lunes, 20 de febrero de 2017

SE ACERCA LA REAPERTURA DEL TEATRO GENERAL SAN MARTÍN



La reapertura de la emblemática sala del gobierno porteño se atrasa dos meses, lo que obliga a reprogramar todos los títulos previstos
Jorge Telerman
"Le hicieron decir al jefe de gobierno que la primera etapa de la obra en el Teatro San Martín terminaba en diciembre y que el fin de obra era en mayo. Bien, en mayo será recién la inauguración al público. Cortando clavos se llega al 25 de mayo. Lo que queda ahora es trabajo de albañilería, fratacho; las zonas críticas ya están. El viernes, la última vez que estuve, los camarines ya estaban prácticamente terminados, lo mismo que los talleres. Lo bueno de lo malo para las elencos reprogramados es que tienen más tiempo de ensayo, aunque en algún caso están viendo de no ensayar tanto para no pasarse", aclara Jorge Telerman, el director del Complejo Teatral de Buenos Aires, de quien depende el San Martín, en la primera aclaración oficial
-¿Cuál es el motivo que explica el atraso?
-Pura y exclusivamente de construcción. En tal sentido, nos han pedido que adecuemos la programación a esa postergación. Son cosas que suceden y éste es uno de los casos. Desde nuestra perspectiva, si bien nos hubiera gustado inaugurar en marzo, nos pone contentos la actitud encomiable de los actores y los elencos reprogramados. A todos nos apena que el Teatro San Martín no esté en funcionamiento, a mí también, pero en vez de empezar en marzo será a fin de mayo. Lo esencial es que funcione.
-A fin de diciembre, según había dicho el jefe de gobierno, Desarrollo Urbano, a cargo de las obras, tendría que haber entregado las llaves a ustedes para comenzar la mudanza y la puesta a punto. No sucedió. ¿No se encendió antes una señal de alarma para evitar que sea recién a mediados de febrero cuando se anuncie esta postergación?
Para nosotros, las alarmas comenzaron a sonar hace algunas semanas y empezó a hablarse de esto hace unos 20 días.
-¿Las empresas contratistas siguen siendo las mismas?
-Sí, pero se han tomados ciertas decisiones para que haya mayor actividad, más refuerzos en la construcción para llegar a la obra.
-Y refuerzos presupuestarios.
-Laborales. De cantidad de gente, subcontratistas. Mi lugar es cómo resuelvo los problemas, no señalarlos. Creo que ése es el deber de un funcionario y es parte de mi personalidad.
-¿Y la respuesta política?
-La empresa no cumplió. Es comprensible que ante todo esto subsista la duda, yo lo entiendo. Una duda sostenida en otros retrasos que llevó durante un tiempo muy largo a que el San Martín no haya trabajado a pleno. La única y la mejor manera de disolver esa duda será en el momento de la reapertura. La gente tiene todo el derecho a dudar.
Estado actual de la fachada del San Martín.
-Durante los últimos años hubo actos de reapertura para las cuatro salas del San Martín. Hubo reclamos y protestas por los atrasos y hubo discursos, fotos, famosos y aplausos. Sin embargo, desde hace un año y medio el teatro está cerrado.
-Nuevamente: me toca reabrir el teatro. Yo me encargo de eso.
-¿Qué costo económico tiene para el complejo esta postergación?
-No es muy alto ese costo, se pasa todo. Los que debían cerrar la temporada actual serán los que abran la del año próximo. Se mantienen los contratos. En términos relativos el pago artístico no es el costo más grande. A tal punto no es un problema que, por primera vez, tenemos las escenografías ya hechas.
-Pero realizadas afuera porque los talleres están cerrados.
-No, la mayoría fueron realizadas en el taller nuestro de Gregoria Pérez. Y ante la hipótesis de algún reclamo por parte de algún afectado por el atraso, un teatro, como cualquier actividad de la administración, puede presentar situaciones contractuales complejas. Se analizarán y se resolverán. Nuestra posición es siempre estar del lado de los trabajadores. El rol principal del complejo, más allá de cualquier aspecto contractual, es presentar el mejor teatro. Eso, afortunadamente, lo estamos llevando a buen puerto.
-Si la posición es estar del lado de los trabajadores, ¿por qué los tercerizados, a los que desde hace años se les viene prometiendo que van a pasar a la planta permanente, siguen trabajando en condiciones tan precarias?
-Soy la persona que va a tener el orgullo de tener por primera vez en la historia del teatro la estructura del Complejo Teatral. Ya lo aceptó Hacienda y sólo falta convalidarla.
-¿Pensaste en renunciar?
-Lo que es una pena ahora será una alegría en 60 días, no es el fin del mundo. No estaría en un gobierno que decidiera no abrir el San Martín o que decidiera destruirlo. Lo que me gusta, quiero y siento que debo hacer es, sin ponerme soberbio, garantizar que el Teatro San Martín vuelva a funcionar. Para eso he venido a aquí.
-¿Cómo te sienta estar encarando la reapertura del San Martín, deuda del gobierno, cuando hasta hace poco eras el número uno de Cultura en la provincia de Buenos Aires? En La Plata, la gestión actual habló del penoso estado del Teatro Argentino, que dependió de vos y que ahora está cerrado por obras de infraestructura.
-Yo creo que la infraestructura cultural en Argentina requiere una atención mucho mejor por parte de la dirigencia. Para que haya actividad cultural tiene que haber espacios en donde eso se desarrolle. Dicho esto, y sin ánimo de sacar pecho, la provincia de Buenos Aires tiene uno de los museos de arte contemporáneo más importantes del país, y este servidor lo hizo posible. El Teatro Colón pedía a gritos una renovación, y este servidor lo hizo posible. La ciudad de Buenos Aires no tenía auditorio, y este servidor hizo posible la Usina del Arte. Cuando, el 25 de mayo, abra el San Martín, yo diré: "Otra vez se hizo". Casi todos los organismos enumerados demoraron mucho más de lo que estaba previsto, pero se hicieron. Las quejas son compresibles porque se hacen con dineros públicos.
-¿Qué pasará con el Teatro Alvear, cerrado desde hace años?
Es otra de las demoras que tiene la ciudad. El proyecto está prácticamente concluido, pero la obra nunca empezó.
-¿Y la sala de cine Leopoldo Lugones?
-Estoy esperando precisiones, pero en principio se abriría en la ventana de junio. En estos días, el Ministerio de Desarrollo Urbano me tiene que pasar el nuevo organigrama de entrega de obras.
Cuando le llegue, entonces sí, de algún despacho oficial saldrá el comunicado que anuncie lo que Telerman dice ahora frente a dos grabadores: que cortando clavos se llega al 25 de mayo. Esa noche, en la sala Martín Coronado se debería estrenar La farsa de los ausentes, montaje basado en texto de Roberto Arlt que dirigirá Pompeyo Audivert. A partir de ese momento, últimos días de mayo o primera semana de junio, seguirán el montaje que Guillermo Cacace está preparando para la Casacuberta y el que Luciano Suardi está montando para la Cunil Cabanellas. Como furgón de cola, vendrá la sala Leopoldo Lugones.
A. C.

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