viernes, 9 de diciembre de 2016
ACEITE DE CANNABIS
Hace días se discute si es conveniente aprobar el uso de aceite de cannabis para el tratamiento de diversas enfermedades y estudiar sus virtudes terapéuticas. A primera vista parece una novedad, pero estamos retomando una historia milenaria: de acuerdo con hallazgos arqueológicos, nuestra relación con esta planta existe probablemente desde hace 10.000 años; es decir, más o menos desde el descubrimiento de la agricultura.
En Plantas de los dioses. Orígenes del uso de los alucinógenos (Fondo de cultura Económica, 1993), Richard Evans Schultes, ex director del Museo Botánico de Harvard, y Albert Hoffman, descubridor del LSD y director de los laboratorios de investigación de Sandoz, el cáñamo o marihuana es uno de nuestros cultivos más antiguos. Se encontraron restos de sus fibras en sitios de China y Turquestán, cuna de la civilización asiática, que datan de 4000 años y 3000 años antes de Cristo.
En lo que hace a su uso medicinal, los primeros indicios corresponden al emperador y herbario chino Shen Nung, que hace 5000 años la recomendaba para "el paludismo, el beri-beri, la constipación, los dolores reumáticos, la distracción continua y los padecimientos femeninos".
Pero, según los investigadores, fue en la antigua India donde encontró un uso exhaustivo en la medicina popular. Se creía que agilizaba la mente, prolongaba la vida, mejoraba el juicio, bajaba la fiebre, inducía el sueño y curaba la disentería. Es más, un texto sánscrito atribuido a Sushruta argumentaba que podía curar la lepra; otro, del 1600 d.C., la describe como antiflemático y digestivo, y la prescribe para estimular el apetito, mejorar la digestión, afinar la voz, controlar la caspa, aliviar dolores de cabeza, manías, insomnio, enfermedades venéreas, tos ferina, dolores de oído y tuberculosis.
El historiador Richard Davenport-Hines consigna en La búsqueda del olvido. Historia global de las drogas, 1500-2000 (Fondo de Cultura Económica, 2001) que un informe del siglo XIX la consideraba "una de las drogas más importantes de la materia médica en la India". Su uso estaba tan extendido y suscitaba opiniones tan encontradas que, en 1893, el gobierno nombró una comisión para investigar su consumo. Las pruebas presentadas "constituyeron un mosaico impresionante de opiniones expertas y prejuicios de aficionados". La "comisión de Young", como se la llamó por el nombre de su presidente, William Mackworth Young, informó que había percibido una ignorancia general acerca de sus efectos: "A menudo, las afirmaciones que se habían hecho se fundaban en pruebas mínimas o poco confiables", dijo.
Aunque hoy se producen muchos medicamentos por síntesis química, gran parte de nuestra farmacopea se origina en la naturaleza. Sólo por nombrar algunas drogas de uso frecuente, la morfina se obtiene del fruto inmaduro de la adormidera; la penicilina, que inauguró la era de los antibióticos, del hongo Penicillium notatum, y el ácido acetilsalicílico, principio activo de la aspirina, de la corteza del sauce. En 1994, se aprobó en los Estados Unidos un anticancerígeno cuyo principio activo, el paclitaxel, se extrae del árbol Taxus brevifolia.
El tema se reavivó en 2016 cuando uno de los Nobel fue para la farmacóloga Youyou Tu, de la Academia China de Medicina Tradicional, que lo obtuvo por su descubrimiento de la artemisinina, extraída de la hierba Artemisia annua y útil contra la malaria. En total, el Cannabis contiene 460 compuestos conocidos, pero sólo un alucinógeno activo: el tetrahidrocannabinol (THC). Con la ilegalización, se interrumpieron las investigaciones controladas sobre sus efectos benéficos. Para Davenport-Hines, "las políticas prohibitivas convirtieron medicamentos legales, aunque peligrosos, en el mercado negro más lucrativo y mejor organizado del mundo". Y agrega que, a veces, las leyes son una mina de oro para los gángsters...
N. B.
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