martes, 12 de diciembre de 2017

TEATRO COLÓN... AGENDA


Teatro Colón 2018: llega una temporada con grandes nombres
Entre las figuras más destacadas se anunció a Dudamel, Netrebko y Barenboim; habrá títulos de repertorio y una apertura operística del siglo XX

El anuncio oficial de la temporada 2018 del Teatro Colón , ayer al mediodía, se hizo no sólo en el Salón Dorado, como era habitual, sino además al aire libre, al sol de la Plaza Lavalle. Es como si, después de la accidentada temporada 2017, la próxima hubiera querido nacer, ya desde su presentación, de otra manera, aun arriesgándose a la extravagancia. Hubo una inusual presencia de funcionarios públicos: el jefe del gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta; los responsables de Cultura de Nación y Ciudad, Pablo Avelluto y Ángel Mahler, y el ministro del Sistema de Medios, Hernán Lombardi, que se explica porque el año próximo el Colón unirá fuerzas con el CCK durante el Festival Barenboim.
No fue la única curiosidad. La otra es el primer título de la temporada lírica, que subirá a escena el 13 de marzo:
Tres hermanas, la ópera de 1998 del compositor Péter Eötvös que había quedado postergada en 2017. Es una curiosidad, cierto, pero una curiosidad bastante saludable, que el Teatro Colón inaugure su temporada con un título contemporáneo.
Según Enrique Arturo Diemecke, director artístico y de programación, varias razones explican esta decisión. "Una es que ya teníamos adelantado el trabajo de Tres hermanas. Pero también nos interesó el hito de que una casa de ópera de nivel mundial empiece con un título así. Siempre se elige algo bombástico para llamar la atención. Pero creo que nosotros estamos llamando la atención sobre el hecho de que entramos en una nueva era, una era en la que tengamos un equilibrio de todo lo que existe en la gama musical. Lo mismo vale para el ballet [ver aparte] y la música sinfónica".
El resto de la programación de la temporada lírica parece regirse también por esa misma pretensión de equilibrio. Serán en total 8 títulos, que ascienden a 11, si se computa la ópera de cámara. Después de Tres hermanas llegará, en mayo, La italiana en Argel, de Rossini, en una nueva producción del teatro. También en mayo será el turno de Aida, de Verdi, que subirá en una puesta de Roberto Oswald, con reposición de Aníbal Lápiz.
Daniel Barenboim dirigirá por primera vez una ópera completa en el Colón. Será en julio con Tristán e Isolda, de Richard Wagner, en la memorable puesta de Harry Kupfer, y Peter Seiffert y Anja Kampe en los papeles principales.
Habrá entonces un salto enorme, en un mes, de Wagner a Debussy, aunque no tan grande si le creemos al compositor francés cuando decía que, en cuanto se distraía un poco en la escritura, se le aparecía enseguida la sombra de su juvenil fervor wagneriano. En una nueva producción, Peleas y Melisande subirá en agosto, con Verónica Cangemi y dirección musical de Diemecke. La Bohème será el título de octubre, en una coproducción con la Ópera de Tenerife y el Sodre. Las estaciones, de Haydn, podrá escucharse en noviembre, con las voces de Daniela Tabernig, Hernán Iturralde y Carlos Ullán. La temporada cerrará con Norma, de Bellini, en una puesta de Stefano Viziolli y dirección musical de Renato Palumbo.
Diemecke explica este diseño muy variado de la siguiente manera: "Una casa lírica tiene que tener los compositores centrales, que son Puccini y Verdi. Luego, de los compositores a la alemana teníamos el Tristán, ópera cómica, un título belcantista y una ópera francesa, que esta vez es de Debussy en homenaje por los 100 años de su muerte".
Los títulos de la ópera de cámara serán El triunfo del honor, de Alessandro Scarlatti; Piedade, de Ripper, y
Powder her face, de Thomas Adès.
Por el lado de la Filarmónica de Buenos Aires, se destacan como directores invitados Baldur Brönimann (hará obras de Gubaidulina y Lutoslawski) y Alejo Pérez (con piezas de Mahler, Schönberg y Scriabin), y entre los solistas, el regreso de Bruno Gelber (hará el n° 20 de Mozart) y el chelista Mischa Maisky.
Por su lado, Colón Contemporáneo presentará toda la música de Martín Matalón para los films de Luis Buñuel, la vuelta del Cuarteto Arditti, en esta ocasión con el pianista Nicolas Hodges, y el Réquiem de Ligeti.
Barenboim y una constelación
El Festival Barenboim será en 2018 un poco diferente de las ediciones anteriores. En principio porque, como ya se sabía, no vendrá Martha Argerich y, además, en lugar de estar al frente de la Orquesta West-Eastern Divan, el maestro argentino llegará con la Staatskapelle Berlin. Además del Tristán que hará en la sala principal del Colón, sumará conciertos sinfónicos en el CCK; allí hará el ciclo sinfónico de Brahms (dos veces) y habrá otra presentación con Imágenes de Debussy y La consagración de la primavera, de Stravinski.
Otro punto fuerte será el Abono de Grandes Intérpretes, que incluye ya en marzo la Filarmónica de Viena dirigida por Gustavo Dudamel en un programa con Brahms y Chaikovski; a la pianista Dubravka Tom?i? Srebotnjak; a la soprano Anna Netrebko (en agosto), que cantará con su marido, el tenor Yusif Eyvasov; el bajo-barítono Bryn Terfel, en septiembre, ofrecerá un recital de canto y piano, y lo mismo hará, pocos días después, también en septiembre, el tenor peruano Juan Diego Flórez. La programación completa está disponible en www.teatrocolon.org.ar
