martes, 21 de noviembre de 2017

POR SI NO LO LEISTE.....LO IMPORTANTE


La pregunta fue casual, casi al pasar. "¿Qué fue lo más raro que vio desde que tomó las riendas del Indec?", le preguntaron. Gatillo fácil de la respuesta, esta vez el economista peronista se abrumó. Calló, abrió un paréntesis de eternos segundos y rebobinó dos años en su vida. Sólo tras ese viaje, el director del Indec, Jorge Todesca, tomó conciencia: no hubo un hecho. Lo que lo atropelló sin tamices fue todo. Todo junto. "Me sorprendió algo sobre lo que tenía conciencia intelectual, pero no práctica", contó Y agregó: "Cuando se hace una punción en el sistema estadístico, aquí con los precios, se derrumba el resto. Pero ninguno de los que llegamos imaginaba hasta dónde había llegado la destrucción. Diría que fue asombroso que el Indec haya seguido con las puertas abiertas".
Todesca habló de todo. La falsificación estadística, Guillermo Moreno, la recuperación institucional, la pelea con Graciela Bevacqua, la relación con los sindicatos, su salud, la reforma del Indec, los programas que prepara el organismo y los cruces por la pobreza y la inflación.
-¿Cree que todavía la estadística sigue en emergencia?
-Creo que ya no estamos en emergencia. Reflexioné mucho sobre esto cuando se terminó la vigencia del decreto de emergencia (a fines de 2016). Objetivamente estamos publicando más que lo que el Indec difundía en tiempos preintervención. Estamos incorporando tecnología y hay un núcleo de trabajadores muy profesionales que nos permitieron superar la emergencia mucho más rápido de lo que suponía al principio. En eso también nos ayudó mucho la reconexión con el mundo estadístico internacional.
-¿Se salió del infierno y se llegó a la normalidad?
-Desde el punto de vista de la producción estadística, sí. Desde el punto de vista de la excelencia, nos faltan aún una cantidad de pasos.
-¿Habrá una reforma del Indec? ¿Dónde está el proyecto y cuándo se implementará?
-Desde el equipo del Indec, el proyecto ya tuvo dos versiones. Hubo una primera discusión con el Ministerio de Hacienda y algunos puntos trabajados con la OCDE y otros organismos, que nos dieron observaciones y consejos. La segunda versión está hoy en la Jefatura de Gabinete. Está todavía previsto un proceso de discusión dentro del Poder Ejecutivo. Pero las líneas fundamentales ya fueron planteadas. Lo que tiene que ver con un instituto autárquico es algo consensuado. Se trabajó el tema de la gobernanza del organismo, que tendrá autoridades con un período definido. La propuesta es de cinco años. Habrá un consejo consultivo amplio, que es una recomendación internacional con miembros de Poder Ejecutivo, participación del Legislativo y de organizaciones académicas. Después hay cuestiones de modernización del sistema estadístico, como el acceso a los registros administrativos.
-¿Los registros terminarán reemplazando a las encuestas o va a haber información mixta?
-Lo que se plantea en el mundo estadístico es que los registros sean utilizados más intensamente como fuente estadística, lo que requiere la autorización legal para acceder. Además, se deberá trabajar en la adaptación de esos registros. Pero no sustituyen el relevamiento de campo. Por ejemplo, en las estadísticas de comercio exterior, los datos ya vienen de la Aduana. Estamos trabajando con la AFIP, con el respeto por el secreto fiscal, para encontrar una forma de poder hacer el censo de unidades económicas sin tener que hacer un rastrillaje nacional.
-¿Llegarán la reforma del Indec y los registros en 2018?
-El proyecto de reforma está listo para discutirse dependiendo de los tiempos políticos del Gobierno. En lo técnico ya está resuelto.
-¿De quién va a depender?el Indec? ¿Hacienda o Jefatura de Gabinete?
-Todos los institutos en el mundo están en alguno de los tres poderes. Planteamos que esté dentro del Ejecutivo. Después se decidirá si está en Hacienda o en Jefatura de Gabinete.
-El Gobierno plantea que la administración pública debe achicarse. ¿Qué pasará en el Indec?
-El Ministerio de Modernización hizo acá el estudio de dotación óptima con toda nuestra colaboración. Salió muy bien. Fue un aporte muy positivo. Se identificaron áreas en las que hay más necesidad de personal y otras en la que hay exceso. Además, se identificó dónde hay diferencias entre las capacidades existentes y cuáles son las necesidades del área. En cantidad de personal estamos en un punto de equilibrio. Pero no todo el personal es apto para la tarea y allí puede haber desajustes. El plan global definirá cómo se resuelve este tema. Igualmente, esa gente podrá llegar a estar en otro lado.
