viernes, 5 de mayo de 2017

TEATRO RECOMENDADO



Tenemos visitas /
Autora: Alicia Muñoz / Intérpretes: Rubén Stella, Ignacio Toselli, Federico Marrale, Lucía Stella / Vestuario y escenografía: Silvia Picallo / Iluminación: Fermín González / Asistencia de dirección: Adrián Andrada / Dirección: Pinty Saba / Sala: Carlos Carella, Bartolomé Mitre 970 / Funciones: viernes, a las 20; sábados, a las 21 / Duración: 60 minutos
La dramaturgia de Alicia Muñoz mantiene algunas particularidades muy especiales. Sus historias, aunque pequeñas, son muy reconocibles por los espectadores; los personajes poseen características que permiten reflexionar acerca de sus contradicciones y de ese modo descubrirlos de manera más acabada; el mundo cotidiano en el que se desarrollan sus comedias dramáticas es muy cercano al de quien observa. Una vez que el público entró en la trama será muy difícil escapar de ella porque las situaciones están muy bien concatenadas y en su devenir, el humor y la emoción irán graduándose de tal manera que el relato fluye con una efectividad notable.
En Tenemos visitas, la reconocida dramaturga y guionista presenta un mundo familiar con destacadas singularidades. Un padre crió a tres hijos sin la compañía de su esposa. La mujer, bailarina clásica, se fue a Europa y los abandonó cuando ellos eran pequeños. El hombre no tuvo más opciones que jugar los roles madre/padre casi sin darse cuenta. Aún siendo conciente de su difícil situación logró que dos muchachos y una jovencita lograran construirse una vida que, en ciertos aspectos, muestra algunas carencias. A lo largo del espectáculo, ellas asomarán de forma muy emotiva. Y se notarán hasta con cierta crudeza porque la madre está en Buenos Aires y quiere verlos y ese es el detonante de un conflicto que pondrá muy en guardia a los hijos.

La pieza, elaborada con diálogos muy precisos, encuentra en la dirección de Pinty Saba una guía muy rigurosa. Conduce la acción en un tiempo muy ajustado poniendo el acento en las relaciones de unos personajes muy distintos entre sí. Logra que cada individualidad se exprese con la intensidad suficiente como para dejar en claro quién es, por dónde pasan sus búsquedas personales o qué tipo de relación necesita entablar dentro del campo familiar.
Rubén Stella compone a Damián, el padre, con mucha solvencia. Un intérprete que conoce muy bien los resortes de la actuación realista y que, además, sabe imponerse como un conductor cuidadoso de la acción. Su manera de relacionarse con cada uno de los hijos expone una gran verosimilitud. A cada uno le posibilita desarrollar su conducta de manera equilibrada y es dueño de una bonhomía especial. Continuamente marca con sus pausas un terreno en el que su personaje no siempre quedará bien parado pero que el espectáculo necesita para crecer.
Resulta muy rica también la composición de Ignacio Toselli. Su criatura, un muchacho de barrio que pivotea entre las costumbres aprendidas en la calle y su ingenua mirada sobre la familia, crece de manera notable, sobre todo en las escenas que juega con Stella. Hay entre ellos unos cruces de energía que expresan pura teatralidad. Federico Marrale (Martín) y Lucía Stella (Sofía) se mueven muy bien en escena concibiendo a esos seres muy sensibles pero que no logran encontrar su lugar en el mundo.
Tenemos visitas resulta una grata experiencia dramática que recurre a efectos muy genuinos para dejar una provocadora reflexión en el espectador.

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