El Tristán dirigido por Barenboim y la visita de la Dudamel al frente de la Filarmónica de Viena no son una sorpresa (las negociaciones se remontan a la gestión anterior del teatro), Pero, sorpresa o no, las actuaciones de Barenboim y Dudamel son, junto con las de Netrebko y Florez, en principio los puntos más altos de 2018.
En su libro La gran transformación en el gusto musical, el historiador William Weber hizo un señalamiento referido al siglo XIX: "Diseñar un programa implica una serie de acuerdos entre públicos, músicos, gustos y, por extensión, fuerzas sociales..." Nada más cierto entonces, y nada más cierto ahora. La temporada que se anunció combina una extrema prudencia, con algunos arrebatos espectaculares, que son, después de todo, el modo en el que prudente muestra sus cartas.
El ballet, con una apuesta clásica para seguir creciendo
Se suman más funciones, Julio Bocca vuelve al teatro y Marianela Núñez hará La viuda alegre
Si Paloma Herrera dirigiera a la selección de fútbol estaría en condiciones de repetir la famosa frase "la base está". Pero al frente de la compañía de danza más importante del país, el Ballet Estable del Teatro Colón (BETC), su ambición artística no se queda en lo que ya tiene: desde esa "base firme" de funciones que logró duplicar en su primer año al frente de la dirección del elenco -pasó de 22 a 46 funciones en el escenario de la sala en 2017- plantea ahora seguir creciendo.
Yendo a las matemáticas que definen el tablero sobre el que se jugará la temporada 2018, el BETC hará 38 funciones para sus 5 títulos principales (sin contar las del ciclo Vamos al Colón para escuelas, que este año fueron una decena), más las tres del Colón en Familia, para lograr así un volumen de presentaciones puertas adentro que se mantendrá en unas 50. Por encima de esa cantidad , aunque no está escrito en el cuadernillo de temporada, el Ballet tiene una agenda fuera de sede. Empezará el año en el Anfiteatro de Parque Centenario (marzo) y a las presentaciones en el interior del país que vino realizando los últimos meses se sumarán escalas internacionales. Por caso, están a la venta las entradas para el 20 y 21 de octubre en el Teatro del Lago de Frutillar, Chile.
Respecto de los títulos, ya no hay herencias condicionantes. La primera temporada que Herrera diseña de cero será puramente clásica, tendrá tres obras inoxidables y un par de estrenos. El corsario, que abrirá el telón en abril, significará el regreso de Julio Bocca al Teatro Colón en calidad de repositor de la versión de Anne-Marie Holmes, que también protagonizará una figura argentina: el bailarín principal del ABT Herman Cornejo como Conrad y, también del team neoyorquino, Daniil Simkin será Alí. En junio haránCoppelia, con coreografía del cubano Enrique Martínez (se desprenderá de este trabajo una versión infantil) y en diciembre se afianzará la tradición que las grandes compañías del mundo rinden en Navidad con El cascanueces, de Nureyev, título que llevará la mayor cantidad de funciones (once). Las novedades serán dos: La viuda alegre, en agosto, y Romeo y Julieta de Kenneth MacMillan, en septiembre. Más allá de la buena noticia que implica el ingreso al repertorio del Colón de la glamorosa opereta en versión danzada -y de que la excelsa Marianela Núñez (Royal Ballet de Londres) vaya a asumir el rol protagónico-, es para destacar que la producción de la tragedia de Shakespeare es, sobre todo, la reparación de las relaciones con la Fundación McMillan, que se habían deteriorado hasta el umbral de lo legal durante la gestión anterior. Doble mérito para Herrera entonces: quien viene siguiendo el episodio de 2015 recordará que ella iba a retirarse en Buenos Aires con esta masterpiece antes del conflicto que rompió lazos con Lady Macmillan. Con esta obra, además, la dirección del teatro invita en 2018 a Iñaki Urlezaga a hacer su despedida de los escenarios.
Sin piezas contemporáneas ni nuevas creaciones previstas -no hay dudas de que éste es un escalón para crecer en 2019-, el lugar de los nuevos lenguajes quedará por ahora acotado a los programas de gira, que tomarán como modelo el Programa Clásico y Contemporáneo que se bailó aquí y allá en el segundo semestre de este año.
En la vereda del sentido común, finalmente cabe preguntarse: ¿por qué si la magnífica Alicia en el país de las Maravillas, de Alejandro Cervera, agotó sus localidades un mes y medio antes de presentarse, en las próximas vacaciones de invierno no habrá ballet? Media buena respuesta es que Alicia tendrá dos mañanas de revancha... en abril.
Highlights de lo que vendrá
Es difícil decidir qué llama más la atención: si el director venezolano o la orquesta que dirigirá, la Filarmónica de Viena. Como sea, es uno de los conciertos del año. El repertorio incluye Obertura para un Festival Académico y Variaciones sobre un tema de Haydn, de Brahms, y la Cuarta sinfonía, de Chaikovski.

El otro plan de Barenboim
El maestro volverá el año que viene con un programa muy distinto. Por un lado hará su debut en el Colón como director de ópera. Será con el Tristán wagneriano, de la que ya dirigió pasajes en versión de concierto. Además, en el CCK, presentará todas las sinfonías de Brahms.
Chéjov con música
El estreno de Tres hermanas, la ópera de Péter Eötvös sobre el texto del autor ruso, abrirá la temporada lírica.
Netrebko y compañía
La diva rusa llegará con su marido, el tenor Yusif Eyvasov. Será una gala lírica con la Estable del Colón, dirigida por Jader Bignamini.

P. G. y C. B. 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.