domingo, 8 de octubre de 2017
NUESTRO HOMENAJE A UN ENORME CREATIVO; JUAN CARLOS CERNADAS LAMADRID
Juan Carlos Cernadas Lamadrid (1940-2017): el autor que supo llevar la historia a la TV
"Una versión más franca de la historia permite mirar mejor el presente", dijo una vez Juan Carlos Cernadas Lamadrid sobre el tema que más le atrajo como autor. Escritor prolífico y casi infaltable en los ciclos televisivos de mayor repercusión testimonial de la década del 80, falleció en esta ciudad a los 76 años. Nacido el 26 de octubre de 1940, conoció el mundo de la TV desde chico. Llegó a él de la mano de su tío político Miguel de Calasanz. Ambos escribieron en 1964 Buenas noches mi amor, comedia al servicio de la exitosa pareja Ana María Campoy y José Cibrián.
De a poco se fue instalando en el elenco estable de los autores más confiables de la TV, a partir de su versatilidad para escribir comedias (El insólito Tío Zeus, con Raúl Rossi) o adaptaciones de clásicos argentinos de la literatura y el teatro. También fue autor de Vamos a casa (1968), con Graciela Borges y Federico Luppi, y se destacó como productor de Para bien de todos (1971), un riguroso ciclo periodístico.
Ese período se cerró en 1979 con su aporte al guión de Fortín quieto, una ambiciosa miniserie sobre la Campaña del Desierto emitida por Canal 9 (por entonces controlada por el Ejército) sin mediar gastos. Costó 600.000 dólares y fue un desafío técnico y artístico de avanzada para la TV argentina que todavía funcionaba en blanco y negro.
Fue desde fines de los años 70, y sobre todo durante la década del 80, cuando encontró su lugar definitivo en la pantalla chica, con programas que le dieron prestigio como autor y cosecharon muy buenos registros de audiencia. Nosotros y los miedos (1982), Compromiso (1983/84) y Yo fui testigo (1986) fueron las tres cumbres del trabajo de Cernadas como autor. Sumándose a destacados equipos autorales, le puso su firma a ciclos en los que reaparecían temáticas silenciadas durante los años oscuros y que recuperaban su voz para repercutir en el debate público.
Junto a otros destacados colegas (Ricardo Halac, Maestro y Vainman, Elena Antonietto, Osvaldo Dragún, Jorge Hayes, Olga Pinasco), Cernadas cultivó el modelo del unitario televisivo, hoy distorsionado por la confusión de algunos de los más importantes hombres de la TV. El unitario era lo que escribía Cernadas: historias que empezaban y culminaban en un mismo capítulo semanal a partir de alguna idea fuerza que se mantenía constante y fijaba los ejes narrativos y dramáticos del ciclo.
Así, Cernadas fue especializándose en las dos vertientes que más disfrutaba escribir: la comedia social dramática y la historia. En este último caso, sus trabajos apuntaban a un modelo de ficcionalización histórica que quedó a la vista en Yo fui testigo. Cada emisión tomaba el caso de algún hecho o personaje que marcó la historia de su tiempo y se reconstruía en clave de docudrama con una dosis de ficción, testimonios, imágenes y un impecable narrador (Arturo Bonín) que juntaba todas las fichas y las colocaba en el tablero.
La mujer del presidente (1999, con Ricardo Darín) en TV y los guiones de La Rosales y Los pasajeros del jardín, en el cine fueron otros aportes destacados de su carrera, que en los últimos años recibió varios reconocimientos por su trayectoria, entre ellos el Gran Premio de Honor que le otorgó Argentores en 2013.
M. S
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