El hilo rojo del destino: ¡La leyenda japonesa que todos deben conocer!
Una antigua leyenda oriental, la “leyenda del hilo rojo”, nos cuenta desde tiempos ancestrales, la más sublime interpretación del sentimiento de pertenencia de dos personas que están destinadas a compartir la vida para siempre. Es una leyenda que se reconoce con distintas formas tanto en la mitología japonesa como en la china. Para la cultura de occidente se trata del equivalente a lo que conocemos bajo el concepto de almas gemelas. No importa lo lejos que se encuentren, si son el uno para el otro, sus vidas tendrán que cruzarse alguna vez. Y tú, ¿ya encontraste la otra punta de tu hilo rojo?
Cuenta la leyenda que los dioses se tomaban la tarea de atar un hilo rojo uniendo a dos personas, en el dedo meñique según los japoneses, y en el tobillo según los chinos. Así, en algún momento de sus vidas estas personas se conocerían y quedarían unidas para siempre, sin precisar para ellas la circunstancia que las encontrara en esos momentos a ciencia cierta, lo que sí quedaba claro para ellas era que se mirarían a los ojos alguna vez y para no separarse nunca más.
Bajo tales premisas, no existen las distancias para dos personas que se amarán por siempre. No importa en que lugar del mundo se encuentren, ni la ciudad, ni el sitio más recóndito que sea, la unión que simbólicamente el hilo rojo implica es más fuerte que cualquier distancia. Aunque físicamente no se toquen, ni puedan mirarse frente a frente durante muchos años de su vida, el hilo rojo ya los mantiene unidos para siempre.
Nadie, ni los dioses que marcaron ese destino, saben con exactitud el momento en el cual han de unirse las puntas del mismo hilo que será capaz de tensarse y prolongarse infinitamente hasta finalmente encontrarse. Es probable que la vida se empeñe en separarlos, pero llegará un momento en la vida en que serán uno solo. Cuando te encuentras a la persona que tiene la punta del mismo hilo que tú tienes, solo con mirarse a los ojos sentirán como si se hubiesen conocido de toda la vida, se verán reflejados en los ojos de cada uno, el corazón comenzará a acelerarse inexplicablemente y allí tomarán conciencia del sentimiento de pertenencia que los une.
Reza la leyenda que no importa la circunstancia de la vida en la que te encuentres en ese momento, ni lo que esté ocurriendo con tu vida, pues las cosas sucederán en el momento propicio para ello, cuando el destino decida que así sea. El efecto de la química que habrá entre ustedes será tal y tan intenso como nunca antes te ha sucedido y lo único que ambos querrán será permanecer unidos, aunque el mundo se derrumbe a su alrededor.
Será esa persona la que desee acompañarte en todas tus aventuras y será con quien desees compartir y construir el mañana, los mismos objetivos, sueños y proyectos en común. Se sentirán capaces de pensar en su futuro juntos mirando ambos en la misma dirección.
Si por algún motivo, cualquiera que sea, estas dos personas conectadas, puedan llegar a separarse, el destino se encargará de mover las piezas del tablero exactamente en la forma correcta para que ambas vuelvan a estar juntas aún con sus semejanzas y diferencias, el sentimiento de pertenencia es tan fuerte que el destino los unirá todas las veces que sea hasta dejarlos unidos eternamente.
La leyenda del hilo rojo
“Cuentan que, en tierras asiáticas, hace cientos de años, un emperador se enteró de que en una ciudad del reino a su cargo vivía una bruja con poderes mágicos. La mujer tenía el don especial de ver el hilo rojo del destino que une a dos personas que se aman, entonces, envió un sirviente a buscarla.
Cuando la bruja se presentó ante él, el emperador le ordenó que buscara el otro extremo del hilo que se encontraba atado a su dedo meñique y lo llevara entonces delante de quien sería su futura esposa. La bruja comenzó la búsqueda siguiendo el hilo con cuidado. Así fue como llegaron a un mercado, en donde se encontraba una pobre campesina que llevaba un bebé en brazos.
Cuando llegaron a donde estaba la campesina, la bruja paró la marcha quedando parada delante de ella y le pidió que se paré y la mire. Pidió entonces al joven emperador que se aproxime y le dijo: «aquí termina tu hilo», pero el emperador se sintió sumamente ofendido, pensó que la bruja le jugó una pesada broma. En ese momento empujó a la campesina con la bebé que llevaba y esta cayó, haciendo que la niña se lesione la frente dejando en ella una gran marca. Luego pidió a la guardia que lo acompañaba, que arresten a la bruja y la condenó a morir decapitada Pasaron los años, y llegó el momento en que el tiempo del emperador para llegar al matrimonio se cumplía y su corte le aconsejó casarse con la hija de un general muy acaudalado. Tomó la decisión de aceptar. El día de la boda, al momento de ver por primera vez el rostro de su esposa, la vio ingresar al templo con un velo que le cubría toda la cara. Al levantárselo, se encontró con un hermoso rostro que llevaba en la frente una extraña cicatriz”.
Si no encontraste aún la punta de tu hilo rojo o, si lo prefieres, a tu alma gemela, deja que la vida te sorprenda más tarde o más temprano. Lo mejor de esta leyenda es que te enseña a dejarlo todo en las manos del tiempo. No te quebrantes esperando o porque el amor no llega a tu vida cuando crees que es el momento. La vida se encargará de que te encuentres con esa punta de hilo que buscas, cuando deba suceder.
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