Se lo reconoce por sus aportes a la investigación del cáncer y la inmunología
Ser elegido miembro de la Academia de Ciencias de los Estados Unidos (NAS, por sus siglas en inglés) es considerado uno de los más altos honores a los que puede aspirar un científico. Después de una rigurosa selección y por elección unánime,ese privilegio se le otorga a Gabriel Rabinovich, uno de los nombres más destacados de la ciencia local y cuyo recorrido desafía los estereotipos.
"Estoy muy emocionado -confiesa-. Toda esta semana estuve pensando sobre mis comienzos, en Córdoba. Lo difícil que fue durante mucho tiempo dedicarme a la investigación, ya que no pude irme al exterior a hacer un doctorado o un posdoctorado. Recordé a toda la gente que me ayudó. Mis maestros: Carlos Landa y Clelia Riera. Mis colegas, Leonardo Fainboim, que me recibió cuando llegué a la Facultad de Medicina, y a Eduardo Charreau, que nos dio la posibilidad de venirnos al Instituto de Biología y Medicina Experimental (Ibyme) con todo mi equipo. No lo considero un reconocimiento personal, sino un premio colectivo, porque es un reconocimiento a los trabajos que hicimos entre todos. A la Facultad de Ciencias Químicas de Córdoba, donde hice mi doctorado, a la UBA, donde soy docente, a mi grupo, al Conicet y al Ministerio de Ciencia."
El reglamento de la NAS subraya que sus miembros son elegidos en reconocimiento a logros continuados en investigación original. A los 48 años, Rabinovich es uno de los más jóvenes que se incorporan como asociados extranjeros.
Protagonizó a lo largo de 20 años destacados aportes a la investigación del cáncer y la inmunología. Investigador del Conicet, identificó y caracterizó una proteína, la galectina, que cumple un rol clave en el desarrollo de los tumores y en la regulación del sistema inmune. Descubrió una virtual "piedra Rosetta" que explica mecanismos de escape tumoral, pero también modula la respuesta inmunológica y puede ser útil en el tratamiento de las patologías autoinmunes. Sus últimos trabajos permitieron develar por qué ciertos tumores son refractarios a las actuales terapias antioncológicas y proponer un tratamiento que ya despertó el interés de importantes compañías farmacéuticas.
Su trabajo arrojó nueve patentes, de las que tres ya fueron otorgadas y se encuentran en proceso de licenciamiento. Es miembro del comité editorial de 13 revistas científicas y profesor visitante de las universidades de Harvard, de Maryland y de París. Recibió la beca Guggenheim, los premios Houssay y Bunge y Born a investigadores jóvenes y en 2014, el Bunge y Born al investigador consagrado en medicina experimental. También fue reconocido con el premio de la Fundación Mizutani (en Japón), el de la Academia Mundial de las Ciencias (TWAS) y el Konex de Platino, entre otros.
"Me pone muy contento que viajaron tres de los investigadores de mi equipo, Jorge Ferioli y su esposa, que tanto apoyaron nuestros proyectos durante todos estos años, y Arturo Prins, de la Fundación Sales -cuenta-. También vinieron Jorge Aguado, en representación del Ministerio de Ciencia, Alberto Kornblihtt, uno de mis nominadores y muchos amigos o becarios que están en este país. Esto es mucho más importante que el premio: la cantidad enorme de personas de las que pude estar cerca tanto científica como humanamente. Quiero que esto no quede en algo que sólo me genere beneficios a mí, que sea algo más que laureles. Espero poder ayudar a que nuestra ciencia crezca."
Rabinovich es el séptimo miembro extranjero asociado de la Argentina que integra la NAS. Los otros son: el bioquímico del Instituto Leloir, Armando Parodi; Francisco de la Cruz, del Centro Atómico Bariloche; Alberto Frasch, biólogo de la Universidad de San Martín; la ecóloga Sandra Díaz, de la Universidad Nacional de Córdoba; el geólogo Víctor Ramos, de la UBA, y el biólogo molecular Alberto Kornblihtt.
N. B.
Rabinovich es el séptimo miembro extranjero asociado de la Argentina que integra la NAS. Los otros son: el bioquímico del Instituto Leloir, Armando Parodi; Francisco de la Cruz, del Centro Atómico Bariloche; Alberto Frasch, biólogo de la Universidad de San Martín; la ecóloga Sandra Díaz, de la Universidad Nacional de Córdoba; el geólogo Víctor Ramos, de la UBA, y el biólogo molecular Alberto Kornblihtt.
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