viernes, 20 de enero de 2017
CLARO QUE NO ESTAMOS SÓLOS... ME HACE MUY FELIZ....
Nuestro planeta no tiene vida. ESTALLA de vida. En los últimos 4500 millones de años este enorme pedazo de roca se llenó de todo tipo de seres. Si agarrás una gota de agua, en ella hay un número inimaginable de seres vivos. Lo mismo ocurre con el aire. Pero esta explosión de vida que ocurrió aquí, ¿es excepcional? ¿O es la regla? En otras palabras, ¿estaremos solos en el Universo? ¿O rebosará tanto de vida como la Tierra?Tan abrumadora es la presencia de vida en el planeta que se encuentran seres vivos incluso en lugares absurdamente hostiles: tan hostiles que se conocen como extremófilos, o amigos de lo extremo.
En los últimos años, accediendo a los lugares más recónditos se encontraron algunas formas de vida que viven en las profundidades y soportan presiones mil veces superiores a las nuestras. Otras que resisten temperaturas muy superiores a los 100 grados o mucho menores a cero. Otras que proliferan en la cercanía de reactores nucleares, resistiendo niveles altísimos de radiación. Y en pequeños lagos en la cima de volcanes en nuestra Puna pueden encontrarse criaturas que resisten a varios de esos factores combinados, además de muy elevada salinidad o acidez.Quizá los más raros sean los seres hallados hace un par de años en una gigantesca cueva en Nuevo México llamada Lechuguilla. Esta caverna, de más de 200 km de longitud y casi 500 metros de profundidad, estuvo durante millones de años aislada del medio exterior. En aquel ambiente remoto donde no llega un atisbo de luz, habitan microorganismos que no dependen del sol como fuente de energía y viven completamente a oscuras alimentándose directamente de minerales.
En otras palabras, ¡comen rocas y no les caen pesadas! Hasta hace poco creíamos que para hallar vida en otros cuerpos celestes, sean planetas, lunas o asteroides, había que encontrar condiciones habitables, entendiendo por ello lugares que dispusieran de temperaturas templadas, agua líquida, protección contra la radiación y luz solar como fuente de energía. Sin embargo, los hallazgos de extremófilos en la Tierra nos obligaron a ampliar drásticamente nuestra idea de habitabilidad.Penélope Boston es una experta de la NASA en astrobiología que trabaja precisamente en el parque nacional de Nuevo México donde se encuentra Lechuguilla. En una charla, que dio en la conferencia TED, ella afirma que si hace 20 años le hubieran preguntado cuál era la probabilidad de que haya ahora vida en Marte hubiera respondido 1% y muchos la habrían tomado por loca. Actualmente, cree que la chance ¡está entre el 25 y el 50%!Otros astrobiólogos apuntan a lunas de Júpiter o Saturno, como Europa, Io, Titán o Enceladus.
Esta última, por ejemplo, tiene géiseres que emiten columnas de vapor de agua con material orgánico, por lo que parece probable que tenga un océano líquido debajo de una gruesa capa de hielo. Carolyn Porco, científica planetaria de la Universidad de Colorado, sostiene que debemos ir, y especula con que haya vida macroscópica en ese lejano y oscuro océano subterráneo.Encontrar un segundo génesis de vida en cualquier otro lugar cercano a la Tierra, aún cuando sea vida microscópica, sería extraordinariamente importante. Porque si logramos demostrar que pasó dos veces tan cerca una de otra sería una muestra contundente de que la vida no sólo no es rara, es casi inevitable. Y, aunque aún no hayamos hallado a ET, sabremos que es cuestión de tiempo, porque la pregunta milenaria tendrá ya respuesta: "No, no estamos solos"
S. B.
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