela de Artes de la Universidad Nacional de Córdoba. En 1980 comenzó a exponer en Córdoba y en 1991 hizo su primera exposición individual en la ciudad de Buenos Aires. A las exposiciones individuales y colectivas realizadas en Argentina, Estados Unidos y distitnos países de Europa durante las décadas de 1980 y 1990, se suma la presencia de su obra en las principales ferias internacionales de arte contemporáneo: ArteBA, Art Chicago, ARCO, Art Miami y FIAC, entre otras. En 1993 fue invitado a la bienal de Valparaíso (Chile) y en 1994 a la de La Habana (Cuba); además, en 2015 participó de los Eventos Colaterales de la Bienal de Venecia. Entre las distinciones recibidas se destacan el Primer Premio de Escultura Becas Miró en 1993, el Primer Premio Escultura Joven 1994 de la Fundación Banco Crédito Argentino, el Tercer Premio en el Salón Municipal Manuel Belgrano en 1999. También participó en la Bienal de Bahía Blanca en 2001, del Premio Fortabat de 1999 y en el Premio Trabucco de 1998, 2007 y 2010. Fue becario del Fondo Nacional de las Artes en 1989, de la Fundación Antorchas en 1990, de la Fundación Llorens i Artigas en 1994 y de la Krasner-Pollock Foundation en 2002. En 2002 recibió el Diploma al Mérito Artístico de la Fundación Konex en Escultura, Quinquenio 1997-2002.
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Esta retrospectiva de esculturas de Tulio Romano condensa treinta años de trabajo ininterrumpido.
Es notable el continuum estético del escultor. De un mismo bloque de madera genera una escultura; al mismo tiempo esa obra, siempre figurativa, se caracteriza por su elaborada reelaboración y distinguido minimalismo cromático: la materia torneada, sumamente trabajada, límpida, suele presentar mojones de color, y generalmente de una misma tonalidad. Las características apuntadas logran un realce mayúsculo al combinar formas duras y blandas: es en la tensión allí producida que la obra de Tulio adquiere singularidad.
Oscar Smoje
Director del Palais de Glace – Palacio Nacional de las Artes
Ministerio de Cultura de la Nación __
El trabajo de Tulio Romano
La práctica del arte es un trabajo. Un trabajo peculiar, autónomo; a veces inconstante; temperamental, idiosincrático, equívoco, apasionado y obsesivo las más de las veces; conflictivo y asombroso, pero trabajo al fin. Quiero decir: dotado de exigencias, continuidad y regularidad variable siempre es trabajo. Es ir al taller a diario -o casi a diario- y trabajar.
Es tener buenas ideas, a veces pocas ideas, otras desbordar de ideas. Buenas ideas, ideas mediocres, algunas ideas. Y trabajar.
Vivir y vivir en el taller. La mitad de la vida, a veces más, a veces menos, pero acompañados día y noche, día tras día, año tras año por esa sombra, apegada y demandante.
(Recuerdo aquí la escena de salir un día al patio delantero de la casa de Tulio en Villa Allende y toparme, en el camino a su taller inmediato, con una serie de troncos de árboles caídos -¿eucaliptos, paraísos?- recogidos en los alrededores: los recuerdo como imágenes de la promesa del ciclo continuo, inagotable).
El trabajo del arte se elige, y las razones siempre permanecen insondables. Pero la sospecha es que siempre somos mejores en nuestras obras. Lo real se impone, ya no hay dueños, pero somos eso. O sea: el trabajo del arte tiene este premio, lo hecho se nos devuelve como entidad.
Todo esto sabemos que puede acarrear una solemnidad aplastante, y quizás haya sido ese fantasma, el de una solemnidad mortuoria, lo que ha alentado toda una tradición rioplatense de echar mano al humor y la ironía como una constante en el quehacer, y gesto central en la construcción de las obras. Pienso en artistas como Molina Campos, Juan de Dios Mena o Antonio Seguí, por ejemplo.
El trabajo, el discurso y la sonrisa.
El humor es fuerte y permanente en la obra de Tulio Romano, pero corre paralelo a una incesante preocupación por la precisión y el refinamiento en la talla y el trato de los materiales. El dibujo de sus figuras es impecable. El tratamiento de la madera -sobre todo y casi siempre la madera- en sus diferentes aspectos y momentos siempre es precisa, delicada y muy apropiada al carácter de cada obra.
Tulio Romano sabe decir y sabe hacer, se esfuerza y parodia el esfuerzo a través de gimnastas que como alter egos persiguen lo indecible.
Se arriesga al color, y lo hace bien. El color en sus obras recuerda que la escultura también nació para ser pintada, o que ser pintada es una propiedad que le es afín.
Los colores en sus obras pierden superficialidad, nos dan la extraña sensación de que siempre estuvieron alli, que pertenecen al material, que eran obvios en sus sitios.
Así, lo cotidiano es tomado con ternura, la materia con esfuerzo y oficio, y el arte con la dignidad del que sabe lo que tiene entre manos.
Finalmente, confieso que cuesta mucho acompañar su quehacer con palabras, porque cuesta no resumir el empeño diciendo simplemente: Tulio Romano tiene una obra llena de maravillas.
