jueves, 23 de noviembre de 2017
EN "EL ESPACIO MENTE ABIERTA"; JUAN CARLOS DE PABLO
Quien utilice los servicios de ómnibus en la ciudad de Córdoba abona $ 13,58 por viaje, mientras que quien utilice los que se prestan en la ciudad autónoma de Buenos Aires (CABA) paga a lo sumo $ 6,50. Nadie puede creer que el ingreso promedio de los habitantes de La Docta más que duplica el ingreso promedio de los habitantes de la Capital Federal. ¿Por qué "ellos" lo pueden pagar y parecería que "nosotros" no podemos?
Al respecto consulté al francés Jean Jacques Emile Cheysson (1836-1910), quien estudió en la Escuela Politécnica y en la Escuela de Puentes y Canales, integrando el prestigioso cuerpo de ingenieros economistas formados en Francia, que entre otras cosas nutre al funcionariado permanente de dicho país. Según Robert Francis Hebert, "su obra muestra un nivel de originalidad y sofisticación, en materia de economía espacial, sin parangón entre los economistas en Francia".
-¿Con qué criterio hay que fijarlas tarifas de los servicios de transporte?
-Transportar seres humanos implica utilizar recursos, como los servicios laborales del conductor, el costo de la fabricación y el mantenimiento de los rodados. Por consiguiente, la pregunta tiene que transformarse en la siguiente: ¿quién paga los costos en los que una comunidad tiene que incurrir para que los seres humanos se puedan transportar de un lugar a otro?
-¿Su respuesta?
-Candidatos: los pasajeros, los contribuyentes impositivos a través del subsidio explícito de la operatoria o los tenedores de pesos, a través del proceso inflacionario que se genera si el déficit del servicio se financia con emisión monetaria.
-Usted no tiene corazón, el transporte es una necesidad...
-Tengo corazón, pero también tengo cabeza. Se puede decidir regalar el transporte en ómnibus, subte o tren, pero no se les puede pedir a los choferes, mecánicos y pintores que trabajen gratis, porque el servicio que prestan satisface una necesidad imperiosa. Cuando el demandante no paga y el oferente cobra, alguien pone la diferencia.
-¿Y entonces?
-Como criterio general, el usuario del servicio de transporte es quien tiene que afrontar los gastos.
-¿No se podrían hacer excepciones?
-Dije como criterio general, de manera que puede haber excepciones. Lo que hay que saber es que cuando algún pasajero no paga, el resto, los contribuyentes o los tenedores de pesos, lo hace. "Solidaridad no votada", que le dicen.
-Con las excepciones se puede usar,pero también abusar.
-Efectivamente, porque quienes las solicitan argumentan de manera contundente, pero quienes las otorgan no siempre tienen presente la necesidad de buscar financiamiento alternativo. Por ejemplo: tengo entendido que en la ciudad de Buenos Aires la tercera parte de los pasajeros abona la denominada "tarifa social". Es decir que no solamente pagan menos de la mitad de lo que abonan sus compatriotas, quienes viven en la ciudad de Córdoba (o en muchas otras ciudades de interior del país), sino que encima negociaron y lograron una rebaja.
-¿Qué sugiere?
-Que las excepciones se adjudiquen de manera restrictiva. ¿Tienen todas que ser incondicionales o podrían limitarse a horarios donde la demanda es menor?
-¿Cómo se explica la diferencia entre lo que pagan los porteños y lo que abonan en otras ciudades por un mismo servicio?
-Por razones mucho más políticas que económicas. En efecto, de repente alguna ciudad del interior del país, poco poblada, tiene costos de transporte superiores a los que existen en una jurisdicción muy densa. Particularmente si la autoridad que otorgó la concesión le exige al concesionario que preste el servicio con determinada frecuencia y hasta destinos bien alejados del centro de las ciudades.
-Buen punto...
-Pero no me diga que este argumento se puede aplicar al caso de la ciudad de Córdoba, que en densidad y características seguramente se parece mucho a la ciudad de Buenos Aires. En todo caso, la diferencia no puede explicar la distancia que existe entre $ 13,58 y $ 6,50.
¿Qué quiere decir, que las razonesson más políticas que económicas?
-Que estamos delante de uno de esos casos donde, como dice el refrán, "nadie le quiere poner el cascabel al gato", pero seguramente que la cuestión formó parte de las negociaciones que actualmente está llevando a cabo el Poder Ejecutivo Nacional con los gobernadores.
-Explíquese.
-La penosa pero inevitable labor de recomposición de las tarifas de las empresas privatizadas o concesionadas durante la década de 1990, consecuencia de la fuerte distorsión que se produjo luego del abandono de la convertibilidad, justificable en un primer momento pero en modo alguno durante más de una década, avanzó mucho más en los casos de energía y gas que en el de transporte. Ahora bien, desde el punto de vista del gobierno nacional, mientras en el caso de la energía abarca a todo el país, en el del transporte el ámbito de aplicación está localizado en la Capital Federal y el Gran Buenos Aires. Sería lógico que, como parte de la negociación, cualquier gobernador -menos la de la provincia de Buenos Aires- buscara agregar esto al "paquete" que se está negociando.
-Don Juan, muchas gracias.
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