martes, 21 de febrero de 2017
TEATRO RECOMENDADO
TERRENAL. PEQUEÑO MISTERIO ÁCRATA 2
FICHA:
Abel: Claudio Da Passano
Caín: Claudio Martínez Bel
Tatita: Rafael Bruzza
Escenografía y vestuario: Gabriela A. Fernández
Iluminación: Leandra Rodríguez
Diseño sonoro: Eliana Liuni
Fotografía: Malena Figó
Asistencia de escenografía y vestuario: María Laura Voskian
Realización escenográfica: Gonzalo Palavecino, Lucía Garramuño
Prensa: Daniel Franco, Paula Simkin
Realización de vestuario: Mirta Miravalle
Asistencia de dirección: Alan Darling
Dirección:Mauricio Kartun
Teatro del Pueblo - Sala Carlos Somigliana
Av. Roque Saenz Peña 943
Ciudad de Buenos Aires
De una nota de Mariu Serrano en "Puesta en escena":
Lo que llevó a Kartun a recrear el destierro de Caín no fue, ni por las tapas, la pereza o la falta de inventiva. Al contrario, el dramaturgo moldeó una puesta desafiante para el director que él mismo encarna. Unos días antes del estreno de este pequeño misterio ácrata, tuve la oportunidad de conocer la comodidad de su living, abarrotado de libros y objetos extraños (es todo un fetichista, en un sentido totémico). No pude evitar preguntarle por qué habían postergado el estreno, a lo que replicó:
"El teatro de arte, cuando se practica como tal, tiene una economía bizarra. Vos vas al teatro comercial, se ensaya dos meses, se pone una guita para la promoción... lo que se invierte como trabajo es lo mínimo que se puede para sacar rédito. El teatro de arte es al revés: siempre invierte mucho más de lo que saca como rédito. Porque su objetivo está en obtener el resultado, no simplemente en el hacer mecánico. Yo me puse optimista porque tenía un muy buen elenco y dije: -En cuatro meses, laburando a lo perro, lo sacamos-. Y cuando estábamos en tres meses y medio nos dimos cuenta que era horroroso lo que teníamos. Que no habíamos llegado a lo que teníamos que llegar, ni llegaríamos en ese plazo. Entonces decidí postergarlo. Los actores se saben la letra, la escenografía está ahí, todo lo que en términos de una hipótesis comercial se necesita para hacer la obra, lo tenés. Lo que no tenés es cumplido el objetivo artístico. Y cumplirlo lleva un tiempo inconmensurable porque pasa por el cuerpo. Hay algo que pasa por mi cuerpo, por mi ritmo, por cómo me acompaña el resto... En el teatro de arte hay una inversión de tiempo en la búsqueda de un objetivo virtuoso. Ni hablo de perfección, y además te puede salir como el culo, vos podés ensayar un año y estrenaste una porquería. Eso es parte de los riesgos que supone el arte. Pero tiene un desafío ético que es hacer lo mejor, lo máximo que uno puede llegar. Quien vaya a verlo, le puede gustar o no, pero no le va a quedar ninguna duda de que los actores están dando el cien por cien de su talento y que llegan con el cien por cien de ensayo como para hacer eso."
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