jueves, 13 de diciembre de 2018

LA PÁGINA DEL MORDAZ,


PSICOSIS
Psicosis, estrenada en 1961, fue la película que multiplicó la fama de Alfred Hitchcock y lo volvió millonario, además de estar llena de curiosas y exquisitas anécdotas. También marcó un hito en la historia del género terror, o thriller como se designa actualmente a este estilo.

Alfred Hitchcok (1899-1980)
A comienzos de 1960, Hitchcock estaba sólidamente posicionado como el cineasta del suspenso. Sus producciones eran prolijas, sin mayores altibajos y el suspenso era un condimento distribuido homogéneamente a lo largo de sus films. Sin embargo, Hitchcock era consciente que aún no había producido una obra cumbre, una película que pudiera transformarse en la referente del género. A los guiones de su filmografía les faltaba un aditamento: el terror.
Fue entonces que cayó en sus manos Psycho (psicótico), la novela de Robert Bloch, basada sobre la historia real de Ed Gein, un asesino serial, totalmente desquiciado que mataba mujeres, las mutilaba y hacía con sus pieles pantallas para lámparas y otras perversidades. Hitchcock no tenía intención de llegar a tales extremos de depravación, pero en el contenido de la obra había excelentes escenas que podían paralizar al espectador.
Tenía que resolver dos problemas: el guionista y los actores adecuados. El primero, Joseph Stefano, realizó una excelente adaptación del libro después de largas discusiones con Hitchcok en la que también participó su talentosa esposa Alma Reville. Ya se había decidido que la actriz sería Janet Leigh, pero había que buscar quien sería el personaje principal, o sea el asesino. Una entrevista con Anthony Perkins lo convenció de que era el candidato que encajaba a la perfección. Perkins tenía una mirada penetrante, se movía en forma inquieta y cada tanto le surgía un tic nervioso. En su diálogo con Hitchcok le confesó que en su infancia tenía un gran Edipo con su madre y había deseado la muerte de su padre, cosa que ocurrió como consecuencia de un infarto cuando él tenía 5 años. Desde entonces no pudo superar el complejo de culpa. Era un neurótico perfecto.

Anthony Perkins en una escena del film
Hitchcock recurrió a la compañía Paramount para que aceptara y financiara el film, pero el directorio consideró que tenía escenas demasiado fuertes y el proyecto terminaría en un rotundo fracaso. Finalmente se llegó a un acuerdo reduciendo los costos a una producción en blanco y negro y él renunciaba a sus honorarios de 250.000 dólares a cambio de un 60% de las ganancias que llegara a producir la película. Además, puso una gran suma de su propio bolsillo. Seguidamente le compró a Bloch los derechos de autor por 9000 dólares. Se había jugado el todo por el todo, en el peor de los casos se transformaría en un individuo agobiado por las deudas. En el mejor de los casos recuperaría el dinero y hasta obtendría alguna ganancia, o quizás ¿podría llegar a convertirse en un éxito?
Hitchock mandó comprar en las librerías los ejemplares de Psycho para que el público no tuviera conocimiento previo del argumento. Juntó a todo el equipo de producción y solemnemente le hizo jurar que no comentarían el argumento a nadie, incluyendo a los familiares más cercanos. Previo al estreno hizo saber al público que la película tenía escenas impactantes y desaconsejaba que la vieran personas muy sensibles o con problemas cardíacos. Obviamente, esto produjo el efecto contrario al despertar el morbo y la curiosidad de la gente.
La película tiene varias características destacables. Al principio se ve a Janet Leigh en el papel de Marion junto con su amante, ambos en ropa interior. Es evidente que tuvieron sexo, pero en aquellos tiempos no se mostraban escenas explícitas, pese a lo cual constituyó una novedad en la historia de Hollywood. Y no faltaron las críticas de los paladines de la moral formal.
Marion roba dinero de la inmobiliaria donde trabaja y se aleja en su auto de la ciudad de Phoenix en Arizona. Ya de noche y ante la amenaza de tormenta encuentra un solitario motel y un poco más alejada sobre una colina se destaca entre los relámpagos una antigua mansión de estilo victoriano, lúgubre y en completa soledad. Hitchcock se inspiró en La casa junto al ferrocarril, una pintura de Edward Hooper, pintor realista contemporáneo. Allí vive Norman Bates, el asesino serial que en su locura conserva un cadáver momificado, sentado en un sofá y vestido con ropa de mujer. De los ojos solo quedan dos cuencas vacías y la boca sin labios, completamente abierta, muestra una dentadura impecablemente blanca como si estuviera lanzando una risotada de ultratumba. Se trata de la señora Bates, la madre de Norman, pero esta escena, que es muy impactante y que se muestra casi al final de la película, no constituye el momento culmine de tensión.

