martes, 13 de junio de 2017

SOMOS SERES EMOCIONALES QUE RAZONAN

Cómo las emociones afectan a la hora de tomar decisiones. No somos solo seres racionales.
Cuando nos enfrentamos a un problema o a cualquier tipo de causa que nos exija decidirnos por algo, si sólo atendiéramos a las opciones a nivel racional podríamos encontrarnos con que nos resulta imposible decantarnos por una u otra, ya que varias pueden ser igual de válidas ante una experiencia nueva. Esto nos haría estancarnos en la duda y no avanzar en la resolución del problema.
Nuestras experiencias previas nos hacen almacenar una serie de sensaciones (debidas a respuestas musculares y hormonales) agradables o desagradables relacionadas con ciertos estímulos.
Esta relación entre estímulo y estado emocional sería lo que él denomina marcador somático. Enfrentados a la tarea de tomar una decisión en un contexto nuevo, un estímulo similar al de experiencias anteriores desencadenaría en nuestro cuerpo la liberación de un determinado marcador somático. Las opciones por las que nos decantaríamos serían aquellas asociadas a marcadores somáticos agradables y evitaríamos las que el marcador somático asociara con resultados adversos. Por ej., en una fiesta nos acercaríamos a hablar con la chica morena (a la que asociamos con una experiencia pasada en la que conocer a una chica morena nos deparó una velada agradable)

Entendamos cómo las emociones influyen en nuestros procesos de decisiones y razonamiento.
Mediante un largo proceso de aprendizaje, determinados estados somáticos se asocian a clases específicas de estímulos.
Frente a situaciones puntuales, el cuerpo entrega una señal en razón de sus experiencias anteriores.
Nuestro organismo acumula múltiples asociaciones del tipo situación/estado somático, de forma de tener un registro con su historia de variaciones en función de esas situaciones particulares. Frente a nuevas experiencias, ese registro permite buscar alguna situación similar que se haya tenido con anterioridad.
De esta manera, si la situación actual es asociada con una experiencia anterior que haya tenido un resultado negativo, el Marcador Somático “intentará” que rechacemos ese curso de acción. Si por el contrario, la nueva situación se enlaza con alguna experiencia anterior positiva, que permita prever que la decisión tendrá éxito, el Marcador Somático la promoverá.
El cuerpo entrega una señal frente a determinados estímulos que permite reducir nuestro campo de respuestas y hacer más eficientes nuestros procesos de toma de decisiones y razonamiento. 
Así es como si nuestro organismo nos hablara mediante determinados estados somáticos, asociados a estímulos específicos, a través de un aprendizaje conductista de aquellas respuestas (y su respectivo patrón fisiológico) más asociadas a resultados exitosos. Este proceso se daría en dos tiempos.
Asociamos estas respuestas con nuestras emociones primarias (miedo, rabia, alegría) para luego mediante el aprendizaje social, asociarse a emociones secundarias, lo que permite un rango más amplio de asociación que las que entregan las 6 emociones básicas. De esta forma conseguimos una variada gama de estados somáticos para la casi ilimitada posibilidad de estímulos con los que se puede enfrentar el organismo.
Es importante hacer hincapié en que eso no quiere decir que estemos tomando la decisión correcta. El marcador somático simplemente nos influencia de una forma consciente o inconsciente, haciéndonos elegir una opción y no otras, basándonos en una sensación y no en la lógica. El conocer este mecanismo nos puede ayudar a no dejarnos influenciar cuando no tenemos motivos reales

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.