-¿Habrá un achicamiento?
-No, no habrá un achicamiento del Indec en su conjunto. Con los operativos que estamos haciendo estamos necesitando más recursos, pero de manera transitoria. Nunca tuvimos la intención de hacer ningún ajuste, que era el temor de mucha gente. En la comparación internacional, el Indec no está excedido de personal.
-¿Hay patotas hoy en el Indec?
-No, creo que no. Terminantemente, no en lo actitudinal. En cuanto a las personas, puede ser que algunas que pertenecieran a ese grupo estén en la nómina. No tengo un recuento. En todo caso, no están hoy actuando como patota, que es lo que más interesa. La relación con los gremios ingresó en un terreno que tiene que ver con las reivindicación laboral. Incluso, hemos logrado sustituir el sistema de horas censales por un sistema de evaluación, de función estadística, que tiene tres componentes. De esa manera se administrarán estos incentivos desde 2018.
-¿Qué proyectos tiene el Indec?
-Acabamos de lanzar una nueva Encuesta de Gastos e Ingresos, que se va a desarrollar desde ahora hasta octubre del año próximo, abarca 45.000 hogares y servirá para armar una nueva estructura de ingresos y gastos de los hogares. Esto, a su vez, se usará para alimentar otros índices. Pero el operativo abarca mucha más información sobre las características de la vivienda, los servicios, hemos introducido un módulo de consumo de energía y queremos saber cómo los hogares financian sus gastos o qué créditos piden, entre otras cosas. Es un conjunto de información muy compleja que desde 2019 nos va a dar un panorama de cómo es el consumo de los hogares argentinos. Además, antes del censo 2020, tenemos a comienzos del año próximo una encuesta de discapacidad; a mitad de año, el censo agropecuario, y a continuación, una encuesta de factores de riesgo, con el Ministerio de Salud. Al mismo tiempo, está el trabajo en la sala de máquinas del Indec. Allí habrá una ampliación de las muestras de encuestas, una unificación de los años base de distintos índices y empezamos en enero con la revisión completa del sistema estadístico nacional en el proceso de ingreso a la OCDE, que terminaría a fines de 2019. Es una revisión absolutamente en profundidad y exigente.
-¿Habrá un nuevo IPC sobre la base de la encuesta de gastos?
-No es un nuevo IPC, sino que va a haber algunos cambios en la estructura, en los capítulos del índice. Ojalá llegue en 2019. Esto no cambiará el resultado del IPC, nos va a dar una sintonía más actualizada de cuál es el peso de los alimentos o de los nuevos consumos. No habrá ninguna disrupción con el actual indicador.
-Apenas inició su gestión, tuvo problemas de salud, ¿cómo está en la actualidad?
-Me detectaron un linfoma, muy incipiente, virulento, pero curable en el pronóstico y parece que así fue. Fui a radioterapia y quimioterapia. Hubo un retroceso de la enfermedad, me he recuperado físicamente y espero que eso dure. [risas].
-Hace poco pidieron el procesamiento de Guillermo Moreno por falsificar estadísticas, pero si se lo encuentra culpable puede derivar en juicios millonarios para el Estado. ¿Prefiere el bache estadístico o el riesgo de litigiosidad?
-Siempre optaré por que la Justicia haga su trabajo, que vaya a fondo. Se puede demostrar si los procedimientos fueron o no correctos, pero no podrán recuperarse las series originales porque faltan datos.

-¿Qué fue Moreno para usted?
-Ya no quiero hablar de él. Guillermo Moreno es para mí como el color sepia.
-¿Cree que el Indec recuperó?la confianza de la comunidad?
-Recogemos esa impresión. Somos conscientes de que tenemos que mejorar. Sabemos que la confianza es una caja de cristal, que hay que cuidar todos los días. Es que una pequeña lesión puede causar un daño irreparable. La exigencia sobre la confianza es mucho mayor que el primer día. Ya hace dos años que estamos. Pasamos de un nivel de desconfianza total a un buen nivel, que, creo, deben juzgar otros. Pero, al mismo tiempo tenemos la custodia de un valor muy importante. Eso nos pone a todos en extremada alerta.

F. J.

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