"Éste es un muy buen momento para fotografiar", dice Guillermo Kuitca. Y contiene la respiración al observar cómo los montajistas arman una monumental instalación de Adriana Varejão. "Esta obra vale mucho dinero", murmura mientras un grupo de hombres, parados sobre andamios, toma un enorme bloque para encastrarlo sobre otro, y formar así una pared de más de cinco metros de alto. Tras unos segundos que parecen eternos, la pieza encaja en su lugar. El artista aplaude y suelta un profundo suspiro de alivio.
La situación refleja el peso de la responsabilidad asumida por Kuitca. La obra de Varejão, ubicada en el podio del mercado brasileño, se cuenta entre las más de 500 de 23 artistas que conforman la ambiciosa muestra Les Visitants, que abrirá este viernes al público en el Centro Cultural Kirchner. Es la continuación de Les Habitants, exposición pensada por este gran referente del arte argentino para celebrar, en 2014, los 30 años de la Fundación Cartier para el arte contemporáneo.
"Les Visitants es una palabra inventada, un eco de Les Habitants. Porque «vistante» en francés se dice visiteur", aclara Kuitca. E insiste en que su aporte al proyecto, el más importante presentado en Buenos Aires desde su muestra en el Malba en 2003, es "una mirada" inspirada en "ecos" entre las obras y en su propia intuición. "No me considero curador. Esta muestra no parte de una investigación: es básicamente una visión, otra forma de creación. No diría que es una obra mía ni que hago un collagecon las de los demás, pero tampoco puedo decir que es tan distinto a cuando hago mi trabajo", señala Kuitca mientras se detiene en algunos de los puntos de su "recorrido deseado".
Avance de la muestra Les Visitants
Pese a que no está dispuesto a señalar obras "imperdibles", sí sugiere un camino posible para evitar que la gente se pierda en el laberíntico espacio del CCK. La visita guiada que ofrece en exclusiva comienza en el sexto piso y continúa en el interior de la Gran Lámpara, por donde subimos al séptimo piso. Allí encontramos la instalación David's Living Room Revisited, del propio Kuitca, ya exhibida en París. Y desde allí ingresamos en las salas restantes. "Primero es periferia-centro, y después centro-periferia. Lo planteo como un dominó o una cadena: veo a un artista como una ficha que de un lado coincide con algo y del otro no".
Resultado de una alianza entre la Fundación Cartier y el Sistema Federal de Medios y Contenidos Públicos de la Argentina, Les Visitants incluye obras de muchos artistas que jamás expusieron en el país.
Variaciones sobre el retrato
Pese a que no está dispuesto a señalar obras "imperdibles", sí sugiere un camino posible para evitar que la gente se pierda en el laberíntico espacio del CCK. La visita guiada que ofrece en exclusiva comienza en el sexto piso y continúa en el interior de la Gran Lámpara, por donde subimos al séptimo piso. Allí encontramos la instalación David's Living Room Revisited, del propio Kuitca, ya exhibida en París. Y desde allí ingresamos en las salas restantes. "Primero es periferia-centro, y después centro-periferia. Lo planteo como un dominó o una cadena: veo a un artista como una ficha que de un lado coincide con algo y del otro no".
Resultado de una alianza entre la Fundación Cartier y el Sistema Federal de Medios y Contenidos Públicos de la Argentina, Les Visitants incluye obras de muchos artistas que jamás expusieron en el país.
Variaciones sobre el retrato
Agnès Varda, Seydou Keïta, Juerguen Teller
"El recorrido se inicia con tres accesos muy diversos al género tradicional del retrato. La instalación de Varda se llama Las viudas de Noirmoutier (2004-2005). Incluye catorce monitores y otras tantas sillas, desde las cuales pueden escucharse testimonios de mujeres llenos de vitalidad y de humor. Son viudas de una isla a la que ella solía ir con su marido, Jacques Demy, y cuentan cómo se sienten desde que no están sus maridos. Las dos salas siguientes son muy contrapuestas: me interesa mucho ese juego entre la dama reposando de Keïta, una especie de Venus con sus ropas y sus géneros tradicionales, y el retrato que hizo Teller de Kate Moss, también en una actitud de reposo, pero en una situación y en un tipo de fotografía completamente distinta".
Objetos de deseo
Alair Gomes, Nobusyoshi Araki
"Gomes vivió en Río y fotografiaba en Ipanema sus objetos de deseo. En la sala contigua, las fotografías de Araki también tienen que ver con el erotismo, el amor, la sexualidad y la cotidianidad. Las imágenes de Diario Íntimo (1994) van de un tren a una modelo posando en una posición bastante perturbadora. Del mismo artista se exhibe Diario no Diario (2014-2017). Probablemente sea la obra más reciente de toda la muestra, que incluye mucha fotografía y una presencia muy fuerte de artistas japoneses porque mi selección se basa en otra selección, que es la Colección Cartier. Eso es un condicionante, y al mismo tiempo una garantía".