La casa junto al ferrocarril de Edward Hooper
Marion ingresa al motel y es atendida por Bates que le ofrece una habitación. Antes de acostarse decide ducharse y mientras lo hace, es espiada por Bates a través de un orifico en la pared. Aquí se produce la primera y la más importante escena de horror y sin antecedentes en la historia de la cinematografía. Mientras ella disfruta de la ducha, la cortina de la bañera muestra una sombra, muy débil al principio que se va haciendo cada vez más marcada y próxima hasta que la cortina es bruscamente descorrida por una figura femenina que blande un largo cuchillo con el cual apuñala a Marion con repetida furia. Sus alaridos de pánico y de dolor se acompañan de un fondo musical de alto volumen, constituido por un chirrido de violines, violas y violoncelos, que una encuesta realizada en Gran Bretaña la calificó como la banda sonora más terrorífica de la historia cinematográfica.
La clásica imagen de Janet Leigh en el momento en que es atacada en la bañera
Ahora la cámara se dirige hacia el piso de la bañera mostrando la sangre que arrastrada por el agua desaparece lentamente por el orificio de desagüe que se va agrandando hasta ocupar toda la pantalla y súbitamente es reemplazado por una gigantesca pupila. A medida que la cámara se va alejando surge el resto del ojo, luego el rostro y finalmente la cabeza y parte del cuerpo de Marion apoyado sobre el borde de la bañera. La escena dura solo tres minutos, pero Hitchock que la consideraba la parte culminante de la película, le dedicó 7 días y decenas de tomas desde diferentes ángulos.
El día del estreno había cuadras de cola y los gritos y alaridos de los espectadores se mezclaron con los de Janet Leigh en la pantalla. Vi la película junto con quien entonces era mi novia, cuando ambos teníamos 21 años. No recuerdo si grité espantado, pero tengo la vivencia de habernos quedado petrificados en la butaca. Muchas personas, probablemente decenas de miles, incluyendo a la propia actriz, optaron por no usar cortinas al ducharse.
Solo en el estreno, la película recaudó quince millones de dólares y fue la base para muchas otras obras que se inspiraron con distintas variantes en las escenas de Psycho.
Cuando la filmación terminó, Janet Leigh se acercó a Hitchcock y le expresó su satisfacción por haber trabajado con él. “Me dijeron que usted era un tirano insoportable, pero yo nunca lo sentí así”. Acto seguido ingresó a su camarín para cambiarse. Se escuchó un alarido y Janet salió entre enojada y sonriente. “La señora Bates me preguntó si podía utilizar tu camarín por un momento y yo le contesté que seguramente no tendrías inconveniente alguno en compartirlo con ella”, le dijo Hitchcock con su flema habitual y la mejor cara de inocente.
Un detalle final, en Argentina y en muchos países la película se llamó Psicosis, que es una enfermedad mental grave. El nombre original: Psycho significa psicótico.

Rodrigo Fresan. Norman y nosotros. Página 12, 17,08,2010.
José Pablo Feinman. Detrás de todo gran hombre. Radar Página 12, 03,03,2013.
Peter Brasshaw. My favourite Hitchcock: Psycho. The Guardian 23,07,2012.
IMDb. Psicosis. Plot summary.http://www.imdb.com/title/tt0054215/plotsummary

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