jueves, 18 de enero de 2018

SALUD; MATERNIDAD TARDÍA

Cada vez son más las mujeres que deciden tener un hijo a edades avanzadas, y de ello dan cuenta las estadísticas que confirman que la llamada maternidad tardía es una realidad cada vez más frecuente. Según registros de la ciudad de Buenos Aires, la tasa de fecundidad de las mujeres de entre 40 y 44 años se duplicó entre 1990 y 2016, mientras que la de aquellas de entre 45 y 49 se triplicó durante el mismo período. Y dado que la capacidad reproductiva de la mujer declina significativamente a partir de los 36 años, es de esperar que la búsqueda de un embarazo a edades avanzadas se traduzca en mayores consultas en los centros de medicina reproductiva. En este contexto, especialistas en fertilidad se encuentran hoy con un perfil de pareja que hasta ahora no era habitual.
"Estamos viendo muchas consultas de parejas en las que la mujer tiene entre 45 y 50 años y el varón entre 30 y 40. Se trata en general de mujeres que ya han sido madres, pero que ahora tienen una nueva pareja con la que quieren tener un hijo, y que en la mayoría de los casos recurren a la ovodonación", comentó el especialista en medicina reproductiva Santiago Brugo Olmedo, director médico de Seremas.



Este nuevo modelo de pareja con integrantes de edades bien diferentes que hoy comienza a verse en los consultorios de fertilización asistida fue adelantado por las tapas de las revistas y los portales que siguen el devenir de las celebridades del espectáculo. En enero de 2017, la cantante Janet Jackon fue madre a los 50 años, estando en pareja con el empresario qatarí Wissam Al Mana, nueve años menor que ella; aquí, en la Argentina, la actriz María Fernanda Callejón tuvo un hijo a los 49 con su pareja Ricardo Diotto, a quien le lleva doce años, gracias a un tratamiento de fertilización asistida.

"En estas parejas en las que la mujer tiene más de 43 años lo que recomendamos es recurrir a la donacion de óvulos, ya que las chances de lograr un embarazo con óvulos propios son muy bajas y, de lograrse un embarazo, son muy altas las de tener un hijo con una enfermedad genética", comentó el doctor Brugo Olmedo, y agregó: "La consulta por problemas de fertilidad ha cambiado mucho en los últimos años. Si hace un par de décadas atrás las mujeres llegaban a la consulta antes de los 30 años, hoy es habitual que la mujer tenga 36, 37 o 38 años cuando consulta por primera vez".
Cerca de la revolución

Hoy asistimos a una verdadera revolución en la parentalidad, afirmó la psicoanalista Patricia Alkolombre, autora de Deseo de hijo. Pasión de hijo.
"La llegada de los hijos a través de la fertilidad asistida, el alquiler de vientre y la donación de óvulos y espermatozoides han cruzado las fronteras que todos conocíamos hasta hace solo 20 años -explicó-. En este contexto, el deseo de hijo en la mujer se presenta en escenarios novedosos, y junto con el corrimiento de la edad de los embarazos, las maternidades después de los 40 o 45 años son cada vez más habituales".
"Podemos decir que hoy en día el reloj biológico dejó de ser el regulador de la fertilidad femenina", agregó. Pero si la maternidad tardía se explica también por factores como el avance de la mujer en el mundo del trabajo, que hace que posponga su deseo de ser madre en pos de estudiar y desarrollarse profesionalmente, se puede aventurar que la búsqueda de un embarazo a edades avanzadas y con parejas mucho más jóvenes -incluso teniendo hijos de relaciones previas- responde a otras circunstancias.
"Con frecuencia creciente, al amparo de los cambios culturales, mujeres de esta edad hacen pareja con hombres mucho más jóvenes. No es fácil precisar cuál de todas las circunstancias emocionales que atraviesan las lleva a esta elección, pero no hay duda de que la ilusión de juventud y el halago narcisista de sentirse elegida formen una parte importante de la decisión", opinó el médico psiquiatra y psicoanalista Pedro Horvat.
Para Alkolombre, las maternidades en mujeres de entre 45 y 50 años con parejas 10 o 15 años menores plantean un nuevo paradigma "que tiene por un lado el deseo de hijo en edades más tardías, junto con una mayor la libertad en la elección del proyecto parental en las parejas en distintas edades, y en afrontar la crianza en otras etapas de la vida".
"No creo que haya un patrón sino mujeres que al enamorarse de hombres más jóvenes desean armar un lazo más fuerte a través de una familia -opinó por su parte Mirta Goldstein, vicepresidenta de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA), y coautora de Psicoanalisis y Sociedad, nuevos Paradigmas en lo Social-. La alternativa de un hijo con alguien más joven también está favorecida por la biología y por la psicología. Por la biología porque mejor engendrar con alguien joven, y por la psicología porque alguien más joven estimula el deseo, la energía y la autoestima".

S. A. R.

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