martes, 30 de enero de 2018

FÍODOR DOSTOIEVSKI


DOSTOIEVSKI
La antigua fortaleza de San Pedro y San Pablo ha sido convertida en cárcel, en ella están alojados numerosos prisioneros políticos que pretenden que Rusia se transforme en un país más civilizado. La dictadura es durísima y no tolera disidencias, ni críticas y menos, movimientos que pretendan frenar el régimen despótico del zar Nicolás.
Una mañana varios sentenciados son sacados de sus celdas y llevados a la plaza de la fortaleza. Caminan lentamente porque tienen los tobillos encadenados, además saben que van a morir, porque la plaza es el lugar de los fusilamientos. Les vendan los ojos y los ponen contra el paredón, pero justo antes de que el oficial grite ¡fuego!, ingresa corriendo un mensajero con una orden de indulto.
De haberse cumplido la sentencia, Rusia y el universo literario habrían perdido a uno de los más grandes escritores, porque entre los prisioneros se encuentra Fiódor Dostoievski quien suspira aliviado después de haber pasado el momento más dramático de su vida. Esto ocurrió el 22 de diciembre de 1849 a tan solo un mes de haber cumplido 28 años.

Fiódor Dostoievski (1821-1881)
Sin embargo, su futuro inmediato no iba a ser mucho mejor, le esperaban 4 años de trabajos forzados en Siberia, pero durante ese período infernal entre el hambre, el frío, la suciedad y los piojos, Dostoievski conoció nuevos personajes. Ya no se trataba de los intelectuales socialistas que lo acompañaron en la fortaleza. En Siberia compartió la celda con ladrones y criminales de toda índole y conoció a fondo los sentimientos y lo más profundo de la psicología de aquellos seres. Su interés por indagar en sus conflictos, sus odios sus culpas y sus desprecios por las vidas de los otros y de las propias, conformaron una experiencia riquísima que volcó años más tarde en su obra cumbre: Crimen y castigo.
Dostoievski tenía una contextura física y un organismo más bien endeble, ocasionalmente sufría ataques de epilepsia cuya duración era lo suficientemente prolongada como para quedar un par de días confuso y debilitado. Sorprende que no haya adquirido tuberculosis o fiebre tifoidea que lo llevaran a la tumba en aquellos parajes. Cuando regresó a San Petersburgo, el mundo había cambiado, sus amigos ya no estaban y nadie lo recordaba como escritor. Hasta entonces había escrito una sola obra importante: Pobres gentes.
Esta obra, como la mayoría de las que escribió Dostoievski, estaba inspirada en hechos reales. Su padre era un terrateniente de mediana envergadura que tenía varios siervos. En la Rusia de entonces, existía una condición social que era una especie de semiesclavitud con sus reglas propias, denominada servidumbre. La suerte de los siervos dependía de la voluntad y del carácter de sus amos. En el caso del terrateniente Mijail, el padre de Dostoievksi, sus campesinos no cayeron en el mejor lugar. El hombre era autoritario, injusto y los castigaba con frecuencia, hasta que un día se hartaron, lo agarraron entre varios y le hicieron tomar vodka hasta matarlo.
Dostoievski detestaba a su padre, pero se sintió culpable de ese sentimiento cuando se enteró de su muerte. Se introdujo en el submundo de los siervos, se interiorizó de la vida miserable que llevaban y el resultado fue Pobres gentes. La obra no fue exitosa, pero un día cayó en manos de Belinski, el principal crítico de la literatura rusa, quien se pasó toda la noche leyendo el libro y después le dijo a Dostoievski: “has escrito la primera novela social rusa”.
Fue una frase certera, porque Dostoievski con sus obras rompió el molde de la novela convencional. Consideraba que los escritores de su época reflejaban personajes con ideales abstractos, mientras que él describió la vida de la gente pobre de San Petersburgo, que en el fondo era su propia vida. Ya que la misma transcurrió en la pobreza, escapando de los acreedores y con periódicos ataques de epilepsia, cuyas características volcó en varios de sus personajes.
Cuando se publicó Crimen y castigo, el público quedó profundamente impresionado. En sus páginas estaba volcado todo el dolor humano que palpita desde los estremecedores cuadros de miseria, de vejación personal, de soledad y de asfixia moral propios de una gran ciudad. A través de personajes cuidadosamente compuestos, Dostoievski relata la historia de un crimen desde un punto de vista ajeno al de una novela policial o de terror. El aspecto central es el sentimiento de culpa, la justificación o no de actos criminales por la propia consciencia, y el desvelo de saberse autor de un crimen terrible.
En la vida personal de Dostoievski, la epilepsia, pese a sus connotaciones negativas de todo tipo no era su principal estigma, lo más grave es que sufría de ludopatía, el trastorno que impulsa al juego y las apuestas en forma descontrolada. Una de sus obras se llama El jugador y su prolegómeno merece ser relatado.
Dostoievski había dilapidado su fortuna en la ruleta y había contraído una deuda importante con su editor. Vencido el plazo estipulado, éste podía enviarlo a la cárcel, experiencia que Dostoievski no quería repetir.
Sus amigos lo veían tan angustiado que se ofrecieron para escribir la novela en conjunto, pero Dostoievski se negó rotundamente. Entonces, uno de ellos sugirió que contratara a una amanuense y así surgió en la vida del escritor Anna Grigoryevna, quien más tarde se convertiría en su segunda esposa y una ayuda inseparable e inestimable. Anna trabajó hasta altas horas de la noche, escribiendo, tachando y enmendando hasta que finalmente la novela fue terminada en el pazo establecido.