Tulio de Sagastizábal, abril de 2017
Colección Itaú de Arte Contemporáneo
Instalaciones, dibujos, fotografías, videos, pinturas, esculturas... 21 obras que conforman la colección de arte contemporáneo de la Fundación Itaú e integran esta exhibición.___
El mundo cabe en una mirada
En estos tiempos de miserias omnipresentes, de ciegas violencias, de catástrofes naturales o ecológicas, podría parecer que hablar de belleza es incongruente, inconveniente, provocador, casi un escándalo.
Pero, precisamente por todo esto, vemos que en oposición al mal la belleza se sitúa en el otro extremo de una realidad a la que debemos hacer frente.
Cinco meditaciones sobre la belleza
François Cheng
Fundación Itaú exhibe por primera vez su colección de arte contemporáneo. Es un compartir y es un compromiso, un intento de hallar una respuesta desde aquello que nos hace humanos a un mundo cada vez más complejo, creando estímulos de participación. Oportunidad de ver cómo se construye una mirada acerca de un mundo que a su vez nos observa, nos interpela, nos invita a confrontarlo en un desafío retórico.
Una colección de arte es una construcción que crea una comprensión del mundo, propone un entendimiento, y es una invitación a ser parte de él, al menos a ensoñarse. Ofreciendo un mapa de ese mundo para recorrerlo, como se atraviesa una noche guiado por estrellas, o quizá como le gustaría a Clarice Lispector: una invitación a perderse. Articula sus obras como palabras dispuestas en una oración, inquietas a elaborar una pregunta que no puede responderse sino con la mirada del artista entrelazada con la del espectador. Por tanto, una colección atesora ambas miradas, la del artista inquieto y la del espectador curioso. Al visitante le propone el mundo y a los artistas que participan le brinda la oportunidad de asomarse a ese mundo, de entregarse en su arte, como una ofrenda para ser compartida.
Didi Huberman reflexiona: “Lo que vemos, no vale a nuestros ojos, más que por los que nos mira” y cita un pasaje del Ulysses de Joyce: “Ineluctable modalidad de lo visible (...) Si puedes poner cinco dedos a través de ella, es una verja, si no, una puerta. Cierra los ojos y mira.”
Estar frente a una expresión artística, supone algo que pasa a través de los ojos, como una mano pasaría a través de una reja. No es entonces únicamente una experiencia visual, sino que es una travesía sensorial, un ejercicio emocional y de pensamiento, que nos involucra como cuerpo. No se mira como se mira algo que nos es indiferente. Se mira en el supuesto que los artistas mediante sus obras son un material conducente de preguntas. Preguntas en torno a un mundo que pide urgentemente ser contemplado en su belleza.
El artista no sólo crea un mundo propio sino que es creado por él. Es una tarea abrumadora arrancarse las imágenes de sí y darlas a compartir para ver realidades que no habíamos visto antes.
Así, una colección exhibida es un regalo constituido por la mirada de un amplio espectro de artistas que construyen una polisemia de significados sobre un mundo conformado por muchos otros mundos que coexisten y se entrelazan, en el que las obras chocan, se rechazan, se encuentran, dialogan entre sí, son perspectivas múltiples de mundos posibles.
El mundo no es como lo miramos. El mundo es como nos mira. En tal caso los artistas son intérpretes de esa interpelación. Ese mundo, siempre es un mundo que nos llega como un eco, “como el resonar de una íntima vibración”, al decir de Proust, no el mundo en sí sino un percibir, una insinuación cargada de interrogantes. Cuando miramos una exhibición de arte son también los artistas quienes nos miran, y es mediante sus obras el propio mundo que nos mira buscando respuestas a las preguntas que los artistas proponen.
Una colección, cuando es exhibida, atesora miradas.
Fabián Trigo
Buenos Aires, abril 2017
Premio Itaú de Artes Visuales 2016-2017
Exhibición de las obras finalistas del concurso. Las obras adquisición galardonadas se conocerán durante la inauguración.
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Fundación Itaú presenta los finalistas del Premio Itaú de Artes Visuales 2016-2017
El Jurado de Selección eligió las 41 obras que se exhibirán en el Palais de Glace durante el mes de mayo. Estas obras finalistas de la 8ª edición del Premio Itaú de Artes Visuales fueron elegidas por el Jurado de Selección e integrarán la muestra que será inaugurada el 4 de mayo en el Palais de Glace. Las obras exhibidas serán evaluadas en una última instancia por el prestigioso Jurado de Premiación que seleccionará tres de ellas como Premio Adquisición.
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Jurado de Premiación: Florencia Batitti, Nicola Constantino y Rafael Cippolini.
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Artistas finalistas: Aja Espil, Barrios, Burócrata, Calla, Casella, Chiarenza, Chouhy, Claramonte, Colombo Migliorero, Cornejo, Cortinez, Costábile, De Monte, D'Errico, Fasoli, Fernández, Focarazzo, Inzirillo, Ivanchevich, Levy, Lewin Grodski, López Muñoz, Lozano, Luna, Lutufyan, Markowski, Martínez, Montich, Oberto, Palacios, Pascuale, Pasinovich, Pochat, Prisma, Sichetti, Silva, Simonassi, Simons, Tedesco.
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