miércoles, 26 de diciembre de 2018

LA PÁGINA DEL MORDAZ,


VICTORIA LA TRANSGRESORA
En estos días, en Buenos Aires, a consecuencia del video de la actriz Thelma Fardin sobre la agresión sexual que recibió por parte de Juan Darthés, se desencadenó una catarata de denuncias similares y la TV y los diarios ocuparon horas de imágenes y ríos de tinta sobre el bullyng y el comportamiento de estos energúmenos. Por eso el blog actual es sobre Victoria Ocampo, una feminista y transgresora de una época en que esas actividades eran escandalosas para la pacata sociedad porteña.
La casa de Mar del Plata
Hace unos años, estando en Mar del Plata, visitamos la casa que tenía Victoria Ocampo para pasar sus vacaciones. Es una estructura con soportes de hierro toda hecha en madera que vino completamente desarmada desde Inglaterra y por lo tanto posee un típico estilo inglés. Actualmente funciona como centro cultural que lleva el nombre de su dueña.

Centro Cultural Villa Victoria Ocampo (Mar del Plata)
El día que la visitamos había una exposición itinerante sobre el primer gobierno de Perón. Toda una ironía ya que el régimen la encarceló en 1953 por su activismo antiperonista. Fueron solo 20 días en que Victoria se comportó dignamente en la prisión del Buen Pastor, debiendo lavar su propia vajilla después de las comidas, algo que seguramente hasta entonces jamás había hecho. La monja carcelera les pidió que se identificaran con un número, pero Victoria convenció a las demás presas a grabar en un trozo de género el nombre de cada una. Cuando la liberaron descosió el nombre y se lo llevó. “Es uno de los recuerdos más queridos que conservo”, dijo en una ocasión.
Volviendo a la casa de verano de Mar del Plata, fue también un refugio de amor donde Victoria pasó días felices con Julián Martínez al que conoció en Roma durante su luna de miel con Luis Bernardo de Estrada, su flamante esposo apodado “Monaco” y primo de Julián. Sucede que Monaco provenía de una familia ultracatólica y conservadora y a Victoria le resultaba sumamente aburrido y convencional. La separación se produjo muy pronto y el factor desencadenante fue cuando ella descubrió una carta de Estrada a un amigo en la que le aseguraba que los deseos de su esposa por ser actriz desaparecerían cuando quedara embarazada.

Victoria Ocampo (1890-1979)
Victoria tenía una personalidad con la fortaleza necesaria para poder desprenderse de la formación que recibió en su infancia creada por gobernantas en el seno de una familia aristocrática, que sin embargo tuvo el buen tino de darle una buena educación y el dominio total del francés y del inglés, que más tarde le servirían para conectarse con filósofos, escritores y ensayistas de toda Europa.
Sin duda Victoria y Silvina, brillante escritora opacada por la imagen de su hermana, resultaron ser los dos personajes más importantes en el extenso árbol genealógico de la dinastía Ocampo. Haciendo un rápido repaso de sus antepasados, parece que todo comenzó con un paje gallego de la reina Isabel la Católica. El siglo XIX fue el más fructífero en relaciones familiares, ya que tangencialmente ingresan en la genealogía de la familia el retratista Prilidiano Pueyrredón y el escritor José Hernández.
En tan extensa prosapia no podía faltar algún acontecimiento trágico y con ribetes escandalosos. Fue el 30 de enero de 1872 cuando, mucho antes de que se conociera el término “femicidio”, la adinerada y sumamente hermosa dama porteña Felicitas Guerrero, fue asesinada por su esposo Enrique Ocampo, tío abuelo de Victoria, quien seguidamente se suicidó o lo mataron.
El gran salto de Victoria lo podemos ubicar al cumplir ella 39 años o sea en 1929, cuando logró escabullirse del mundo convencional de su familia. Se rotuló agnóstica, fumaba, adoptóun look vanguardista con melena corta a la garçon y fue la primera mujer que obtuvo carnet de conductor y manejó su vehículo sin ayuda de chofer, actitudes que en los albores del siglo XX eran verdaderas transgresiones.
La revista Sur