Anna Grigoryevna
El jugador, además de ser una de las obras literarias escritas en menos tiempo, es la expresión más acabada de un personaje trastornado por la compulsión al juego. Es notable que, habiendo sido elaborada con tanta premura, no se trate de una novela ligera ni de gestación forzada. Es tan meditada y profunda que, como las demás producciones de Dostoievski, se introduce de lleno en los caracteres de los personajes.


Portada de una de las ediciones de El Jugador. La cubierta es una pintura de Cézanne
Sin duda la obra está alimentada con experiencias vividas por el autor, ya que sólo aquel que ha padecido la pasión por el juego puede describir con tanta objetividad la excitación y el deseo incontrolable que surge ante una mesa de cartas o el característico tintinear de la bola saltando en la ruleta. En la novela hay muchos párrafos relatados en primera persona –probablemente el mismo Dostoievski– que son verdaderamente elocuentes: "Aposté a los pares veinte federicos de oro y gané, volví a poner y de nuevo gané. Y así dos o tres veces. En unos cinco minutos había reunido casi cuatrocientos federicos de oro. Era el momento de irme, pero una extraña sensación se apoderó de mí, algo así como un desafío al destino, un deseo de burlarme de él, de sacarle la lengua. Hice la máxima apuesta permitida, cuatro mil florines y los perdí. En un arrebato saqué el resto, repetí la jugada y de nuevo perdí".
Al final de la novela hay otra escena que describe claramente al jugador compulsivo: "Salí del casino, hurgué el bolsillo del chaleco y encontré un florín. Tendré con qué comer, pensé, mas apenas hube dado cien pasos, cambié de idea y regresé a la sala de juego. Puse aquel florín a pleno y puedo jurar que se experimenta una sensación particular cuando uno que está solo, en un país extraño, lejos de la patria, de los amigos, no sabiendo si va a comer aquel día, arriesga su último florín".
A esta obra le siguieron El idiota y Los hermanos Karamazov y por ese entonces Dostoievski gozaba de enorme fama y finalmente conoció la vida holgada.
El 9 de febrero de 1881 tuvo el último ataque de epilepsia que asociado con una hemorragia cerebral, lo llevó a la tumba. Su funeral fue una apoteosis, agrupaciones y personas de distintas ideas políticas y filosóficas, se unieron por primera vez para acompañar el féretro del creador del antihéroe, de la gente que vive al límite como había sido la mayor parte de su propia vida.
Fiódor Dostoievski. Biografías y vidas. La Enciclopedia Biográfica en Línea. https://www.biografiasyvidas.com/biografia/d/dostoievski.htm
Fiódor Dostoyevski. El jugador. Alianza Editorial.
Los hermanos Karamazov.
Fedo Dostoievski. Biblioteca Básica Universal. Centro Editor de América Latina. 1979, Buenos Aires.
Dostoyevsky. Encyclopaedia Britannica, tomo 17, pag 451-454. Chicago 1995.

DR. R. EL. MORDAZ

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.