Conviene empezar por la pregunta central de este libro: ¿cuál es el umbral de tolerancia de una sociedad ante las desigualdades? O reformularla frente al espejo: ¿qué padecimientos sociales nos parecen aceptables y cuáles no? Alrededor de esas cuestiones inquietantes y actuales gira Las fronteras de lo humano, una etnografía en el sentido más antropológico de la palabra, cuya narrativa acompaña con eficacia y sensibilidad al lector en un viaje que en no pocas ocasiones resulta incómodo. Por revelador.
El libro se dedica a analizar el ambientalismo contemporáneo en dos escenarios contrastantes: por un lado, los habitantes de las villas ribereñas de la cuenca Matanza-Riachuelo, forzados a "relocalizarse" para evitar los efectos de la contaminación; por el otro, los proteccionistas movilizados en defensa de los caballos y contra los carreros (¿movimientos proequinos o antipobres?, se pregunta la autora). A la vera del Riachuelo, en reuniones de vecinos relocalizados, en las movilizaciones contra el maltrato animal, en los blogs de los defensores de los caballos algo se repite: la portación de derechos se reconoce a algunos seres -humanos y no humanos- pero no a otros, y siempre la división se da en un mismo sentido. Como dice Carman, "la dignidad no se concede a priori a los sectores populares más vulnerables, que deben dar muestras cabales de su estatura moral".
La vía de exploración del problema es, como se dijo, la etnografía, que ha ganado popularidad en las ciencias sociales, a tal punto que casi cualquier observación participante se rotula así. Para la antropología, sin embargo, la etnografía no es una mera técnica de recolección de datos, sino una forma de construir conocimiento y una ética sobre la propia ciencia, prescripciones que Carman sigue al pie de la letra. Para empezar, en el libro hay una narración que lleva al lector por distintos escenarios y le hace conocer personajes pero, sobre todo, hace lugar a la propia autora. Como lectores la observamos mientras ella recorre esos lugares y la acompañamos en sus inquietudes y sus incomodidades. "¿Serán mejores sus vidas cuando este libro salga de la imprenta?", se pregunta. La respuesta queda flotando en el aire y revela, aun así, la necesidad de un retrato que muestra a vecinos conscientes de que su capacidad de movilización y escenificación de su padecimiento mejora sus posibilidades de que el Estado los escuche. Y a quienes, en otros barrios, consideran las vidas de algunos animales más valiosas que las de algunos seres humanos.
Carman, que es investigadora del Conicet y desde hace varios años trabaja sobre ciudad, naturaleza y medio ambiente, es autora de las novelas Los elegidos y Pájaro de hueso, y del poemario Ganar el cielo.
En la pequeña escala que Carman recorre se dibuja un clima de época. Por ejemplo, en el énfasis puesto en la dimensión moral de las políticas públicas. Cuando describe los procesos de traducción del sufrimiento al lenguaje judicial que encaran las víctimas, cuando subraya cómo para muchos funcionarios los pobres necesitan "menos que uno" o "pueden esperar", cuando señala cómo las disposiciones legales progresistas no se materializan en una trama estable de derechos, la autora no sólo está hablando de ineficiencia o desidia.
Y es en ese lugar -donde el equilibrio y el respeto por todas las voces no elimina el señalamiento de actitudes y políticas expulsivas y hasta indignas- donde la antropología vuelve a posicionarse como una puerta de entrada privilegiada para entender nuestra época. En tiempos de "microéticas individuales", no parece haber muchos ejercicios más útiles que la práctica etnográfica de ponerse en el lugar del otro. Carman escribe: "Ojalá este libro pueda servir como un cuerpo de escritura para que el dolor del otro se exprese en él". No parece un objetivo menor para ninguna ciencia social.
LAS FRONTERAS DE LO HUMANO
Por María Carman
Siglo XXI. 286 págs., $ 310
"Escribas lo que escribas -le advierte su amigo David Trueba a Javier Cercas, cuando éste le habla sobre la historia que se convertirá en El monarca de las sombras-, unos te acusarán de idealizar a los republicanos por no denunciar sus crímenes, y otros te acusarán de revisionista o de maquillar el franquismo por presentar a los franquistas como personas normales y corrientes y no como monstruos."
