martes, 31 de enero de 2017

TEATRO RECOMENDADO


Una historia de todos los tiempos
La herencia de Eszter / Autor: Sándor Márai / Versión teatral: María de las Mercedes Hernando / Intérpretes: Thelma Biral, Víctor Laplace, Susana Lanteri, Luis Campos, Edgardo Moreira y María Viau / Iluminación: Leandra Rodríguez / Vestuario: Mini Zuccheri / Escenografía: Alejandro Mateo / Dirección: Oscar Barney Finn / Teatro: La Comedia, Rodríguez Peña 1062 / Duración: 88 minutos
Biral y Laplace.
En el centro de una atmósfera de melancolía y serenidad, el autor ha colocado a Eszter, una mujer madura que mide su existencia con el paso de las estaciones que delatan su presencia en el hermoso jardín de la casa de sus ancestros.
Sus días transcurren salpicados con remembranzas de otras épocas y con la triste evocación de un amor que no pudo ser. Sólo convive con Nunu, una vieja acompañante que, por momentos, se convierte en la conciencia que trae al presente una realidad del pasado que Eszter trata de esquivar u olvidar.
El anuncio de la llegada de Lajos, su primer amor, después de 20 años, altera la rutina cotidiana de esas dos mujeres. Los recuerdos, no agradables, perturban a la protagonista, sobre todo cuando debe enfrentar a la memoriosa Nunu, que rescata la desagradable personalidad de aquel hombre que provocó la infelicidad de la entonces joven Eszter: un impostor, mentiroso e inescrupuloso, que no tuvo empacho en estafar a todo su entorno afectivo en su propio provecho.
Estos mismos conceptos son compartidos por su hermano y sus amigos, pero aunque Eszter sabe que ellos tienen razón, dentro de su corazón, que aún vibra de emoción, todavía hay espacio para la esperanza y para el perdón. Son estos sentimientos los que acentúan su vulnerabilidad, sin presentir que en el desenlace volverá a la ruta del desencanto, de la soledad y de la resignación como únicas compañías de su derrotero final.
No es una historia de este tiempo, sino de todos los tiempos donde existen, y existirán, esas mujeres, fieles y devotas, que siguen atadas a un amor, tan grande como imposible. Como la Rosita de García Lorca.
Si había una actriz ideal para interpretar a la protagonista era Telma Biral, quien le supo imprimir, con una actuación muy delicada y llena de matices, todo el torbellino pasional de su personaje, llegando a conmover a la audiencia.
Para componer a Lajos, la elección de Víctor Laplace fue muy acertada al exponer convincentemente todas las características de ese personaje: seductor, cínico, oportunista. No se quedan atrás Susana Lanteri, Edgardo Moreira, Luis Campos y María Viau, cada uno volcando en sus criaturas toda su calidad emotiva.
Detrás de ellos, la dirección de Oscar Barney Finn, quien sobresalió, primero, por la elección del elenco y la sutil marcación y, segundo, en la creación de esa atmósfera por momentos etérea y lánguida, que refleja muy bien el estado anímico de la protagonista. Contó con el sólido respaldo de la escenografía de Alejandro Mateo, la iluminación de Leandra Rodríguez y el discreto y acertado vestuario de Mini Zuccheri.

S. F. 

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