lunes, 29 de enero de 2018

SON SÓLO NÚMEROS....CORAZÓN


Algunos se hacen fanáticos de los deportes; otros, del tejido a crochet o del cultivo de bonsáis. Después de vivir más de tres décadas en el mundo de las noticias, confieso que me sumé al club de los que se obsesionan por cultivar el pensamiento crítico, que ansían difundirlo y promover el uso de esa "lente" para analizar la realidad y tomar decisiones informadas.




La mención del dato laboral no es casual. El universo de la información siempre se prestó a errores y engaños. Probablemente uno de los terrenos de ese espacio más difíciles de vadear sea el de las estadísticas. "Tendemos a asumir que [?] son pequeñas muestras de verdad que salen a la luz", dice
Joel Best en Uso y abuso de las estadísticas(Cuatro Vientos, 2009). Con frecuencia, la realidad es que son fácilmente manipulables y muchas veces agregan confusión al caos general.

En el encantador
Qué es la estadística (Siglo Veintiuno Editores, 2014), el profesor de la Universidad de San Andrés e investigador del Conicet Walter Sosa Escudero también nos pone en guardia contra las falacias a que nos pueden llevar estas herramientas numéricas mientras nos guía a través de las curiosidades de una disciplina que domina la vida de los países y también de las personas (basta con que hagamos el intento de interpretar la etiqueta de un paquete de galletitas o pasear la mirada por cualquier suplemento económico para aceptar rápidamente esta verdad de Perogrullo).
Lejos de la solemnidad de los claustros académicos, Sosa Escudero ilumina las trampas en las que podemos caer cuando somos demasiado crédulos o carecemos del entrenamiento para distinguir el oro del barro.
"En el hipotético país independiente de Ningulandia vive una sola persona, Aldo, que mide un metro y 65 centímetros y pesa 90 kilos -imagina el investigador en uno de sus ejemplos-. Y... no está fácil la dieta en Ningulandia, sumado a que su minúscula superficie y su horrible clima no favorecen la práctica de actividades al aire libre. Estos guarismos ubican a Ningulandia en el tope del ranking de países con obesidad: el 100% de su población es obesa, de acuerdo con los estándares de la Organización Mundial de la Salud. Pero un buen día Aldo [...] decide suprimir los postres y comenzar a hacer los ejercicios de Charles Atlas que leyó en una vieja revista. Y así logra el doble propósito de bajar los veinte kilos que le sobran y la gesta patriótica de poner a su querido país en el mejor lugar del ranking de obesidad, 0%". Corolario: estadísticas basadas en muy poquitos casos no sirven para nada, "no por mentirosas, sino por erráticas".
Dejando de lado factores como los que tienen que ver con la toma de una muestra, como un mago que revela un truco de magia, Sosa Escudero también nos muestra cómo se pueden usar tramposamente los rankings para justificar que algo está bien o mal poniendo en escena a dos grupos de alumnos. En el primero, Santi se saca 9 y todos sus compañeros, 10. En el segundo, Matías se saca 8 y todos sus compañeros, entre 2 y 7. Santi es "el peor" con un nueve y Matías, "el mejor" con un 8. "La confusión -escribe- surge cuando nos quieren engañar haciéndonos creer que lo mejor es bueno o que lo peor es malo, cuando no necesariamente es así".


A riesgo de caer en comparaciones simplistas o en el "sentido común" que tantas veces está errado, para sacar conclusiones consistentes de las informaciones que nos llegan, ya sea de novedades médicas, del mercado financiero o incluso del boletín de nuestros hijos, hay que "armarse" con las herramientas del pensamiento crítico.
Lo advertía
John Allen Paulos en su ya clásico Un matemático lee el periódico(Tusquets, 1996): "La virginidad matemática puede redundar en perjuicio de los lectores cuando meditan los asuntos que aparecen en muchas noticias que en principio no parecen tener nada que ver con las matemáticas".

N. B.

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