lunes, 22 de enero de 2018

ARTE CALLEJERO EN BUENOS AIRES


Arte callejero: ya no lo consideran vandalismo y se consagra en tours culturales
Luego de la multiplicación de murales en barrios como La Boca, Barracas, Palermo o Coghlan, la Ciudad y privados organizan visitas guiadas en las que son protagonistas.
"A veces los vecinos buscan quien les pinte un mural; otras son los propios artistas quienes pasan frente a una pared blanca con su tachito de pintura, tocan el timbre del dueño de casa y ofrecen colorear el muro. Todo el tiempo surgen obras nuevas en las calles, el arte callejero es muy cambiante, por eso hay que estar atento para descubrirlo", explica la guía de turismo Belén Martínez al grupo con el que realiza uno de los recorridos del programa Street Art Buenos Aires.
Se trata de una serie de nuevos tours organizados por el Ente de Turismo porteño, que se suman a otros ofrecidos por agencias privadas junto a organizaciones de artistas. El común denominador es que todos invitan a vecinos y turistas a descubrir el color de murales escondidos, obras al alcance de la mano que muchas veces no apreciamos.
El arte callejero es un medio de expresión mediante piezas que conllevan dentro de sí una ideología, una vieja forma de decir "yo estuve acá", de plasmar con un trazo, una firma, un garabato, la propia personalidad. Por eso muchas veces se los asocia al vandalismo, cuando no son autorizados por los dueños del inmueble en el que impactan.
Por las molestias que en ocasiones causa, el arte urbano está regulado en Buenos Aires desde 2009 por la ley de muralismo. El programa oficial más relevante es Arte en la Ciudad, que busca intervenir 400 espacios bajo las autopistas y puentes ferroviarios. Gracias a esa y otras iniciativas, como Color BA, cada año se suman originales diseños en las paredes.
Los orígenes de los grafitis se remontan al día en el que un hombre pintó por primera vez una figura sobre una pared. Desde el arte rupestre, la intervención de muros ha sido una constante. Ya en el siglo XX, varios artistas -como Yves Klein o Jean-Michel Basquiat- hicieron obras en espacios públicos. De hecho, en París fue una práctica muy común entre ciertos pintores en los años 40 y 50. Pero el street art como movimiento empezó en Filadelfia, Estados Unidos, en los 60. En la Argentina, se afianzó a partir de la crisis de 2001 como un movimiento de protesta.
Duck tap, stencil, grafiti, escultura, instalaciones, stickers, afiches, mosaicos, pintura y collage son algunas de las técnicas utilizadas en una variedad infinita de soportes en barrios como La Boca, Barracas, Palermo, Villa Crespo, Villa Urquiza o Belgrano, entre otros. Las representaciones pueden estar ligadas a la denuncia social, a lo provocador, o simplemente ser arte decorativo. Narran desde la historia de la Argentina y sus habitantes hasta algún mito de la antigüedad. Pero además pueden ser dibujos de tapas de discos, como los del músico Luis Alberto Spinetta en la plazoleta del paso bajo nivel de Coghlan que lleva su nombre y es punto de encuentro de uno de los cuatro toursgratuitos que ofrece el Ente de Turismo.
"Los murales despiertan interés por su grandiosidad, los colores, las temáticas, los homenajes que rinden a determinados personajes. Vienen personas desde países como Brasil, Colombia y México para apreciarlos. De las visitas participan tanto los adultos como los niños. Los más chicos quedan fascinados, les sacan el celular a los padres para tomar fotos. Las viejas generaciones se asombran de lo que hacen las nuevas", explicó la guía, en una recorrida en la cual invitó al grupo a detenerse frente a obras de artistas internacionales como Kiptoe, de Los Ángeles, Estados Unidos, quien intervino una de las medianeras de un supermercado con su obra Motivación.
Pero el paseo incluye también a artistas nacionales de envergadura como Alfredo Segatori, quien, según Martínez, les tocó el timbre a los dueños de una casa del barrio y les preguntó si podía hacerles un mural. 
"¿Qué quieren que dibuje?", preguntó. "Un corazón pide nuestra hija", respondió el matrimonio, en cuya casa ahora se luce una enorme y psicodélica figura con esa forma.
"Me parece muy interesante", dijo al escuchar la historia Aldo Barreta Carvallo, vecino de Parque Chacabuco; frente a los diferentes murales, aprovechó para aportar al contingente sus conocimientos de historia y mitología. "Me enteré por Internet, no sabía que Spinetta vivía por acá y por eso hay tantos murales de sus discos. Increíble como uno aprende", comentó el peruano Elvis Ticona.
Datos útiles para participar
Para participar de los recorridos de Street Art Buenos Aires hay que inscribirse por www.ba.tours, y ponerse zapatillas para caminar un sábado a la mañana durante una hora o una hora y media por pintorescas calles y pasajes. A los primeros recorridos ya realizados por Coghlan y La Boca se sumarán la visita a Palermo, caracterizada por sus intervenciones emergentes, el sábado 20. Y finalmente Barracas, el 27, una zona que registró la transformación de las paredes grises de sus fábricas. El ciclo continuará todo el año con un cupo de 80 personas por circuito.
Graffitimundo es una organización vinculada al arte callejero, sin fines de lucro, conformada por artistas interesados en contar lo que hacen sus pares. "Las paredes blancas no dicen nada" es uno de los lemas de la ONG que, desde hace siete años, ofrece paseos a la gorra para residentes y tours pagos para extranjeros.
Según Nina Plez, una de las integrantes, "a las personas de otros países les gusta el estilo del muralismo argentino, lo que se manifiesta, el contenido político, la conexión con la historia".
De ahí que uno de los tours empiece por los murales del pintor argentino Benito Quinquela Martín, en La Boca. Además de este recorrido en la zona sur de Buenos Aires, ofrecen visitas en Colegiales, Palermo y Villa Crespo con un cupo máximo de 25 personas.
BA Street Art es otra de las tantas empresas que brindan este tipo de recorridos. Uno comprende un tour por los más grandes murales de la Argentina, como los de Alfredo Segatori, la tortuga marina de Martín Ron en Barracas y las obras de Blu. Dura tres horas, se realiza en micro y cuesta 450 pesos por persona.

V. M.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.