lunes, 16 de octubre de 2017

ESTUDIO SOCIOLÓGICO DE LAS TAREAS "FEMENINAS"...VARIABLE GEOGRÁFICA


En el Sur, las tareas del hogar ocupan un 30% más de tiempo que en el Norte
Según un estudio, en la ciudad, estas actividades consumen más horas en los barrios con menor poder adquisitivo en detrimento del descanso y el estudio


Cocinar, lavar la ropa, cuidar a los hijos, ir al supermercado o ayudar a los abuelos.
¿Alguna vez alguien hizo una pausa para pensar cuánto tiempo se utiliza por día para llevar a cabo actividades como éstas? Si cada uno de los porteños cierra los ojos y hace un breve repaso mental, seguramente se sorprenderá con los resultados. Después de ese ejercicio, para consolidar la idea basta recurrir a los resultados de un informe reciente sobre el uso de tiempo que, además de ponerles números a las respuestas, aporta indicadores sobre las diferencias socioeconómicas que existen entre el norte y el sur de la ciudad de Buenos Aires.
En barrios como Villa Soldati, Villa Lugano, La Boca o Nueva Pompeya, entre otros, la gente necesita un 33% más de tiempo para realizar ese tipo de actividades -consideradas trabajo no remunerado, ya que ocurren en el ámbito de la familia sin intercambio de dinero- que en otros sectores de la ciudad como Recoleta, Belgrano, Palermo o Saavedra. De hecho, en el Sur el 14% de los hogares reciben ayuda de personal doméstico, mientras que en el Norte esa cifra es del 31%, lo que les permite a los vecinos de esta zona contar con más tiempo para trabajo remunerado, estudio, descanso y consumo de medios.



La información surge de un estudio reciente del Consejo Económico y Social de la Ciudad de Buenos Aires (Cesba) denominado "Uso del tiempo: trabajo no remunerado y economía del cuidado". Éste aporta conclusiones significativas referidas a la posición socioeconómica de los porteños que viven en diferentes zonas.
La suma total de actividades plantea un día de 30 horas y 37 minutos en los vecinos del Sur contra 28 horas y 44 minutos en los del Norte. La cantidad de horas es mayor a 24 debido a que se tiene en cuenta la multiplicidad de tareas que se realizan en forma simultánea, por ejemplo, cuidar a un niño mientras se cocina o se estudia. Tomando en cuenta estas variables, en el Sur se utilizan ocho horas y 58 minutos para el trabajo no remunerado, mientras que en el Norte, cinco horas y 45 minutos.
Generar políticas públicas



"El objetivo del estudio es visibilizar temáticas que ayuden a mejorar la calidad de vida de los porteños y que sirva de insumo para generar políticas públicas activas sobre el uso del tiempo. Todos tenemos las mismas 24 horas diarias, pero el sentido es cómo cada uno las utiliza", opinó el presidente del Cesba, Federico Saravia. El informe se basó en una encuesta realizada por la consultora Aresco sobre 2246 casos.
Este tipo de trabajos fueron impulsados en los 90 alrededor de todo el mundo con una perspectiva de género. A través del tiempo se incorporaron otras variantes, como la geográfica y la socioeconómica.
Para este caso, el Cesba dividió a la ciudad en tres zonas: Sur, centro y Norte. El primer grupo lo forman las comunas 3, 4, 8 y 9 (Balvanera, San Cristóbal, La Boca, Barracas, Parque Patricios, Nueva Pompeya, Villa Soldati, Villa Riachuelo, Villa Lugano, Liniers, Mataderos y Parque Avellaneda); el grupo del Norte está integrado por las comunas 2, 12, 13, 14 y parte de la 1 (Recoleta, Coghlan, Saavedra, Villa Urquiza, Villa Pueyrredón, Núñez, Belgrano, Colegiales, Palermo y Retiro). El resto de los barrios conforman el grupo del centro.


"La vida en el Sur es mucho más gravosa, no sólo en cuestión de tiempos -dijo Eduardo Reese, del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS)-. El estudio verifica con datos duros lo que se ve en la cotidianeidad en los barrios y refleja las diferencias sociales entre ambos sectores de la ciudad. Esto es muy valioso y debería servir para que el Estado tome decisiones", agregó.