"El recorrido se inicia con tres accesos muy diversos al género tradicional del retrato. La instalación de Varda se llama Las viudas de Noirmoutier (2004-2005). Incluye catorce monitores y otras tantas sillas, desde las cuales pueden escucharse testimonios de mujeres llenos de vitalidad y de humor. Son viudas de una isla a la que ella solía ir con su marido, Jacques Demy, y cuentan cómo se sienten desde que no están sus maridos. Las dos salas siguientes son muy contrapuestas: me interesa mucho ese juego entre la dama reposando de Keïta, una especie de Venus con sus ropas y sus géneros tradicionales, y el retrato que hizo Teller de Kate Moss, también en una actitud de reposo, pero en una situación y en un tipo de fotografía completamente distinta".
Objetos de deseo
Alair Gomes, Nobusyoshi Araki
"Gomes vivió en Río y fotografiaba en Ipanema sus objetos de deseo. En la sala contigua, las fotografías de Araki también tienen que ver con el erotismo, el amor, la sexualidad y la cotidianidad. Las imágenes de Diario Íntimo (1994) van de un tren a una modelo posando en una posición bastante perturbadora. Del mismo artista se exhibe Diario no Diario (2014-2017). Probablemente sea la obra más reciente de toda la muestra, que incluye mucha fotografía y una presencia muy fuerte de artistas japoneses porque mi selección se basa en otra selección, que es la Colección Cartier. Eso es un condicionante, y al mismo tiempo una garantía".
Combustión en blanco y negro
Artavazd Pelechian, Hiroshi Sugimoto, Francesca Woodman
"En el piso de abajo de la Gran Lámpara se exhiben los monolitos con formas matemáticas de Sugimoto, piezas atesorables de Woodman, una artista de culto que se suicidó muy joven, y la película de Pelechian Les Habitants (1970), que inspiró el título de la muestra de 2014. Pelechian, un artista nacido en Armenia que vive en Moscú, hizo esa película en 16 mm, en una calidad muy precaria, y quise mostrarla con una tecnología muy contemporánea. Muestra estampidas, huidas del mundo animal. Hay un cierto salvajismo en esa obra y en la de Woodman, donde hay figuras que están desapareciendo o desvaneciéndose. Lo de Sugimoto es algo fuera del tiempo: son formas matemáticas. Entre todas hay un juego con los grises y el blanco y negro. No sé si hay un sentido conceptual; necesito ver estas tres obras juntas porque se potencian, entran en una especie de combustión".
Juego de ecos
Patti Smith, Guillermo Kuitca
"Lo primero que se ve al entrar en el piso superior de la Gran Lámpara es una serie de Polaroids de Patti, que además de ser un ícono musical y una escritora asombrosa, es una excelente fotógrafa. Las fotografías de París, Etc. (2008) estaban presentadas en dos paneles y le propuse independizarlas. Éste es otro de los juegos con los espacios que me gusta hacer: la obra más chica se exhibe en el espacio más grande. No lo hice pensando en mi obra, donde el juego de escalas está muy presente, pero me doy cuenta de que a veces el ojo vuelve a lugares que reconoce como familiares. En el centro de la sala está David's Living Room Revisited, la instalación que hice en 2014 en la Fundación Cartier. Esta versión es muy parecida, con el agregado de que se puede recorrer por afuera. Está inspirada en otra instalación similar que David Lynch hizo en 2007, una construcción 3D de un pequeño dibujo suyo que está incluido en la obra. Le agregué un audio de Patti, que narra una historia escrita por David, y David sumó otra pintura suya".
En el camino
William Eggleston, J. D. 'Okhai Ojeikere
"Eggleston es una de las glorias de la fotografía. Para exhibir estas imágenes de los desiertos de California, Arizona y Utah diseñé unos pasajes, como si fueran caminos o rutas. Frente a la serie de Kyoto hice una intervención muy directa: tomé cada obra y ubiqué enfrente pequeños dibujos míos. De nuevo, el eco: cada obra suya está reflejada en mi obra. En la sala de al lado están las fotografías de Ojeikere, un artista que trabajó en Nigeria. Era reportero, y se dio cuenta de que en los tocados y los peinados de estas mujeres había casi una expresión escultórica, además de cultural. Hizo un registro muy grande, una de las obras por las cuales es más conocido, que se llama Hairstyles (1968-1985). Algunos son peinados rituales, otros son domésticos; unos tienen que ver con mensajes específicos, por ejemplo si las mujeres son solteras o casadas, y otros con la belleza de las formas".
