miércoles, 26 de abril de 2017

CONSTITUCIÓN PARA NIÑOS


Los otros deberes: el libro de la Constitución nacional para chicos
Un equipo interdisciplinario de la UNCuyo de Mendoza adaptó los contenidos de la ley fundamental para lectores de 8 a 12 años
La apuesta es a la niñez, para lograr un cambio de raíz, en un país que lo pide a gritos. Esto es: volver a empezar, desde la base, haciendo foco no sólo en los derechos que tienen los ciudadanos argentinos, sino también en los deberes. Por eso, con una idea que fue macerando durante diez años, la mendocina Gabriela Fernández, licenciada en Ciencias Políticas y Administración Pública de la Universidad Nacional de Cuyo (UNCuyo), junto con un equipo multidisciplinario (constitucionalistas, historiadores, psicólogos y docentes), puso manos a la obra y sorprendió con la presentación de una Constitución nacional adaptada para chicos de 8 a 12 años, de 144 páginas a color, con ilustraciones.
Gabriela Fernández, la autora del proyecto.
También tengo derecho a conocer mis deberes. Participo como ciudadano tiene prólogo de la reconocida ex ministra de la Suprema Corte de Mendoza Aída Kemelmajer de Carlucci. "Las obras que motorizan a la niñez y a la adolescencia a conocer sus derechos y luchar por ellos son prácticamente inexistentes. Este trabajo viene a llenar este vacío, con creatividad e inteligencia", expresó Kemelmajer de Carlucci, Premio Konex de Brillante 2016, que hizo un análisis de algunos artículos explicados para los más pequeños.
La autora asegura que con la publicación logró cumplir un sueño, pero tiene una meta más ambiciosa: que todos los chicos del país puedan estudiar con su obra. El valor comercial del libro es de $ 300 y lo editó la editorial de textos jurídicos Rubinzal Culzoni. "Se nos habían cerrado muchas puertas, incluso las del Ministerio de Educación de la Nación, porque no apoyaban iniciativas privadas. Pero no desistimos y logramos hacer nuestro aporte, porque es necesario tener una participación activa para cambiar la realidad de miles de familias vulnerables", indicó Fernández, quien realizó un posgrado en derecho constitucional y trabaja desde hace 16 años en la Fundación Pueblo Nuevo, donde coordina programas de niñez contra la violencia social.
Para poder atrapar a los chicos en la lectura se pensó en un recurso pedagógico donde el personaje central es una maestra que realiza todo el recorrido de la Ley Fundamental con ejemplos sencillos, lejos de tecnicismos jurídicos.
Con el aporte y el análisis de una voz experta
Autora del prólogo, Aída Kemelmajer de Carlucci repara en la adaptación de algunos artículos


Durante la presentación de También tengo derecho a conocer mis deberes, la flamante Constitución nacional para chicos, la reconocida jurista Aída Kemelmajer de Carlucci, coautora del nuevo Código Civil, repasó algunos de los artículos de la Carta Magna, según se presentan en esta adaptación:
Sobre el art. 2 (El Gobierno federal sostiene el culto católico, apostólico romano) dice este libro muy sintética y correctamente: "El gobierno le da a la Iglesia Católica una ayuda para que pueda llevar adelante parte de sus actividades". El niño puede saber, entonces, que no significa que la Iglesia Católica es la religión del Estado; el gobierno la ayuda económicamente para que pueda realizar actividades, no para imponer las leyes civiles. Vivimos en un país en el que hay libertad de practicar la religión que cada uno elige (art. 14), pero la ley civil no debe imponer los dogmas de ninguna religión.
El art. 42, sobre derechos del consumidor, está ilustrado con un dibujo para chicos y adolescentes: "Mi celular no funciona bien", dice uno; la otra ratifica: "El mío tampoco"; la maestra indica: "Si lo desean, pueden hacer sus reclamos al Servicio al Consumidor".
El comentario al artículo 36 en texto incorporado por la reforma constitucional de 1994 contiene frases lamentablemente aplicables en 2017: "También perjudican nuestra vida en democracia las personas que se quedan con dinero del Estado. Eso se llama enriquecimiento ilícito".
Al comentar el artículo 41, que establece el derecho a un ambiente sano, dice el libro: "El gobierno nacional y los gobiernos provinciales ordenan a través de leyes cómo debemos cuidar el medio ambiente". O sea, el cuidado del ambiente nos atañe a todos.

P. M.

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