miércoles, 27 de septiembre de 2017

IDENTIDAD CULTURAL; FLORENCIO MOLINA CAMPOS



Florencio Molina Campos les ponía fuerza y gracia a sus personajes, y su deseo era mantener la imagen y el conocimiento del gaucho o del paisano, como prefería llamarlo, y transmitirlo a sus contemporáneos y a las futuras generaciones. Sus dibujos estaban desprovistos de toda solemnidad académica para que tuvieran una fácil y rápida lectura.


Nacido el 21 de agosto de 1891 y bautizado en la hoy desaparecida iglesia de San Nicolás, Molina Campos estudió en importantes colegios de la ciudad. Las vacaciones escolares las pasaba en la estancia paterna, en los pagos del Tuyú. Disfrutaba mucho de estar entre la peonada. Contó que en una oportunidad, unas persistentes lluvias habían inundado el campo. "Ese invierno quedamos rodeados por las aguas. En esos días interminables, nuestras distracciones se limitaban a observar el diario trajinar de los peones. Solo muchos años después? me decidí a mostrar aquel mundo a los demás", relató.
Se dijo que en sus dibujos "coleccionaba gestos de los paisanos". El capataz de la estancia paterna era Tiléforo Areco (Teléforo), un personaje que después aparecerá en sus cuadros. Quiso ser escritor y comenzó con cuentos gauchescos, pero le ganaron los pinceles.



En agosto de 1926 expuso 61 trabajos -"Motivos Gauchos"-, caricaturas en el galpón central de la Exposición de la Sociedad Rural de Palermo. El público recibe con aceptación las obras, Será el comienzo de una serie de exposiciones en el país y Francia, Alemania y Estados Unidos. Molina Campos iba cosechando amigos, era una persona cordial, auténtica y amable. Su gran oportunidad surge cuando la pujante empresa Alpargatas decide confeccionar unos calendarios con sus dibujos y en marzo de 1930 firma el contrato para pintar doce obras por el valor de 6000 pesos. La primera etapa fue de 1931 a 1936. La aparición de los almanaques fue un éxito publicitario único e irrepetible en el país y en el mundo. Los estancieros los enmarcaban y los paisanos los pegaban en cartones. Fue una combinación perfecta entre la empresa y el artista, ambos se beneficiaron por su gran difusión. Hubo una interrelación entre el acierto del producto y las imágenes gauchescas.

 Se impuso la alpargata como calzado al ir dejándose la bota. La palabra pasa del árabe al-barga al español como calzado de cáñamo. En 1935 la firma recomendaba: "Este calendario es una obra de arte y por lo tanto será de aquí a algunos años de mucho valor, cuídelos, no doblando de ningún modo". Con esas imágenes se hicieron también naipes, postales, carteles, tarjetas de fin de año que llegaban a todas las clases sociales. Hubo una segunda etapa, entre 1940 y 1945. En esa oportunidad la empresa se aseguró la exclusividad en la Argentina y Uruguay. El artista no pudo hacer ningún dibujo sin una expresa autorización.
Ilustró libros, diseñó publicidad para varias marcas, en el país y en el exterior. En 1955 en el predio "Los Estribos" de la localidad de Moreno, junto a su esposa Elvira, abrió una escuela para los alumnos de la zona. Molina Campos falleció el 16 de noviembre de 1959.
En 1979 se inauguró su museo en Moreno que hoy permanece cerrado por falta de recursos. Es de esperar que las autoridades municipales puedan acercarse a colaborar. Ahí se encuentra la mayor parte de sus obras.
S. B.

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