En el rubro trabajo remunerado/estudio, la balanza se inclina a favor del Norte. Los porteños de esa zona utilizan 6 horas 38 minutos mientras que los del Sur, 5 horas 45 minutos. Además, en el Norte se duerme 20 minutos más que en el Sur y hay más tiempo para consumir televisión, radio e Internet.
"Que las personas con bajo poder económico deban utilizar mayor cantidad de tiempo para sostener su vida es una desigualdad grandísima -dijo Sebastián Pilo, de la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia-. El estudio muestra otro impacto en relación con cómo la desigualdad atraviesa nuestra vida, no sólo en lo económico sino también en cuestiones como el transporte."


El gráfico sobre el uso del tiempo según el nivel socioeconómico muestra una pirámide que se ensancha en la base y se afina en la cumbre. Es decir, el sector medio bajo y bajo utiliza 10 horas y 55 minutos para hacer trabajo no remunerado, mientras que la clase alta, 4 horas y 59 minutos. Entre ellas, el sector medio típico demanda 6 horas 48 minutos, mientras que el medio alto, 6 horas 19 minutos.
"Se genera un círculo vicioso del que es difícil salir, porque las horas en que una persona podría estar estudiando las debe dedicar a tareas domésticas porque no tiene los recursos necesarios para tercerizarlas. Vivir en condiciones de precariedad supone la amplificación de esa precariedad", sintetizó Luna Miguens, del CELS.
Más allá del uso del tiempo, el informe revela las diferencias marcadas entre dos zonas de la ciudad de Buenos Aires. Tal vez si el Norte fuera el Sur, la ecuación sería diferente.
Las encuestas para medir el uso del tiempo, como la llevada a cabo por el Consejo Económico y Social de la Ciudad de Buenos Aires (Cesba) se realizan a nivel global. Surgieron hace más de 25 años impulsadas por movimientos feministas para analizar las tareas que hacen las mujeres y que permanecían ocultas, como el cuidado de niños y ancianos o los trabajos domésticos.


La ley 1168, promulgada en diciembre de 2003, obligaba al Poder Ejecutivo porteño a "llevar a cabo en forma sistemática y periódica una encuesta que permita cuantificar el aporte económico desarrollado por las amas de casa", según el artículo 1°. Sin embargo, el último muestreo se realizó en 2014.


"Reconocer el trabajo doméstico fue el primer paso porque comenzó a ser considerada una actividad en blanco", opinó Federico Saravia, presidente del Cesba. A pesar de que la perspectiva de género se va revirtiendo lentamente, el estudio arrojó muchas conclusiones vinculadas directamente a la mujeres. Por ejemplo, que el día de las mujeres es más largo que el de los hombres, es decir, que las mujeres condensan en 24 horas actividades por un total de 30 horas y 26 minutos, mientras que en el caso de los hombres esa cifra se reduce a 28 h 44 min. Los resultados son mayores a las 24 horas del día porque se analiza la multiplicidad de tareas que se realizan en forma simultánea.
Un estudio pensado con perspectiva de género
La encuesta surgió para visibilizar tareas ocultas realizadas por mujeres
Otro dato saliente de la encuesta, realizada por la consultora Aresco sobre 2246 casos, es que las mujeres dedican, en promedio, casi dos horas diarias más que los hombres a tareas domésticas como barrer, limpiar, cocinar u ordenar el hogar. Mientras que los hombres suman 2 horas 37 minutos diarios, las mujeres 4 horas 26 minutos.


"El trabajo no remunerado incluye actividades que requieren del esfuerzo físico y mental de las personas, pero que no son intercambiadas por dinero, entre ellas limpiar la casa, cocinar, ordenar, hacer compras cuidar niños y/o ancianos", explica el documento. El último de los rubros es más realizado por mujeres, que dedican 3 horas 44 minutos diarios a eso, que por hombres, con 3 horas 13 minutos.

En contrapartida o a consecuencia de las conclusiones anteriores, el estudio indica que "las mujeres encuestadas tuvieron menor inserción en el mercado laboral formal". En promedio dedican 3 horas 52 minutos diarios a actividades laborales pagas, contra las 4 horas 44 minutos de los hombres. "Si se deja de lado al sector denominado inactivo y sólo consideramos la población que actualmente trabaja, esa distinción entre géneros se diluye, lo que ilustra el desproporcionado peso de las mujeres en la población inactiva", explica el informe.

M. G.

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