Esa historia, que Cercas ha rehuido durante mucho tiempo, es la de su tío abuelo materno Manuel Mena, que murió a los diecinueve años en la batalla del Ebro, en 1938, hacia el final de la guerra civil, y se convirtió en el héroe oficial de su familia. Se había alistado en la 3ª Bandera de Falange de Cáceres en 1936 y había alcanzado el grado de alférez provisional. Contar su historia -dice el autor de Soldados de Salamina- equivalía a hacerse cargo del pasado franquista de toda su familia, "que era el pasado que más me abochornaba".
A pesar de la vergüenza que siente, la curiosidad por saber por qué ese muchacho se marchó a la guerra tan joven, por qué luchó con Franco, qué hizo en el frente y cómo murió, lo impulsan a realizar una paciente investigación.
De esta búsqueda de información, iniciada en 2012, no deben esperarse grandes descubrimientos. Son más importantes las reflexiones que se van desarrollando a su paso y la manera en que se exponen. La estructura del libro, organizada con dinamismo, permite un tránsito fluido entre los distintos elementos que lo componen. Cada tanto, casi como un juego privado, surge un conflicto entre el novelista y su deseo de imaginar, y el periodista y su compromiso de contar sólo los hechos comprobados.
Entre los lugares que visita Cercas figura Ibahernando, su pueblo natal. De esta localidad (situada en la actual provincia de Cáceres, Comunidad Autónoma de Extremadura) emigró, a los cuatro años, junto con sus padres. Allí nació y creció Manuel Mena.
Hay varias páginas dedicadas a analizar el contexto político correspondiente a la II República, cómo se vivieron aquellos años en Ibahernando y el papel desempeñado por su abuelo paterno durante la guerra.
En ese pueblo se desarrolla la entrevista a Antonio Ruiz Barrado (apodado "El Pelaor" por su oficio de esquilador), alguien que podría aportar datos sobre la infancia y adolescencia de Mena. El Pelaor, cuyo padre fue asesinado por los franquistas, dice poco y nada sobre Mena, pero afirma: "Entonces se mataba por cualquier cosa [.]. Así fue la guerra. La gente dice ahora que era la política, pero no era la política. No sólo".
En Ibahernando Cercas habla con su primo Alejandro y un amigo suyo llamado Manolo Amarilla, un viejo militante socialista que todavía vive en el pueblo y conserva en su casa algunos recuerdos de Mena.
El testimonio de otro pariente, un tío, recogido en las afueras de la ciudad de Cáceres, le permite afianzar su conjetura de que Manuel se equivocó de bando y de que aquel joven no sólo había conocido "la noble, bella y antigua ficción de la guerra" pintada por Velázquez en La rendición de Breda, "sino también la moderna y espeluznante realidad" que Goya mostró en los grabados de Los desastres de la guerra.
Para ejemplificar esta última idea ofrece una detallada crónica de la batalla del Ebro: ciento quince días con sus noches en los que doscientos cincuenta mil hombres lucharon sin cuartel, hubo ciento diez mil bajas y veinticinco mil muertos.
Las indagaciones llevan al autor a Bot, un pueblo catalán adonde trasladaron a Mena, malherido, y logra ubicar la habitación de la casa en la que murió. Sin embargo, se queda con la frustrante impresión de que lo que ha averiguado acerca de Manuel es "infinitamente menos" que lo que ignora sobre él.
El título de la obra alude al episodio de la Odisea en que Ulises se encuentra con Aquiles en el Hades y éste le confiesa que preferiría ser el más humilde de los siervos a reinar sobre todos los muertos. En cierto sentido, el libro de Cercas representa su propia odisea interior, un descenso a los infiernos de sus recelos y temores más profundos para exorcizar el fantasma de su tío abuelo; un viaje al final del cual podrá reconciliarse con el pasado ideológico de su familia.
EL MONARCA DE LAS SOMBRAS
Por Javier Cercas
Random House, 281 páginas, $ 259
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.