lunes, 29 de enero de 2018

LECTURA RECOMENDADA


El lado irracional de la economía
Con perfecta puntería comercial, la publicación de Portarse mal. El comportamiento irracional en la vida económica llega meses después del otorgamiento del Premio Nobel de Economía a su autor, el norteamericano Richard H. Thaler (Nueva Jersey, 1945). La edición original en inglés es de 2015, cuando Thaler ya era una figura reconocida en la academia y como asesor en políticas públicas.


Tiene cierto encanto que últimamente los premios suecos se entreguen con sus galardonados en plena forma, en plena fama. Quizá consciente de ese sentido de oportunidad, al conocer la decisión Thaler prometió que él sí iría a la ceremonia: un guiño tácito al Nobel de Literatura Bob Dylan, que no fue.
En todo caso, el de Thaler fue un premio anunciado. Sus aportes a la economía del comportamiento o economía conductual - behavioral economics, en inglés- contribuyeron a desbancar la figura del actor económico ultrarracional, capaz de siempre hacer elecciones que maximizan su beneficio, uno de los pilares de la economía ortodoxa.
Desde el sentido común, parece obvio que los humanos nos comportamos muchas veces de manera irracional. La teoría económica clásica, base del neoliberalismo dominante en el mundo desde los años ochenta, sin embargo, se apoyaba en una figura idealizada de humano calculador. Se aceptaba que las elecciones individuales no siempre eran perfectas, pero se pensaba que esas imperfecciones se corregían estadísticamente. En el mercado como conjunto, las desviaciones resultaban irrelevantes: meras fluctuaciones casuales.
Thaler demostró que esas desviaciones no son al azar, sino que resultan de sesgos sistemáticos en nuestras decisiones. Y que, por lo tanto, pueden ser modelizadas, es decir, predichas. Como resume en un momento clave del libro: "Experimentamos la vida en términos de cambios, tenemos una sensibilidad decreciente tanto a las ganancias como a las pérdidas, y las pérdidas escuecen más de lo que gustan las ganancias equivalentes".
Portarse mal es una autobiografía intelectual que recorre su carrera desde sus tiempos de posgrado, cuando Thaler inició su lista de "casos raros", decisiones ilógicas que contradecían la teoría. Por ejemplo, ¿por qué una persona puede manejar veinte minutos para ahorrarse diez dólares en la compra de un reloj que vale treinta y cinco, mientras desiste de ese ahorro si la compra es de miles de dólares?
La lectura de un artículo de dos psicólogos israelíes, Amos Tversky y Daniel Kahneman, le abrió un mundo nuevo. A partir de ese momento, Thaler, que no había sido un estudiante destacado, inicia un recorrido audaz. El relato de esos primeros años es absorbente. Con habilidad narrativa, el norteamericano combina anécdotas y explicaciones con sentido del humor y del tempo: ninguna digresión didáctica es demasiado extensa. También cuenta sus decisiones de carrera: cómo deja su alma máter, la Universidad de Rochester, para mudarse a Cornell donde podrían aceptar sus ideas innovadoras, para recalar, finalmente, en la ultraortodoxa Universidad de Chicago, y llegar a presidir la American Economic Association en 2015: de los márgenes al centro.
También en relación con las políticas públicas su consagración es innegable. Nudge (traducido como Un pequeño empujón), el libro que publicó en 2008 junto con Cass Sunstein, se convirtió en referente de medidas que toman en cuenta las debilidades humanas para inducir conductas deseables: desde la elección de la bebida hasta el pago de impuestos. Sunstein fue funcionario de Obama, y en el Reino Unido el gobierno de David Cameron creó una oficina especial. Thaler también participó en un film, La gran apuesta, donde explica la crisis de 2008 en una mesa de black jack.
Su trabajo es, sin duda, original. Pero no deja de sorprender que resulte tan sorprendente: muchas de sus observaciones -como la tentación por las liquidaciones o el atractivo de los precios que terminan en 90 o 99- ya estaban incorporadas a las estrategias de marketing hace tiempo. La economía mainstream no puede parar de autocelebrarse, a pesar de las crisis recurrentes.

PORTARSE MAL
Por Richard H. Thaler
Paidós. Trad.: I. Barbeitos. 523 págs., $ 399


A. M. V.

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