Tapa de uno de los números de Sur
Sin embargo, dentro de las nuevas pautas y actitudes de Victoria, hay dos acontecimientos que se destacan y son de enorme relevancia: la fundación de la editorial y revista Sur en 1931 y su militancia feminista. Su proyecto más ambicioso fue la creación de esta publicación, acompañada por Waldo Frank y su gran amiga María Rosa Oliver, y el apoyo incondicional de Ortega y Gasset.
Sur logró varios objetivos, hizo que Victoria dejase de escribir en francés sus notas y cuentos, fue la herramienta para estrechar relaciones con los filósofos y escritores más destacados de Europa y del resto del mundo y por medio de estos, logró que Sur se transformase en la revista literaria con avanzada estética y cultural más importante en lengua española.
Fue en Sur donde Jorge Luis Borges, quién se ejercitaba con relativa abundancia en otras publicaciones, dio a luz los textos fundamentales de ese período borgiano. Borges incluso llegó a integrar el Consejo de Redacción de la revista.
Sur alcanzó enorme prestigio desde sus comienzos y así lo demostraron las mejores plumas de la literatura con estos conceptos: Julio Cortázar: “…nos ayudó a los estudiantes que en la década de 1930 al 1940 tentábamos un camino, titubeando entre tantos errores, tantas abyectas facilidades y mentiras".Rafael Alberti: “Esa revista y esos libros nos ligaban al mundo de la cultura”. Octavio Paz: “Sur no es sólo un revista o una institución: es una tradición del espíritu... [Victoria] ha hecho lo que nadie antes había hecho en América”.
No faltaron los detractores: grupos nacionalistas denunciaron la colaboración de personalidades extranjeras en la revista, alegando que Ocampo solamente quería satisfacer a lectores de otros países. Por su parte la Curia, constituida por el más rancio conservadurismo, declaró a Victoria “persona no grata”, por su amistad con escritores y filósofos considerados enemigos de la Iglesia como Rabindanath Tagore, Jiddu Krishnamurti y André Malraux. Estas críticas y condenas tuvieron como caldo de cultivo el período fascista de la Década Infame (1930-1943).

Victoria Ocampo con el compositor Igor Stravinsky
Lamentablemente Sur se editaba en forma muy irregular, hubo años de cuatro números, otros de dos y hubo un año en que la revista ni siquiera salió a la venta. Los costos de mantenimiento eran altos y si bien Victoria era una mujer adinerada Sur vio la luz por última vez en 1992 completando 371 publicaciones. Su creadora ya había fallecido en 1979.
Lucha por los derechos de la mujer
En cuanto a la militancia feminista de Victoria es un tema sin fisuras y sobre el cual no hay controversias. Fue María Rosa Oliver quien la estimuló para ser activista de UMA (Unión de Mujeres Argentinas), una ONG social y política, destinada a defender los derechos de la mujer. Fundada en 1947, mantiene plena vigencia en la actualidad. Sin embargo, es probable que el germen inicial haya sido su abuela, no precisamente por sus ideas sino porque portaba un anillo de oro obsequiado por su esposo con el lema grabado “Encadenada y feliz”, según solía comentar Victoria con indignación.
Su militancia por igualar los derechos de la mujer la hizo desde su revista, otorgando espacio a escritoras mujeres y publicando columnas y discusión y controversias con el español José Benjamín y con Ernesto Sábato, quienes no eran proclives a cederle terreno a las mujeres.
Lideró una dura campaña contra la iniciativa de un grupo de jueces que pretendían modificar el Código Civil con el objetivo de inhibir a la mujer casada para administrar sus propios bienes a favor de su marido y lo autorizaran a anular el vínculo si éste comprobaba que la esposa no era virgen al contraer matrimonio. El grado de machismo de estos jueces incluía la autorización del marido para que las mujeres trabajaran o ejercieran cualquier tipo de profesión.
Victoria y el nazismo
Victoria siempre repudió los regímenes totalitarios, pero el nazismo fue el que le produjo la mayor aversión. En 1939 rescató a la fotógrafa francesa judía Giselle Frend a quien le pagó el pasaje a la Argentina y se transformó en una colaboradora de su revista. No tuvo el mismo éxito con el escritor rumano Benjamín Fondane, quien había viajado en dos ocasiones a Buenos Aires invitado por Victoria pero al menos pudo rescatar su obra antes de que cayera en manos de las SSy fuera quemada.
En 1946 fue invitada por el British Council para que presenciara el Juicio de Nuremberg y se constituyó en la única mujer de América Latina que asistió a sus sesiones. Allí pudo ver y escuchar las pruebas de la ignominia: pantallas de piel humana, toneladas de pelo, parvas de anteojos, jabón hecho con grasa de las víctimas y miles de cadáveres esqueléticos amontonados en las fosas de los campos de concentración. Todos estos horrores y el rechazo que le produjeron los jerarcas nazis los volcó en varios capítulos de su autobiografía.
La vida de Victoria Ocampo fue tan prolífica en viajes y contactos con escritores, dramaturgos, compositores y filósofos de todo el mundo, que detallarlos agotaría al lector. Recomiendo al respecto su autobiografía o Testimonios, de la cual hubo una reedición en 2014 cuando se cumplieron 35 años de su muerte. También es muy interesante hacer una visita guiada a la mansión de Victoria en Beccar, llamada Villa Ocampo, donde vivió parte de su vida y que actualmente es patrimonio de la UNESCO.
Villa Ocampo en la localidad de San Isidro
Nora Pasternac. Borges en Sur. https://biblioteca.itam.mx/estudios/60-89/60-61/NoraPasternacJorgeLuisBorgesenlarevistasur.pdf
Juan Javiero Negri. El Holocausto en la memoria de Victoria Ocampo. La Nación 28/03/2013.
Victoria Ocampo. Wikipedia.https://es.wikipedia.org/wiki/Victoria_Ocampo. Consultado el 03/11/2017.
Felisa Pinto. Victoria para todas. Suplemento Las 12 de Página 12, 04/03/2011

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