TECNOLOGÍA; IMPRESORAS 3 D EN MEDICINA

La medicina, el campo fértil para la tecnología
Desde prótesis hasta audífonos y dentaduras, la impresión 3D avanza firme en la salud
Cuando el joven inventor Gino Tubaro mostró la mano hecha con la tecnología 3D, sin duda revolucionó el sector de la medicina. A partir de allí empezaron a surgir varios emprendedores que se abocaron a las prótesis y a dar respuesta a la gente que no podía costear una y encontraron en la tecnología 3D una forma económica y accesible de hacerlo.

En el campo de la odontología, las impresoras también han hecho un aporte importante. En sólo seis minutos es posible imprimir un diente exactamente igual al del paciente. También los avances son enormes en el caso de la audición: los audífonos personalizados y ajustables a cada oído son una revolución para las personas que padecen hipoacusia. Y también es vasto el desarrollo de auriculares que se ajustan a cada individuo.
Pero la impresión 3D incluso se hace fuerte a nivel nutricional, ya que hay impresoras que permiten "replicar alimentos" a medida de cada uno. Basta pensar en los que sufren enfermedades relacionadas con la comida, como celíacos diabéticos o personas hipertensas que no pueden comer con sal para imaginar las ventajas de incorporar esta máquina a la cocina y hacer alimentos pensados para uno.
Además de bajar los costos y asegurar un producto a medida de cada necesidad, la impresión 3D permite acortar los tiempos de espera. Y eso, en medicina, puede significar salvar vidas

Para aquellos que quieran incursionar en el mundo de la impresión 3D es importante entender que hay un abismo entre el marketing y la realidad. En un mercado donde la oferta se está diversificando aparecen muchos "vendedores de humo". Incluso las mejores impresoras 3D, fabricadas con los mejores materiales, requieren un usuario experimentado.
Todo el proceso puede ser frustrante, en especial si estás buscando desarrollar un emprendimiento donde el producto final salga de una impresora 3D. Es recomendable usarlas para productos de bajo volumen, cuando el proyecto está comenzando y tiene un alto componente artesanal. Si buscamos volumen, tenemos que migrar a otras tecnologías de fabricación. El emprendedor que quiera sacarle fruto a esta tecnología necesitará mucha perseverancia.
En la Argentina, la educación es un campo en el que debería tener mayor impacto del que tiene. He recorrido instituciones donde las máquinas están juntando polvo. La clave para poder aprovecharlas sería desarrollar contenidos que les permitan a los docentes implementarlas en los modelos de enseñanza como un recurso educativo.
Nuevas oportunidades y un camino por recorrer

La salud, en cambio, es el campo donde más impacto tiene. El ejemplo más conocido son las prótesis para personas que necesitan reemplazar manos o brazos. Hoy existen modelos de código abierto: basta con ingresar a thingiverse.com, colocar la palabra "prosthetics" en el buscador y cientos de opciones van a aparecer. Estos modelos digitales se pueden bajar gratuitamente, adaptarlos al usuario e imprimirlos. También existen otros campos menos conocidos en los que emprendedores están tomando la iniciativa. La ingeniería biomédica que combina el diagnóstico por imágenes con tecnología de impresión 3D ayudando a los profesionales a realizar diagnósticos, investigación y planificación quirúrgica a partir de modelos anatómicos impresos.

 O el desarrollo de soluciones para personas con discapacidades, desde exoesqueletos hasta accesorios que mejoran la calidad de vida. Un caso emblemático es el brazo robótico de bajo costo desarrollado por Buenos Makers que le permite a una persona con escasa movilidad alimentarse, peinarse o llamar un ascensor.

 Hay mucha gente talentosa desarrollando soluciones y creando oportunidades. No creo que sea una moda pasajera, pero falta camino por recorrer y hay que apoyar a las instituciones educativas con contenidos y profesionales formados e informados.

MARA PROVENZANO
Cofundadora de NETImakerspace, laboratorio de innovación