El lado oscuro del amor
Artavazd Pelechian, Hiroshi Sugimoto, Francesca Woodman
"En el piso de abajo de la Gran Lámpara se exhiben los monolitos con formas matemáticas de Sugimoto, piezas atesorables de Woodman, una artista de culto que se suicidó muy joven, y la película de Pelechian Les Habitants (1970), que inspiró el título de la muestra de 2014. Pelechian, un artista nacido en Armenia que vive en Moscú, hizo esa película en 16 mm, en una calidad muy precaria, y quise mostrarla con una tecnología muy contemporánea. Muestra estampidas, huidas del mundo animal. Hay un cierto salvajismo en esa obra y en la de Woodman, donde hay figuras que están desapareciendo o desvaneciéndose. Lo de Sugimoto es algo fuera del tiempo: son formas matemáticas. Entre todas hay un juego con los grises y el blanco y negro. No sé si hay un sentido conceptual; necesito ver estas tres obras juntas porque se potencian, entran en una especie de combustión".
Juego de ecos
Patti Smith, Guillermo Kuitca
"Lo primero que se ve al entrar en el piso superior de la Gran Lámpara es una serie de Polaroids de Patti, que además de ser un ícono musical y una escritora asombrosa, es una excelente fotógrafa. Las fotografías de París, Etc. (2008) estaban presentadas en dos paneles y le propuse independizarlas. Éste es otro de los juegos con los espacios que me gusta hacer: la obra más chica se exhibe en el espacio más grande. No lo hice pensando en mi obra, donde el juego de escalas está muy presente, pero me doy cuenta de que a veces el ojo vuelve a lugares que reconoce como familiares. En el centro de la sala está David's Living Room Revisited, la instalación que hice en 2014 en la Fundación Cartier. Esta versión es muy parecida, con el agregado de que se puede recorrer por afuera. Está inspirada en otra instalación similar que David Lynch hizo en 2007, una construcción 3D de un pequeño dibujo suyo que está incluido en la obra. Le agregué un audio de Patti, que narra una historia escrita por David, y David sumó otra pintura suya".
En el camino
William Eggleston, J. D. 'Okhai Ojeikere
"Eggleston es una de las glorias de la fotografía. Para exhibir estas imágenes de los desiertos de California, Arizona y Utah diseñé unos pasajes, como si fueran caminos o rutas. Frente a la serie de Kyoto hice una intervención muy directa: tomé cada obra y ubiqué enfrente pequeños dibujos míos. De nuevo, el eco: cada obra suya está reflejada en mi obra. En la sala de al lado están las fotografías de Ojeikere, un artista que trabajó en Nigeria. Era reportero, y se dio cuenta de que en los tocados y los peinados de estas mujeres había casi una expresión escultórica, además de cultural. Hizo un registro muy grande, una de las obras por las cuales es más conocido, que se llama Hairstyles (1968-1985). Algunos son peinados rituales, otros son domésticos; unos tienen que ver con mensajes específicos, por ejemplo si las mujeres son solteras o casadas, y otros con la belleza de las formas".
El lado oscuro del amor
David Lynch, Adriana Varejão, Nan Goldin
"Hay una sala con obras de David Lynch que nunca se mostraron. Es una serie de desnudos que no tenía un display de exhibición; yo seleccioné 51 fotografías y las presento como una mesa de edición. Hay un juego de luces, superficies, gestos, momentos que parecen tomados de Blue Velvet. En otra sala hay más de 250 dibujos suyos realizados sobre papeles, post-it, cajas de fósforos... Se exhiben junto a Linda da Lapa, la obra más monumental de Varejão. Es una instalación inspirada en las ruinas de un hotel alojamiento en Río de Janeiro, cuyo derrumbe provocó la muerte de una pareja que tenía un romance secreto. Ambas obras conviven muy bien porque hay elementos gráficos en la obra de Adriana que también están presentes en la obra de David: la precisión, la ornamentación, el barroquismo, el exceso. En una sala independiente, separada por una cortina, se proyecta La balada de la dependencia sexual, de Nan Goldin. Es, probablemente, su obra más importante. Un enorme friso de personajes, amigos y ella misma en los años 80, en la peor época de la crisis del sida. Se ven situaciones de sexo, drogas, maltrato y amor, un elemento central en su trabajo"
C. CH.
"Hay una sala con obras de David Lynch que nunca se mostraron. Es una serie de desnudos que no tenía un display de exhibición; yo seleccioné 51 fotografías y las presento como una mesa de edición. Hay un juego de luces, superficies, gestos, momentos que parecen tomados de Blue Velvet. En otra sala hay más de 250 dibujos suyos realizados sobre papeles, post-it, cajas de fósforos... Se exhiben junto a Linda da Lapa, la obra más monumental de Varejão. Es una instalación inspirada en las ruinas de un hotel alojamiento en Río de Janeiro, cuyo derrumbe provocó la muerte de una pareja que tenía un romance secreto. Ambas obras conviven muy bien porque hay elementos gráficos en la obra de Adriana que también están presentes en la obra de David: la precisión, la ornamentación, el barroquismo, el exceso. En una sala independiente, separada por una cortina, se proyecta La balada de la dependencia sexual, de Nan Goldin. Es, probablemente, su obra más importante. Un enorme friso de personajes, amigos y ella misma en los años 80, en la peor época de la crisis del sida. Se ven situaciones de sexo, drogas, maltrato y amor, un elemento central en su trabajo"
C. CH.
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