viernes, 29 de septiembre de 2017

LA LEGISLATURA RECOMIENDA


CLUBES ARGENTINOS. DEBATES SOBRE UN MODELO". 



La pregunta que se hacen Rodrigo Daskal y Verónica Moreira, en Clubes Argentinos, sobre si nuestras queridas instituciones deportivas pueden convertirse en Sociedades Anónimas, abre el fuego una vez más de otra polémica que se volvió a instalar a partir del cambio de gobierno que se produjo en 2015 en nuestro país y que parecía, por lo momenos, adormecida de parte de los dirigentes que los conducen.

Al cabo, fue el actual Presidente de la Nación, Mauricio Macri quien, bajo su conducción durante años de Boca, quiso impulsar la llegada de las S.A. a los clubes de fútbol, en una intentona que nunca prosperó. Y como bien recuerdan los autores de libro, Macri también se convirtió en el primer Presidente argentino en llegar a la esfera política, a partir de su trabajo en un club de fútbol.
Es allí donde radica la idea de volver a poner en la palestra el tema de la adminstración de los clubes en manos de privados. Una decisión que contrasta con la escencia de cientos de entidades sin fines de lucro, pero que soportan, en muchos casos y desde años, penurias económicas y financieras. Hete aquí el argumento que esgrimen los impulsores del cambio.
Quienes alientan la idea de la llegada de capitales privados a estas entidades públicas, avanzan en la teoría de que, sin dudas, los clubes tendrán mejores administraciones. Pero los ejemplos que surgen no alcanzan para sostenerla. Al cabo, son varios los países que llevan adelante estos modelos (Italia, España, Inglaterra, Chile) y los resultados son más negativos que positivos. Y eso sin detener la mirada en nuestra idiosincrasia, que entiende que el fútbol puede solventar las pérdidas ocasionadas por una cancha de bochas o un equipo de voley femenino, pero que tanta contención les genera a los socios.

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